En Tandil, provincia de Buenos Aires, cumplió 15 años de vigencia la declaración de Paisaje Protegido de Interés Provincial, de conformidad a los términos y condiciones de la Ley 12.704, sobre el área conformada por la intersección de las rutas 226, 74 y 30; dejándose desde 2010 a solo unas pocas canteras trabajando fuera del ejido urbano y lejos de esa zona, denominada La Poligonal. Tampoco, desde entonces, se han dado nuevas habilitaciones. Sin embargo hoy, las explotaciones de áridos que operan en el partido de Tandil se constituyen como el tercer núcleo productor del granito bonaerense, y la cantera San Luis integra la lista de los últimos cuatro yacimientos de piedra activos en ese municipio bonaerense; “pese a la caída actual del consumo, por la retracción de la obra pública nacional”, señalan desde el productor minero a cargo del empredimiento, Minera Tandil SA.
Ciertamente, no obstante que también han adquirido relevancia otras actividades primarias como la agricultura y la ganadería, la industria minera en Tandil es muy importante, para la sociedad y la economía, dando empleo y materiales comerciales de gran utilidad, ya que las rocas elaboradas de ese basamento geológico se utilizan como distintos artículos destinados a la industria de la construcción, como piedra partida, elementos básicos estructurales u ornamentales para revestimientos de edificios y componentes que demandan las obras viales.
Capacidad instalada
En línea general, la ciudad de Tandil está emplazada en un paisaje atravesado por las sierras de Tandilia, con campos rodeados de afloramientos rocosos, destacándose al sudeste dos macizos que constituyen una sola unidad morfológica y dominan el horizonte verde: el pico más alto, con 435 metros, es el cerro Tandileofú, y a un lado, está la cantera San Luis.
Es una cantera tan antigua que, de hecho, muchos llaman San Luis a este cerro.
Hasta este yacimiento se llega por un camino terciario de tierra entoscada en buen estado. La entrada al establecimiento se ubica a tres kilómetros del asfalto. El predio ocupa diez hectáreas. Así es que ya desde lejos se aprecia una cantera desarrollada a cielo abierto por voladura y banqueo, conformando un pit aterrazado (foto).
De cerca, el emplazamiento es inmenso y profundo, y presenta rocas metamórficas, migmatitas principalmente y rocas ígneas, compuestas por cuerpos de composición granítica y con edades de 2200 a 1600 millones de años, según estudios publicados por el Servicio Geológico Minero Argentino.
Entre tanto, comercialmente, la mina ha ido evolucionando con la demanda: «el cierre de las canteras vecinas en su momento, nos apuró un poco, por el aumento de la demanda; y casi duplicamos los empleados, además de invertir en equipos. Llegamos a trabajar en tres turnos, por lo que la cantera funcionaba las 24 horas hacia 2017. Pero ahora -explicó un gerente administrativo-, estamos trabajando al 25% de la capacidad instalada».
Vale aclarar que Minera Tandil agrupa a distintos inversores, relacionados algunos con la construcción y otros con el transporte de cargas, y que también opera desde 2013 el yacimiento Nueva Cantera Sierras Bayas, en Olavarría, (Registro Minero 232) con dos plantas procesadoras integradas con una mandíbula como instalación de trituración primaria y otra planta secundaria, con conos y varias zarandas.




