El Constructor dialogó con quienes encabezaron tres de las comisiones claves en la Convención Anual de la Cámara Argentina de la Construcción: Obras Estratégicas, Vivienda y Energía. En este artículo explican sus objetivos, acciones, advierten sobre las urgencias de la coyuntura y los temas pendientes, además de compartir sus proyecciones y algunas recomendaciones para el próximo Gobierno.
La industria de la construcción es amplia, compleja, con múltiples aristas e involucra a una gran variedad de oficios y actividades. Para abordarla integralmente y poder realizar un seguimiento de las necesidades y diferenciales en cada uno de sus aspectos, la Cámara Argentina de la Construcción cuenta con 28 comisiones de trabajo, cada una de ellas integradas por referentes del área.
Desde la Comisión de Obras Estratégicas, Gustavo Gallino, quien encabeza este espacio, señala la importancia de las cuestiones que allí tratan: “Se abordan grandes proyectos de infraestructura que se encuentran divididos en tres segmentos: energía, minería y agroindustria. Su tamaño hace que su realización sea estructural para el desarrollo del país, generando empleos con alto grado de capacitación, impulsando la cadena de valor y fomentando la creación y el fortalecimiento de las logísticas asociadas”.
Asimismo, este ingeniero comparte un avance de los temas que de su área desarrollarán durante el encuentro del 27 de junio en La Rural. Según cuenta, se retomará la idea de crear una Agencia Federal de Infraestructura con su legislación asociada, además de repasar los avances de la Comisión y el listado de proyectos en cartera.
En tanto, Alberto Squillaci, que se encuentra a cargo de la Comisión de Vivienda, señala que las problemáticas de la construcción residencial -tanto privada como pública- también fueron incorporadas al programa de esta convocatoria. Habrá dos bloques específicos que se focalizarán en estos ejes: “La inversión privada en la construcción, una mirada con perspectiva” (a las 15 horas) y otro panel dedicado a la “Planificación territorial para el desarrollo social” (a las 16:20 horas)en el que se expondrá sobre viviendas con financiamiento público.
También Eduardo Romero Oneto, uno de los miembros de la dupla coordinadora de la Comisión de Energía, aceptó la invitación a sumarse a este informe. Este asociado advierte que –durante la Convención de Camarco- será importante “abordar la problemática general del sector energético, dado que está soportando innumerables inconvenientes y de índole muy variada”.
INICIATIVAS
Como un llamado de atención ante la necesidad de impulsar obras que son estratégicas para el país, desde la comisión correspondiente identificaron aquellos proyectos “de más de u$s 300 millones que –por su relevancia– resultan atractivos para la inversión privada y/o conjunta con el Estado, y que permitan el crecimiento a largo plazo”.
Para lograr realizarlo, Gallino señala que se requiere “la coordinación entre los distintos actores de la economía, con el objetivo de lograr una mejora sustancial en la capacidad de generar nuevas inversiones”. Para ello, sugiere preparar un programa de ejecución e impulso de la legislación adecuada que permita darle continuidad a los proyectos y contar con el financiamiento acorde.
En relación a iniciativas de energía, se analiza la evacuación hacia los centros de desarrollo y consumo, y –posteriormente– para la exportación de petróleo, de LNG, NGL y gas natural. Mientras que sobre la minería, Gallino detalla que se concentran en “la infraestructura necesaria para la concreción de grandes proyectos y la exportación de sus productos”. Y para la agroindustria, habría que avanzaren mejorar los aspectos relacionados con la logística: optimización, ampliación, construcción y modernización de los caminos y puertos.
En particular, desde la Comisión de Obras Estratégicas visualizan varias iniciativas importantes que deberían ejecutarse. Entre otras, estas comprenden:
– Puentes (Santa Fe-Paraná y Chaco–Corrientes) y obras viales.
– Líneas ferroviarias: renovación vías Bahía Blanca-Neuquén-Añelo-Concepción (Chile).
– Obras de saneamiento con alcance en todo el territorio nacional.
– Obras de potabilización de agua: Sistema Agua Sur-Río Subterráneo.
– Infraestructura en puertos: modernización del Puerto de Buenos Aires.
– Acueductos: región Noroeste Buenos Aires e Interprovincial Santa Fe-Córdoba.
– Telecomunicaciones: red fibra óptica ARSAT.
– Tendido eléctrico: estación transformadora Plomer y obras complementarias y Línea de Extra Alta Tensión (LEAT) Vivoratá.
– Obras de oil &gas: planta LNG, gasoductos y estaciones compresoras, poliductos y oleoductos.
A su vez, entre los objetivos primordiales que se proponen alcanzar -además de la generación de empleo capacitado- están “la sustitución de las importaciones y la generación de divisas bajo estrictas normas de seguridad y sustentabilidad”.
Por su parte, en la comisión liderada por Squillaci se analiza la problemática de las empresas socias que realizan obras de construcción de viviendas públicas. También, se elaboran los relevamientos e informes con los inconvenientes que tienen los contratistas en todo el país, para presentarlos ante las autoridades correspondientes.
Este año, algunos de los temas más relevantes tratados en la comisión, fueron
● Seguimiento presupuestario.
● Efectos del proceso inflacionario en los contratos, tanto públicos como privados.
● Desabastecimiento de insumos principales.
● Seguimiento de licitaciones.
● Mora en los pagos de certificados y redeterminaciones de precio.
● Imposibilidad de cumplir con los plazos de obra establecidos, debido a la situación macroeconómica señalada (alta inflación y pagos incompletos o tardíos, que inevitablemente provocan el incumplimiento de la curva de inversiones y generan multas injustas).
Por su parte, los temas más frecuentes que atiende en la actualidad la Comisión de Energía son los referidos al seguimiento de las distintas obras que se ejecutan en el país, los llamados a licitación, la búsqueda de soluciones ante las dificultades para cotizar, el impacto en el retraso de los pagos de certificados y las demoras en la aprobación de las redeterminaciones.
“Lo que surge como más relevante en estos días es la volatilidad de los precios de insumos y equipamiento, la falta de certeza en los plazos de entrega de materiales críticos y los desfasajes entre costos reales de obra versus los resultados de aplicar procedimientos de redeterminación”, lamenta Romero Oneto.
Desde esta comisión, en armonía con los esfuerzos conjuntos que realiza CAMARCO, se mantienen reuniones con los funcionarios nacionales responsables del sector energético y de la economía en general, buscando encontrar soluciones a los problemas más acuciantes. “Una cuestión que es recurrente en las conversaciones oficiales es la necesidad de acelerar los tiempos de aprobación y pago, ya que -con esa herramienta- se atenuarían los efectos de la inflación, que conspira con la ecuación económico financiera de los contratos”, expresa el referente de este espacio.
Un objetivo en el que trabajan (a corto y mediano plazo) es que en la adjudicación de obras ya licitadas o muy próximas a licitar, los fondos necesarios estén asegurados con aportes financieros externos, estableciendo “polinómicas de ajuste adecuadas a los tiempos que corren y dando mucha importancia a los plazos de pago”.
EXPECTATIVAS
Si bien la actualidad argentina hace que resulte complejo proyectar, dada la crisis económica y financiera del país, además de tratarse de un año electoral en el que el panorama no se vislumbra con claridad, estos tres socios de la Cámara de la Construcción se animan a compartir sus expectativas.
“Buscamos sentar las bases para desarrollar un Plan de Infraestructura con participación clave de un organismo independiente que impulse esa planificación estratégica. Por eso, proponemos la creación de una Agencia Federal de Infraestructura y su legislación asociada con el objetivo de aportar una mirada estratégica (con la visión del sector privado, gubernamental y académico) en el proceso de selección y priorización de proyectos a incluir en un Plan Nacional de Infraestructura”, afirma Gallino.
Según amplía, la ventaja competitiva de estos proyectos “debe venir no solo del empleo directo, sino del impacto que estas obras dejarán en la población: aumento del comercio, mejora de la calidad técnica de los trabajadores y equipos y calidad de la ingeniería asociada”.
La creación de esta Agencia de Infraestructura prevé cargos cuya extensión sería mayor a cuatro años, para que los proyectos bajo su supervisión deban ser ejecutados en más de un período de Gobierno. Además, es necesario diseñar, coordinar y canalizar recursos de distintas fuentes alternativas de financiamiento.
Consultado sobre el nivel de actividad del sector, Squillaci advierte que “hasta hace un par de meses, era muy importante y con la mayoría de los indicadores, tales como el consumo de cemento y la generación de empleo, en sus máximos o muy cerca”, traccionado en forma muy pareja por los sectores público y privado.
Pero, en la actualidad, el agravamiento de la inflación de los costos, el cambio de las condiciones de comercialización de los insumos más importantes y las dificultades de abastecimiento, “son algunos puntos que están provocando -fundamentalmente en las obras públicas de vivienda- un desequilibrio financiero importante y una grave afectación económica en las empresas, dado que los sistemas de ajustes de precios de los contratos no son totalmente representativos”.
En cuanto a las materias aún pendientes de resolver, no duda: “El acceso a la vivienda, no solo para los gobiernos nacional y provinciales, sino también para todos los actores que conformamos la cadena de valor del desarrollo y la construcción de viviendas. Todos, de una u otra forma, estamos involucrados y tenemos la responsabilidad de proponer (los que estamos en el sector privado) y de ejecutar (quienes tienen responsabilidad de gobernar) las medidas que hagan posible el acceso a una vivienda digna”.
Si bien el entrevistado afirma que la Mesa de la Vivienda (espacio generado con el Gobierno y referentes representativos del sector para proponer soluciones sobre el tema) sigue activa, en la actualidad “no se encuentra trabajando en ningún proyecto en particular”, admite.
Asimismo, advierte que existe otra gran materia pendiente: la disminución de la pobreza: “Esta, lejos de reducirse, en los últimos años ha seguido aumentando. Pero, la construcción de viviendas es la mejor herramienta contra-cíclica para generar crecimiento de la economía, produciendo un triple impacto positivo al actuar directamente sobre la disminución del déficit habitacional, la generación de gran cantidad de puestos de trabajo y, por ende,la reducción de la pobreza”.
Al Gobierno que asuma en diciembre de este año, el titular de esta comisión le recomienda definir rápidamente medidas de emergencia para resolver las situaciones planteadas respecto a pagos y redeterminaciones de la obra pública. “En la grave situación que tememos, nuestro sector debería generar empleo y actividad hasta que se avance efectivamente en la lucha contra la inflación, que es el principal impedimento para el desarrollo de la actividad. Mientras tanto, la forma más rápida y eficaz de preservar empleo y actividad hasta entonces es sosteniendo la inversión pública en vivienda social, que llega a todo el país”, sugiere.
Squillaci también opina que todo ello debería ser complementado con incentivos para la inversión privada, mientras que en el área de la vivienda para sectores medios debería resolverse la implementación de créditos hipotecarios.
Asimismo, Romero Oneto también se muestra preocupado por la situación financiera que atraviesa el país: “Es fundamental obtener financiación externa para poder encarar los grandes proyectos de infraestructura energética (electricidad e hidrocarburos) que requiere el país en forma urgente. Ya sea a través de organismos multilaterales de crédito o de inversiones privadas de empresas extranjeras, la componente externa (aproximadamente un 85% del costo de los proyectos) es esencial para desarrollar las grandes obras”.
Entre las medidas prioritarias que aconseja debería tomar el próximo presidente de la Argentina, menciona que -como toda la industria se mueve con energía- no podría haber crecimiento de la producción si no se cuenta con este insumo esencial. Pero, además, el crecimiento del consumo domiciliario, sumado a lo anterior, impone la ineludible necesidad de invertir en producción y transporte de hidrocarburos y de energía eléctrica, desde los distintos puntos de generación, a lo largo y ancho del país y hasta los grandes centros de demanda.
“Esto deberá ser una política de Estado para el próximo Gobierno y para los otros que sigan, si pensamos en un crecimiento económico sostenido para nuestra Argentina. La construcción es una actividad mano de obra intensiva, pero su desarrollo se sustenta en un sinnúmero de insumos de otras industrias altamente demandantes de energía. Por eso no hay crecimiento posible sin la componente energética. La inversión en obras de energía, será el nervio principal del ansiado desarrollo de nuestra nación”, cierra Romero Oneto.