Como es de público conocimiento, nos encontramos en la antesala de un cambio de gobierno que augura transformaciones significativas en diversos aspectos clave de nuestro país. Entre las áreas que experimentarán modificaciones más notorias, destaca el ámbito económico. El reciente pronunciamiento del futuro presidente acerca de la «estanflación» ha generado resonancia en varios sectores, incluyendo el Real Estate, planteando incertidumbres y desafíos para inversores y actores del rubro.
La estanflación, concepto mencionado por el próximo mandatario, implica la combinación de inflación con una desaceleración del crecimiento económico. Esto presenta un escenario particularmente relevante para el sector inmobiliario, cuyos inversores se preguntan sobre las perspectivas a mediano plazo. La recomendación clave en este punto es no centrarse únicamente en este fenómeno, sino evaluar de manera integral las medidas que se implementarán en el nuevo contexto económico.
Gran parte del sector inmobiliario, especialmente el relacionado con proyectos en construcción, opera en una economía bi-monetaria (Ingresan dólares y egresan pesos). Aunque los costos se pesifican, las empresas desarrolladoras dolarizan sus ingresos para fijar precios. La pesificación, basada en el dólar oficial, presenta un desafío si se plantea una unificación del tipo de cambio ya que hoy la diferencia entre dolarizar un costo a una cotización oficial y el financiero es de 3 a 1. Esto podría resultar en una inflación en dólares, con un aumento notable de los precios en esa moneda y una economía marcada por altos índices inflacionarios y falta de crecimiento.
La incertidumbre económica sugiere la necesidad de estrategias para los inversores. Aquellos que buscan maximizar sus beneficios podrían considerar la compra en pozo, asegurando el valor de la unidad y generando financiamiento. Este enfoque podría permitir a los inversores aprovechar las posibles diferencias económicas en el futuro, contrarrestando las condiciones adversas del mercado.
Para los desarrolladores, la adaptación a este nuevo escenario implica considerar modalidades de venta más flexibles. La tendencia hacia precios abiertos, basados en costos o expresados en pesos más CAC, busca protegerse ante futuros aumentos. Realizar acopios se presenta como una estrategia clave para mitigar los efectos de posibles incrementos dolarizados y resguardar la rentabilidad de proyectos en marcha o por iniciar.
Las empresas proveedoras de materiales juegan un papel crucial en este contexto. La recomendación es evitar la especulación y favorecer acuerdos de acopio que les permitan recomprar mercadería de manera inmediata. Este enfoque práctico contribuirá a mantener la estabilidad en un entorno económico volátil.
Por Kevin Savelski, Socio fundador de Grupo 8.66