Cuando se trata de comunicar con eficacia, el tiempo lo es todo. Su papel en la comunicación, a menudo, se pasa por alto y se infravalora; sin embargo, tiene un impacto significativo en cómo nos comunicamos con los demás y en cómo los demás lo hacen con nosotros.
Hay un aspecto poco conocido a nivel masivo acerca de la comunicación no verbal del tiempo, se denomina cronémica. En palabras sencillas, implica el uso del tiempo como forma de comunicación. ¿Cómo es eso? Ni más ni menos que el modo en que las personas utilizan el tiempo como señales sociales para reconocer quién tiene prioridad en una relación, qué actividades son apropiadas en un momento dado o quién debe marcharse primero después de una reunión. En otras palabras, la cronémica se refiere a cómo utilizamos el tiempo como forma de comunicación para entender el nivel de importancia de alguien y las interacciones preferidas; por ejemplo, si debemos irnos pronto después de conocer a alguien o quedarnos más de una hora allí. E incluso, la mala costumbre de llegar tarde y lo que expresa acerca de vos.
DECIME CÓMO MANEJÁS TU TIEMPO Y TE DIRÉ QUÉ PERCIBEN LOS DEMÁS
Uno de los conceptos erróneos más comunes sobre el uso del tiempo en la comunicación es que la persona que tiene más prisa es la que posee más poder. Se da, por supuesto, que alguien con un cargo alto debe estar siempre apurado y a tope de tareas y compromisos. Sin embargo, no siempre sucede así. Aunque tener prisa puede ser un signo de aparente importancia, también puede ser un signo de falta de confianza en uno mismo, de ansiedad e, incluso, de desorganización de su gestión del tiempo.
Volviendo al hecho de llegar tarde, los estudios demuestran que la puntualidad es la marca de una persona organizada. Alguien puntual es consciente de los límites, de los compromisos asumidos, y confía en su capacidad para gestionar el tiempo, lo que puede traducirse, posiblemente, en una mejor capacidad para gestionar bien otros aspectos de la vida. En cambio, alguien recurrentemente impuntual no solo deja entrever poco interés en las demás personas, sino que este comportamiento se decodifica como una persona inconstante, desorganizada, poco fiable.
Para que puedas darte cuenta del efecto de la cronémica en tu agenda cotidiana, acá van algunos ejemplos que tenemos tan incorporados que, muchas veces, son inconscientes:
EL HORARIO
Si tienes que enviar un correo electrónico a un colega es mejor que lo hagas a una hora en la que, probablemente, esté en su computadora. Enviar un correo electrónico a las 3 de la madrugada puede tener una respuesta negativa porque puede despertar al colega e invadir su tiempo de descanso. Del mismo modo, enviar una invitación a un evento especial a las 3 de la mañana puede considerarse una desconsideración, ya que puede despertar a la persona invitada, si es que tiene sus dispositivos activados.
¿Y qué hay de los jefes o líderes disponiendo del personal a cualquier hora? En Portugal, por ejemplo, el Parlamento sancionó una ley que prohíbe a los directivos de empresas enviar mensajes de WhatsApp y hasta correos electrónicos laborales fuera del horario establecido; una política que busca regular la cantidad de horas que pasamos trabajando.
En la era de la pandemia y postpandemia, se estima que la sobrecarga de horas dedicadas a cuestiones laborales ha aumentado en un promedio de 2 horas diarias. En contraposición, son más países los que empiezan a debatir sobre la conveniencia de jornadas laborales más cortas, o de cuatro días a la semana, incluso mejorando el rendimiento y resultados.
Para llegar a estas políticas corporativas resulta necesaria una transformación total de la cultura de las empresas y las modalidades laborales, que pasarían a ser por objetivos y no por “horas sentados en la silla”, entre otros aspectos.
REUNIONES Y CONVERSACIONES
La cronémica también se manifiesta en la planificación de la agenda diaria, por ejemplo, en las reuniones del trabajo y las actividades con la familia y amigos. Hay un tiempo para todo y, dependiendo de la cultura del país, esto va cambiando. La tendencia actual de reuniones en empresas es a reducir todas a lo mínimo posible, incluso concentrándolas en uno o dos días de la semana. Además, con justo sentido común, se acota también la cantidad de invitados: ¡basta de listas kilométricas de personas copiadas en las citaciones.
Recuerdo hace apenas cinco años que un encuentro de seguimiento en una empresa llevaba, en promedio, de dos a tres horas de reunión. Por eso, en América Latina se pierde aproximadamente un 40% del tiempo en reuniones improductivas. Actualmente, muchos de mis clientes implementan las microrreuniones de 10 minutos y son suficientes; y sesiones de coaching empresarial de no más de 20 minutos. Y funcionan de maravilla
Entonces, como una buena práctica, las compañías pueden trabajar en encontrar el timming adecuado para todas las personas intervinientes. En general, si son temas que requieren de mucho análisis y debate, sería conveniente hacerlos cuando la mente está más activa y presente (aunque esto depende de otro factor: el cronotipo personal, que es el momento de la mañana, tarde o noche en que funciona mejor una persona).
EL VALOR DEL TIEMPO EN LAS NEGOCIACIONES
Otra muestra de aplicabilidad diaria de la cronémica se da en el marco de las negociaciones, donde el factor tiempo es una de las variables fundamentales. Por ejemplo, al negociar determinadas cosas, puede aparecer alguna concesión, que puede significar resignar algo para obtener otra cosa a cambio. Y acá viene lo interesante: el momento de las concesiones puede ser tan importante como las propias concesiones. Si hacés una demasiado pronto, podés parecer desesperado y perder tu poder de negociación. Por otro lado, esperar demasiado para hacer una concesión puede hacer que parezcas obstinado y poco dispuesto a colaborar.
EL USO DEL SILENCIO
Ya sabemos que la comunicación no es solamente transmisión de datos e información, sino un proceso complejo entre dos o más personas, un mensaje de por medio, y las percepciones e interpretaciones subjetivas de cada uno. Así, otra forma de darnos cuenta del valor de la cronémica consiste en analizar el espacio de silencio versus el espacio de hablar.
Un entrenamiento ideal para mejorar la comunicación interpersonal es habituarnos a escuchar el 80% del tiempo y a hablar el 20%. No se trata de lo más frecuente en el mundo actual, lleno de estímulos y casi sin posibilidad de interrupción alguna. Se trata de fomentar más la escuchatoria versus la oratoria y la verborragia.
Entonces, recordá que el silencio es una forma de comunicación no verbal del tiempo. Imaginá el caso de un silencio en medio de una conversación: tiene significado; puede ser incómodo o conflictivo, o marcar una instancia antes o después de ese espacio.
PRACTICANDO LA CRONÉMICA PARA AUMENTAR LA PRODUCTIVIDAD
Como observás, podés utilizar la comunicación no verbal del tiempo en los más variados aspectos de tu vida. Aquí tenés algunas ideas para que tomes consciencia de tu posibilidad, real y concreta, de desacelerar tanta vertiginosidad, y quizás encarar con mayor calma y menos ansiedad los frenéticos ritmos del mundo:
Decidí la cantidad de tiempo que esperarás antes de responder un correo electrónico o mensajería: esto puede indicar a la otra persona que estás pensando y tomás el tiempo para contestar adecuadamente. Como opción, respondé en pocas palabras que te tomarás determinado tiempo y que contestarás antes de determinado día y hora (así calmás las ansiedades ajenas).
Marcos temporales: una costumbre arraigada es la ausencia de referencias concretas y específicas de lo esperable frente a tareas y acuerdos. Por ejemplo, es importante resaltar estos marcos de tiempo cuando trabajás coordinando acciones con los demás. En lugar de decir: “Te enviaré el informe la próxima semana”, sugiero expresar: “Te enviaré el informe el próximo martes a las 15:00 horas”. Debo confesarte que este es uno de los principales problemas, por los que son muy pocas personas las que saben delegar en forma efectiva.
Lo que prometés, lo cumplís: no significa ser rígidos, sino responsables, entendido como la habilidad para responder ante lo que te has comprometido. Si decís que harás algo a una hora determinada, asegurate de que realmente puedas cumplir ese plazo. Cuando hables de un acontecimiento futuro, utilizá el plazo que la otra persona ha sugerido o, si sabés que no podrás cumplir (y esto afectará tu reputación), no avises a último momento: notificá a tiempo y renegociá.
VALE ORO
El tiempo es un bien no renovable: no podemos comprarlo ni existe la manera de volverlo atrás. De allí que el análisis de la cronémica como otro aspecto de la comunicación no verbal te ayudará a tomar más consciencia de su valor que, junto con la atención, hoy cotiza en valor oro.
Por DANIEL COLOMBO
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