POR MARÍA DE LA PAZ GARCÍA
El argentino Juan Pablo Giometti formó parte del desarrollo de un programa informático que permite optimizar la ejecución y la rentabilidad de los proyectos de construcción mediante información basada en datos que produce a través de un software de generación de informes y mapeo con drones. Además, lidera otros proyectos de soluciones móviles para el sector.
Asentado en Estados Unidos desde hace casi dos décadas, JP Giometti –que es como le gusta que lo nombren– se ha convertido en un referente en el sector de la tecnología industrial; hoy como director ejecutivo de Estrategia Global y Desarrollo Corporativo de HCSS, una compañía estadounidense con 35 años de trayectoria cuyos softwares son utilizados en todo el mundo para la gestión de proyectos de obras de infraestructura, de minería o energéticos, y soluciones de aplicaciones móviles para las industrias civil, de transporte y de servicios públicos; como también en diferentes proyectos de construcción de aeropuertos, rutas, puentes, autopistas.
Sin ir más lejos, “durante el comienzo de la transformación del Aeropuerto Internacional de La Guardia, en Nueva York –con 8 billones de dólares de presupuesto– se utilizó nuestro software de estimación de costos. Asimismo, cientos de usuarios emplean nuestra aplicación móvil todos los días para controlar el progreso de obra”, explica Giometti, quien se incorporó a la empresa en enero del 2015 con el objetivo de establecer crecimiento estratégico a través de la gestión de innovación.
Desde entonces, detalla, “tuve la posibilidad de liderar diferentes proyectos, como el lanzamiento de una herramienta 2D llamada HCSS Plans, para el manejo de planos digitales, especificaciones y listas de defectos en la tablet, y que ha tenido mucho éxito. También, trabajé en la concepción y desarrollo de HCSS Project Management, que maximizó la gestión de documentos, seguimiento de pedidos de información y pedidos de cambio”. Ambas iniciativas, según destaca, “han tenido un gran impacto en nuestra empresa, ya que son críticas para la parte operativa de cualquier proyecto de construcción. Estamos en pleno crecimiento y siempre aparecen nuevas metas, ahora estoy trabajando en un plan de expansión global focalizado en Australia y Nueva Zelanda”.
¿Cómo surgió HCSS Aerial?
Luego de haber lanzado exitosamente HCSS Plans 2D, allá por 2019, comencé a explorar y a estudiar más sobre las tecnologías de drones y su aplicación en la industria. Junto con un equipo multidisciplinario, visitamos a muchos clientes para tratar de entender sus expectativas, experiencias y necesidades. Teníamos muy claro que nuestra empresa debía entrar en el universo 3D. A principios del 2020, presenté la solución HCSS Aerial a más de 100 contratistas en nuestro grupo de usuarios y tuvo una gran aceptación. Por eso, en marzo del 2020, decidimos lanzar el producto en ConExpo (Las Vegas), una de las conferencias más importantes del sector, donde obtuvimos gran repercusión. Ese mismo año recibimos el reconocimiento de CIOReview, como una de las mejores tecnologías promisorias, y ganamos un subsidio para el desarrollo y aplicación de inteligencia artificial de parte de una prestigiosa fundación internacional que apoya la investigación y el desarrollo.
¿Cuáles son sus beneficios de este software?
Como referencia, cada vuelo a un sitio de tamaño promedio genera entre 300 y 500 imágenes. Trabaja bien con la mayoría de los drones del mercado, que valen entre 2000 y 10.000 dólares; los más sofisticados, con tecnología RTK incorporada. Ayuda, también, a visualizar el progreso de las obras y compararlo con modelos digitales.
¿Qué inversión se debe hacer para implementarlo?
Existe la posibilidad de probarlo de manera gratuita por siete días: el usuario puede, rápidamente, procesar imágenes, generar modelos en 3D y reportes, así como experimentar con todas las funcionalidades para mediciones y anotaciones, o importar archivos de diseño de AutoCAD o Bentley, y compararlos contra las imágenes de la obra. Además, se vende por paquetes: por ejemplo, el plan básico vale USD 3000, incluye acceso a la plataforma y permite procesar hasta 10.000 imágenes.
Sin embargo, ¿se trata de una inversión con alto retorno?
Sí, en tanto y en cuanto se comparen estos valores con el valor de tiempo ahorrado en la movilización de personal, sumado a los beneficios de reducción en potenciales disputas o accidentes, así como la mejora en el proceso de control de gestión y producción. De acuerdo con mi experiencia, veo que las empresas más sofisticadas vuelan drones en forma semanal, cuentan con docenas de pilotos en su propia nómina y tienen flotas visitando múltiples obras. Las más pequeñas, generalmente, empiezan alquilando un dron con su respectivo piloto y, a medida que obtienen resultados positivos, comienzan a invertir en más recursos.
¿Quiénes utilizan actualmente esta solución?
Existen varias empresas de construcción que la usan, desde pequeñas privadas que tienen un solo piloto hasta multinacionales que cuentan con múltiples unidades de negocio. El software está disponible en todo el planeta. Brindamos un servicio de soporte técnico disponible las 24 horas, los 7 días de la semana, y con personas que hablan diversos idiomas.
¿Cómo impactó la pandemia en este tipo de desarrollo y cómo cree que será la fuerza laboral del futuro?
Sin dudas, ha crecido muchísimo a partir de la COVID-19. Con miles de proyectos de construcción, en algunos casos demorados o con nuevas normas de distanciamiento social que complican el trabajo en equipo, el uso de drones para el seguimiento de obra o para la conducción de inspecciones remotas ha sido clave. Ya no se justifica enviar un grupo de ingenieros o trabajadores al sitio para hacer el seguimiento. Contratar a un piloto de dron tiene mucho más sentido. Los operadores, generalmente, no interactúan con nadie durante este proceso, pero luego pueden compartir en forma fácil el modelo 3D generado a partir de las imágenes del vuelo en la plataforma de la nube.
Y en cuanto a la infraestructura, ¿cuáles son los mayores retos a nivel global?
Existen muchos desafíos desde el punto de vista tecnológico a partir de la crisis sanitaria. Y eso ha forzado a las compañías constructoras a repensar la dirección de sus estrategias operativas y a ajustar tanto los problemas del negocio que desean abordar como las tecnologías de la industria 4.0 que utilicen. Sin dudas, la agilidad y la flexibilidad en las operaciones surgen como prioridades estratégicas, por encima de otras, como elevar la productividad o minimizar los costos, que solían ser el foco principal de la mayoría. A esto, se suman otros retos, como la falta de mano de obra calificada, la necesidad de mayor inversión en proyectos de infraestructura o el aumento de expectativas y nuevas regulaciones en el tema de construcción sustentable. Esta industria es una de las grandes emisoras de gases de efecto invernadero, por lo cual, será de suma importancia generar conciencia sobre nuevas formas de construcción sustentable e infraestructura resiliente.
¿Qué otras nuevas tecnologías están explorando?
Contamos con 400 empleados que investigan constantemente nuevas tecnologías aplicadas a mejorar los procesos de construcción e ingeniería (Internet de las cosas, inteligencia artificial, drones, sensores). Nos dedicamos a imaginar cómo será la fuerza laboral del futuro. Estoy colaborando con la empresa Command Alkon, otra desarrolladora de tecnología del sector, en un proyecto conjunto para repensar la cadena de valor del manejo de materiales en la industria de la construcción pesada. Eso va desde la posibilidad de generar tickets y órdenes electrónicos para la gestión de operaciones, distribución y despacho de materiales; hasta la concepción de una nueva plataforma de colaboración para mejorar la eficiencia de los proveedores de materiales y que se puedan redefinir muchos de los procesos ineficientes.