Por Facundo Farías – En los últimos años, la sostenibilidad ha pasado de ser una tendencia emergente a convertirse en un imperativo estratégico dentro de la industria de la construcción. Este cambio no solo responde a la creciente conciencia ambiental de la sociedad y las restricciones -e incluso sanciones- de algunos gobiernos en pos de su cuidado, sino también a las duras respuestas de las audiencias hacia las empresas que no lo implementan, además de las consecuencias que han tenido muchas de ellas ante la deficiencia de este compromiso.
En este contexto, es crucial que profesionales y empresarios del sector comprendan la importancia de integrar la sostenibilidad en sus proyectos, como también en sus discursos empresariales de manera ética y responsable.
Uno de los factores más destacados de la construcción sostenible es la implementación de prácticas que minimizan el impacto ambiental desde el inicio del proyecto hasta su finalización. Esto incluye la utilización de materiales reciclados y locales, la reducción de residuos y la eficiencia energética. Por ejemplo, el uso de cemento bajo en carbono y madera certificada contribuye significativamente a disminuir las emisiones de CO2. Además, las técnicas de construcción modular y prefabricada no solo reducen los desechos, sino que también mejoran la eficiencia en el tiempo de ejecución de los proyectos.
En los últimos tiempos hemos descubierto que la sostenibilidad en el sector de la construcción no solo resulta en un beneficio ambiental, sino también económico. En primer lugar, los proyectos sostenibles tienden a disponer de costos operativos más bajos a raíz de la eficiencia energética y el menor consumo de recursos. Por otro lado, y esto sí debido al aumento de la conciencia ambiental de las sociedades, los edificios o construcciones sostenibles suelen tener una mayor valoración en el mercado, lo que representa una inversión a largo plazo más atractiva. Esta combinación de beneficios económicos y ambientales hace que la sostenibilidad sea una estrategia ganadora para cualquier empresa de construcción que busque mantenerse competitiva y relevante en un mercado en constante evolución.
El avance tecnológico también juega un papel fundamental en este cambio. Herramientas como el Building Information Modeling (BIM) permiten una planificación y gestión más precisas de los recursos, optimizando el uso de materiales y energía. Por otro lado, la integración de sistemas de energía renovable, como paneles solares y bombas de calor, no solo reduce la huella de carbono de los edificios, sino que también genera ahorros significativos en los costos operativos a largo plazo.
Para que se puedan adoptar estas prácticas sostenibles de manera amplia y efectiva, es esencial que los líderes de la industria las promuevan activamente en sus discursos empresariales. Esto implica ir más allá de las meras declaraciones de compromiso ambiental para demostrar, con acciones concretas, cómo la sostenibilidad se integra en cada etapa del proceso constructivo. Ahora bien, la utilización del accionar sostenible de una organización puede ser muy beneficioso desde el lado financiero, comercial y comunicacional; pero la incongruencia comunicacional acarrea costos muy altos. Sólo decir que nos interesa el medio ambiente y no llevarlo a la práctica en todos los aspectos del funcionamiento de nuestras empresas puede ser trágico corporativamente.
Un aliado posible en términos de comunicación ética en la sostenibilidad, es la certificación LEED (Leadership in Energy and Environmental Design), que establece estándares rigurosos para la construcción sostenible. Las empresas que logran esta certificación no solo demuestran su compromiso con el medio ambiente, sino que también obtienen una ventaja competitiva en el mercado con dicha validación externa, atrayendo a clientes y socios que valoran la responsabilidad ambiental.
En este escenario será crucial, para los profesionales de la industria, mantenerse actualizados sobre las últimas tendencias y tecnologías en sostenibilidad. Además, participar en conferencias, capacitaciones y cursos especializados puede proporcionar valiosas oportunidades de aprendizaje y networking. Asimismo, colaborar con expertos en sostenibilidad puede enriquecer los proyectos y abrir nuevas perspectivas sobre cómo integrar prácticas más responsables en el día a día.
Ahora lo importante es que no sea sólo un discurso superficial, la sostenibilidad en la construcción también requiere un cambio de mentalidad. Es fundamental que los líderes de la industria promuevan una cultura corporativa que valore la innovación y la responsabilidad ambiental hacia el interior de sus organizaciones. Además, reconocer y recompensar a los empleados que proponen y lideran iniciativas sostenibles puede motivar a todo el equipo a contribuir activamente a los objetivos ambientales de la empresa.
Concluyendo, la sostenibilidad ya no es una opción, sino una necesidad para el futuro de la industria de la construcción. Adoptar prácticas y tecnologías sostenibles no solo protege el medio ambiente, sino que también ofrece ventajas competitivas y económicas significativas. Los líderes de la industria deberán abogar por la sostenibilidad en sus discursos y acciones corporativas, demostrando que es posible construir de manera eficiente y responsable. Al hacerlo, no solo estarán contribuyendo a un futuro más verde, sino también asegurando el éxito y la relevancia de sus empresas en un mercado cada vez más consciente y exigente.