Por Rafael Casale
El 30 de abril se confirmaron los despidos de 70 empleados que estaban trabajando en el proyecto del reactor nuclear CAREM. Estos podrían ser solo el principio, ya que la obra se ha paralizado por completo, lo que podría resultar en un total de 500 despidos adicionales. En respuesta a esta situación, la seccional Zárate y Lima de la Unión Obrera de la Construcción (UOCRA) declaró un «estado de alerta y asamblea permanente».
El “Proyecto CAREM” es un famoso pequeño reactor modular con el que Argentina podría ser una de las pioneras a nivel mundial en el novedoso y nuevo mercado de los SMR (Small Modular Reactor).
CAREM es la sigla de Central Argentina de Elementos Modulares, se inició en el año 2014 y continuó hasta el presente con distintos vaivenes y complicaciones derivadas de la coyuntura política/financiera/económica del país, siendo aun así el único proyecto a nivel mundial cuyo prototipo se encuentra en construcción, presentando aproximadamente un 75% de avance.
QUÉ ES UN SMR
Los Small Modular Reactor (SMR) son pequeños reactores de fisión nuclear de construcción modular. Los módulos se prefabrican parcialmente en una factoría y se transportan al lugar de emplazamiento donde se realizan las obras civiles y el montaje y conexionado de las distintas partes. De esta forma, aplicando economías de escala se logran disminuir sustancialmente los costos y los tiempos de construcción de los proyectos nucleares, se mejora su seguridad y se abren posibilidades a nuevos modelos de negocio.
Actualmente la preocupación por la seguridad energética y la creciente crisis climática están haciendo que los gobiernos vuelvan a poner foco en ésta energía libre de Carbono. Las energías renovables (eólica y solar) son mayormente intermitentes y cubrirán una porción sustancial de la energía mundial, pero cuando se suma la necesidad de almacenamiento para aplicaciones de carga de base y de seguimiento de la demanda, los costos se disparan sustancialmente. Los SMR prometen llenar este importante nicho en las redes energéticas de las próximas décadas.
PRINCIPALES APLICACIONES
Son variadas y van desde la generación de energía a bajo costo en zonas aisladas o conectadas al sistema interconectado como generación distribuida, hasta aplicaciones tan diversas como la provisión de energía para desalinización de agua, suministro de vapor y optimización de la cogeneración en complejos industriales, calefacción urbana en zonas frías, o su uso como laboratorio de investigación y de entrenamiento para operadores de grandes centrales nucleares. También puede ser el primer reactor para países pequeños que deseen ingresar al mercado nuclear.
Otra aplicación interesante por su escala es la generación del denominado Hidrógeno Rosa, que es como se conoce al generado a partir de electricidad procedente de energía nuclear, utilizando como materia prima el agua, mediante un proceso de electrólisis y que tiene una huella de Carbono menor a la del Hidrógeno Verde que se obtiene de fuentes renovables, si se considera toda la cadena de producción, además los SMR necesitan menos superficie que un proyecto eólico o uno solar o uno hidroeléctrico.
La energía nuclear en grandes plantas convencionales es la tecnología más cara hasta el momento, debido a la alta inversión requerida para su construcción (CAPEX) y los elevados costos de la operación y mantenimiento (OPEX) asociados a los niveles de seguridad operacional requeridos.
Los reactores nucleares modulares están llamados a ocupar un lugar destacado en la estrategia de descarbonización de la economía y de la transición energética. Esta nueva tecnología da respuesta a los dos grandes limitantes que tenían los proyectos de reactores nucleares convencionales: los altos costos y los prolongados tiempos de construcción. Y lo novedoso de los SMR es que hacen más versátil a la energía nuclear, pues tienen como objetivo reducir significativamente la inversión en capital (CAPEX) y aunque proporcionalmente la incidencia de los costos operativos (OPEX) sean más altos que en los de una central tradicional más grande, se estima que el costo final de la energía producida por estas centrales resulte mucho menor.
Los reactores modulares son una forma de volver competitiva a la energía nuclear en términos de implementación y seguridad operacional, pero también lo son en su modelo económico y financiero. La fabricación modular es más sencilla y baja los costos de construcción, pero también mejora la ecuación económica financiera respecto de cómo se instala y cómo financia su construcción, pues permite optimizar la instalación de una planta al hacerla en etapas, instalando un primer módulo y con la electricidad generada financiar otros módulos, autofinanciando el crecimiento de la capacidad.
Los SMR son reactores mucho más seguros que los convencionales con riesgos casi imposibles de sufrir accidentes y un complemento ideal a las energías renovables intermitentes, brindando energía de base de manera eficiente.
PROYECTO COMPETITIVO
Carem sería la primera central nuclear de potencia íntegramente diseñada y construida en Argentina. Su prototipo de 32 MW de potencia instalada está en construcción en el Complejo Atucha y dentro de su novedosa tecnología el CAREM se diferencia de los reactores nucleares de agua presurizada convencionales (PWR) que se operan en el país. Su diseño es internacionalmente reconocido como uno de los más eficientes e integra el selecto grupo de los reactores de cuarta generación bajo el concepto de integración y seguridad pasiva, que reduce la posibilidad de accidentes con pérdida de refrigerante, además de poseer autocontrol dentro de las primeras 36 horas de ocurrido un incidente.
El CAREM es un reactor barato debido a la simplicidad en su funcionamiento y por poseer combustible nuclear de alto quemado. Utilizará combustible nuclear en base a óxido de uranio, similar al de los reactores de las centrales de Atucha I y II y Embalse, pero enriquecido al 1% o 2%, además de agua ligera como refrigerante, que se producirá en el Complejo Tecnológico Pilcaniyeu (provincia de Río Negro), diseñado y fabricado por INVAP. El proyecto Pilcaniyeu utilizará el método de difusión gaseosa para el enriquecimiento de uranio, aumentando la concentración de U235 respecto de su porcentual en la naturaleza.
Se prevé que los módulos del reactor definitivo sean de 120 MW y que se pueda escalar a 4 módulos llegando a los 480 MW de potencia instalada por planta.
Los pequeños reactores modulares prometen ofrecer energía nuclear más barata, suministrando energía de base a las redes eléctricas sin emisiones de carbono y permitiendo nuevos usos para los reactores nucleares. Según un informe de IDTechEx, se espera que el mercado mundial de SMR alcance los US$ 72.400 millones en año 2033 y los US$ 295.000 millones el 2043, lo que representa una tasa compuesta anual del 30% en el período. La misma consultora pronostica que “..con el potencial de un rápido crecimiento impulsado por menores requisitos de capital y un suministro de carga base sin emisiones de carbono y energía que sigue la demanda y que es competitiva en costos con las energías renovables y el almacenamiento, se prevé que los SMR suministrarán el 2% de la electricidad mundial en el año 2043…”.
A la fecha unos veinte proyectos de SMR están activos en el mundo con diferente nivel de avance, con el objetivo puesto en ese nuevo mercado. De estos proyectos solo 5 tienen grandes posibilidades por su tecnología y por el grado de avance y uno de ellos es el CAREM, siendo además el único con un prototipo en construcción avanzada.
El consorcio público privado Rolls Royce SMR es a su vez el más avanzado en la estructuración de la financiación, sociedad a la que el año pasado se han sumado la estatal Great British Nuclear (GBN) y la también estatal Qatar Investment Authority (QIA). Los otros jugadores son Nuward de la estatal EDF – Électricité de France, el BWRX-300 de GE Hitachi Nuclear Energy y VOYGR de NuScale, éste último una joint venture entre la estatal rumana Nuclearelectrica con Fluor Enterprises, Samsung C&T y NuScale Power.
Remarco la participación estatal, no por una cuestión ideológica sino porque la actividad nuclear es altamente sensible y pertenece al conjunto de las infraestructuras estratégicas críticas cuya seguridad debe ser la máxima posible y que sólo pueden garantizar los Estados y los organismos internacionales que los agrupan.
El gran punto débil del CAREM es que hasta la fecha sólo ha recibido financiación del Tesoro argentino y no cuenta con financiación privada, nada que no pueda ser solucionado mediante una gestión comercial planificada, pues la Argentina es pionera en el desarrollo y uso pacífico y seguro de la energía nuclear y las credenciales y prestigio de la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA) son indiscutibles.
Dentro del contexto global de transición energética con crisis climática, al que se suman las guerras Rusia – Ucrania y los cada vez más complejos conflictos en Oriente Medio, el reactor CAREM está en la mejor posición para disputar el nuevo mercado de los SMR. Argentina ha venido desarrollando el proyecto desde hace muchos años y es el único que tiene un grado de madurez importante al contar con una obra real con un grado de avance muy significativo que se puede ver, convirtiéndolo por lejos en el más competitivo ya que los competidores se encuentran en etapas de diseño y que por el momento son solo grandes estrategias comerciales.
Para solucionar el punto débil del CAREM, Argentina debe finalizar el prototipo que se está construyendo en el Complejo Atucha y sumar socios privados y estatales.
Es importante finalizar el prototipo pues con él la CNEA demostrará algunos avances tecnológicos de los SMR, que serán importantes para el CAREM y también para la industria nuclear, pues se podrá evaluar el funcionamiento del núcleo, los generadores de vapor, las barras de control, y otros elementos innovadores que ponen a la Argentina a la vanguardia del desarrollo nuclear y que permitirán además generar un mercado de venta de esos componentes.
El CAREM tendrá más del 70% de componentes nacionales. Se ha generado el know-how y una cadena de valor con proveedores locales que se suman a otros actores estratégicos que forman parte del proyecto como INVAP, NA-SA, CONUAR-FAE e IMPSA, y que generan empleo de alta calificación en distintas provincias del país.
Sería clave para el CAREM llegar a la ventana comercial que marca el año 2030. Para esa fecha, el que tenga el primer reactor en funcionamiento y probado se quedará con una parte importante del nuevo mercado.
Por eso el prototipo debe finalizarse lo antes posible, para realizar los ajustes necesarios para el escalado comercial y aprovechar la ventana de oportunidad.