Con sólo 25 años, Iván Roinich, comenzó el recorrido que lo llevó a la consolidación dentro de la construcción como proveedor de naves para la industria. Después de cambiar su camioneta Ford F100 modelo 1967 por una plegadora de chapas, le dio vida a su primer negocio: la fabricación de zinguerías. Dos décadas después le cuenta a El Constructor como llevó adelante esa travesía.
La compañía nacional atravesó situaciones difíciles y siguió adelante a pesar de los avatares de la economía argentina. Hoy, su fundador mira con positivismo el futuro e incorpora a un nuevo socio para llevar adelante las tareas codo a codo: Ignacio Sierra. En los últimos años, no ha dejado de crecer y esa experiencia es parte de la entrevista.
Los inicios de Roinich tienen una historia muy original, ¿Qué lo impulsó a hacer el canje de su vehículo por equipamiento industrial?
En ese momento no tenía muchas herramientas más que la confianza en mí mismo. Tenía un espíritu de independencia muy marcado y eso traccionó el camino para cumplir mis sueños; en ese instante era poder fabricar canaletas para obras domiciliarias (domésticas). Esa máquina me iba a permitir iniciar.
¿Cómo fue el camino que recorrió la empresa desde ese momento hasta consolidarse como una constructora de naves para la industria?
En una oportunidad me contrataron para hacer un control de calidad de la zinguería de una obra muy grande; la empresa se llama Copetro, está ubicada en el partido de Ensenada y aquel entonces había sido adquirido por grupo Americano. Estaban realizando muchas obras de remodelaciones y entre ellas habían muchos pliegos de diversos rubros para licitar. Mi trabajo de auditor fue muy valorado por el personal de la compañía y me invitaron a participar de otros proyectos que nada tenían que ver con la especialidad en sí, como por ejemplo, trabajos de estructuras y cerramientos realizados en acero, obras de hormigón, de instalaciones y puesta en valor de varios edificio, etc. ¡Fue como mi universidad! Aprendí mucho de otros rubros y siempre cumplí con todo.
Esas intervenciones se dieron entre 2005 y 2008. Un día me preguntó un Ingeniero empleado de Copetro, si me animaba a hacer un galpón. Obviamente dije que sí y me puse a investigar. Se trataba de una estructura pequeña para guardar una máquina vial, no medía más que 100m2. Al terminarlo dije: “de ahora en adelante me voy a dedicar a hacer solo galpones”.
Pasaron 20 años desde que tomó aquella decisión; sucedieron muchas cosas en el país desde entonces, ¿qué análisis hace de la actualidad económica argentina?
Estamos pasando por una transición muy difícil que nos está costando a todos los argentinos, pero en algún momento esto nos iba a pasar. Venimos de pasar momentos muy inestables con demasiados años de incertidumbre. Hoy soy una persona muy positiva, estoy convencido que pronto vamos a estar como nos merecemos y con el país con el que soñamos.
Así y todo, sería muy injusto que opine sobre la situación, dado que Roinich no para de crecer cada año. Hemos pasado por muchísimas situaciones adversas a lo largo de estos años: presupuestar mal una obra y perder dinero o que la inflación se coma la rentabilidad por terminar trabajos y no cobrar en tiempo y forma. También hubo casos de morosidad incobrables -empresas constructoras que no nos pagaron; juicios laborales, extorsiones sindicales y empezar obras en rojo por pedir cobranzas de anticipos y que una devaluación en el medio altere los precios de los materiales. A pesar de todo, siempre nos levantamos y fuimos para adelante como buenos argentinos que somos.
¿De qué manera influyeron los cambios estructurales implementados en los últimos meses sobre el desempeño de la empresa?
En nuestro caso, se sinceraron los precios del acero, hubo una caída del 50% en dólares, aproximadamente. Estos últimos 4 años el costo de este material llegó al pico más alto desde que me dedico a esto.
Por otro lado, el mercado inmobiliario está enfocándose en las oportunidades de negocios que prestan las naves industriales, dado a que hay una demanda en crecimiento. Supongo que tiene que ver con los cambios en la logística a nivel mundial. Esto a nosotros nos favoreció un montón y hasta generó nuevos negocios en el sector, ya que surgieron muchos actores que antes no estaban.
Dentro de este contexto la empresa incorporó un nuevo socio ¿Qué expectativas tiene para este segundo semestre de 2025?
Muy buenas, siempre hablando del rubro que conozco, al que me dedico. En cuanto al ingreso de Ignacio Sierra, lo primero que quiero resaltar es la confianza que le tengo. Además, su capacidad de generar negocios y oportunidades en términos generales es prometedora y finalmente, valoro que a él le gusta trabajar tanto como a mí y siempre supe que nos complementamos muy bien.
En un momento en el cual el valor agregado aparece como herramienta necesaria la hora de competir, ¿Qué diferencia a Roinich de las empresas ofrecen el mismo -o similar- producto?
La empresa se caracteriza por brindar un servicio excelente y muy completo. Hacemos un fuerte enfoque en el diseño arquitectónico de nuestras obras. Entendimos que es nuestro diferencial. Lo normal en este rubro es poner primero la ingeniería y después se hace el diseño (esto último se aplica en pocos casos). En cambio, en nuestros proyectos predomina la arquitectura. Hacemos obras bellas y después las pasamos a ingeniería para asegurarnos que sea una construcción segura.
En esos procesos de edificación, ¿Qué rol tiene la tecnología en la construcción de naves industriales?
La innovación nos permitió mejorar la velocidad de trabajo y la calidad de nuestra producción. También hemos facilitado muchísimo los procesos administrativos con la implementación de sistemas de gestión de vanguardia. Nuestra compañía es muy cumplidora con los pagos en general.
En cuanto al vínculo con los clientes ¿cuál es el punto diferencial de la compañía para mantener la fidelidad o captar nuevos consumidores?
Nos es muy fácil, porque nos sale por instinto. Mantenemos una atención muy personalizada y cumplimos con lo que prometemos. Entregamos en tiempo y forma nuestros proyectos, y ante algún imponderable, todo el equipo está dispuesto a resolver y compensar para que todo quede en un justo equilibrio. Tenemos muy claro que un cliente conforme es feliz y nos recomienda siempre.
Resalta el personal como parte esencial del servicio que presta Roinich, ¿Qué importancia tiene la capacitación de sus empleados?
Es sumamente importante, tanto en la siembra de cultura de trabajo que es lo que predomina nuestra compañía, como en la seguridad personal y en la constante implementación de nuevas maquinarias y equipos.
Finalmente, las empresas ponen cada vez más el ojo en la sustentabilidad, ¿cuál es la posición de su compañía sobre este tema?
Hace varios años que estamos comprometidos con este tema. De hecho, viajamos a ferias para traer innovación permanentemente. Las aguas de las cubiertas de nuestras naves, por ejemplo, se colectan a través de cañerías y son dirigidas a reservorios que alimentan la descarga sanitaria, la red de incendio y el riego. Próximamente estaremos implementando la colocación de paneles fotovoltaicos en las cubiertas para la generación de energía solar.