El trabajo digital, la información en la construcción y la eficiencia se imponen como reglas en el mercado. Cada actor de la cadena de valor tendrá desafíos propios para la adaptación, pero en una metodología que centra su mayor potencial en el desarrollo del proyecto, ¿qué pueden hacer los estudios de arquitectura para ganar competitividad?
Ya no es novedad que el BIM es el estándar presente de toda la industria de la AIC. El gemelo digital dejó de ser un recurso solo para el nicho de la infraestructura a gran escala, ahora se adopta en todos los sectores. Si bien impacta en cada etapa –proyecto, construcción y operación–, la aplicación de esta metodología tiene mayor poder transformador durante el proyecto.
La adopción de BIM ha cambiado la velocidad, cantidad y fiabilidad de información que se genera en la etapa de proyecto. Hoy en día, es una condición de competitividad en el mercado de servicios de la arquitectura, tanto en las etapas de diseño, factibilidad y anteproyecto, como en las etapas de entrega de documentación ejecutiva, cómputos, planificación y dirección de obra.
Entonces, ¿cómo se implementa BIM en una organización? No se trata, simplemente, de capacitarse en el uso de una herramienta de modelado (como Revit o Archicad), incluye entender y adecuar los procesos de generación de información de proyecto. Definir qué, cuánto y cuándo modelar en un gemelo digital para obtener entregables de calidad y a tiempo. Se trata de definir los estándares con los cuales se proyecta, de estudiarlos y ajustarlos a las nuevas tecnologías. Será cuestión de tiempo, cada vez menos, para que BIM sea la nueva normalidad, y los estudios de arquitectura que estén preparados y entrenados lograrán diferenciarse competitivamente en el mercado.
Ahora bien, ¿cómo se dibuja? ¿En qué soporte? ¿Con cuánto detalle? ¿Cómo se comunica? ¿Cómo se organiza? Las mismas preguntas que se hacían los arquitectos en la década del 70, cuando se introdujo el CAD y los primeros indicios de digitalidad en el proyecto arquitectónico, son perfectamente aplicables a la nueva realidad del BIM. Su Programa Ejecutivo de implementación, presentado por la Escuela de Gestión de la Construcción, busca acompañar a titulares y colaboradores de pequeños, medianos y grandes estudios de arquitectura a entender qué significa poner en marcha el BIM en sus procesos y cómo hacerlo. ¿El objetivo principal? Lograr que los participantes puedan elaborar una hoja de ruta posible y viable para adoptarlo en su organización.
¿QUÉ ES LA HOJA DE RUTA?
Cuando uno decide realizar un viaje a alguna ciudad o país desconocido, en general busca en Internet la información necesaria y se arma un cuaderno con la guía de lugares que visitará; todo, con el objetivo de no perder tiempo ni olvidar conocer los sitios que los turistas suelen visitar cuando llegan a ese destino. Con esta preparación, muchas veces, el viaje se disfruta antes de partir. Y, a mayor preparación, mucho más se disfrutará una vez que se arribe. Para esto proponemos la idea de hoja de ruta, para aprovechar el esfuerzo y lograr una exitosa adopción de BIM.
La propuesta se articula en dos módulos que abordarán la migración del CAD al BIM, y el desarrollo de un Programa de Implementación de este último en estudios de arquitectura. En el primer módulo, más teórico, se estudian los conceptos, métodos y recursos necesarios para llevarlo a cabo. Conceptos fundamentales de BIM, de normativa y de flujos de trabajo; protocolos de modelado, documentos modelo (BEP, EIR, etc.), plantillas, etc. Mientras que, en el segundo, más práctico, se propone un taller para generar todos los recursos necesarios para la implementación. Esta instancia dependerá de cada alumno, de cuánto esté dispuesto a producir.
En la siguiente etapa se desarrollará un diagnóstico de madurez BIM de la organización y un plan de implementación, con modelos de documentos, roadmap y una matriz de capacitaciones. El plan incluye una etapabilización, esquema de federación de modelos, índice de protocolo de modelado, estructura de plantillas y más.
Los mayores beneficios se obtienen con más del equipo del estudio, a fin de nivelar y sincronizar las expectativas, necesidades y roles. No se trata de un programa de formación en software, tampoco hace falta manejar ninguno de ellos. El Programa Ejecutivo está pensado para delinear –puertas adentro del estudio– la hoja de ruta que se comenzará a transitar tras la decisión de implementar BIM. Funciona, entonces, como un entrenamiento intensivo de 30 horas en vistas a un objetivo por cumplir.
En once encuentros, se conocerán herramientas de gestión del tiempo, técnicas de trabajo colaborativo, lógicas y criterios de la documentación en función de las necesidades del desarrollador o comitente, flujos de trabajo, roles, estrategias para la gestión del cambio, criterios para la selección de software en función de usos y requerimientos; es decir, una mirada integral de qué es BIM, las razones por las cuales implementarlo y cuáles son los secretos para hacerlo de forma exitosa.
FECHA DE INICIO
La segunda parte de este programa empezará el 25 de agosto y contará con seis encuentros. En este camino, acompañarán Gastón Leonardo Altizio, arquitecto (UBA), docente en FADU, consultor en gestión de obras; y Maximiliano Cernello, abogado (Austral), docente en FADU y en otras universidades nacionales, modelador BIM y modelador MEP.