Aunque en toda su vida se calcula que hizo más de mil viviendas familiares, sólo en la década de 1940, Nicolás Dazeo construyó unas 400 casas en la ciudad balnearia de Mar del Plata. En los años 50, levantó unos sesenta edificios “numerados”; y en los 60, otros cincuenta con la denominación “Nijocali”; además de cines, clubes deportivos, plantas industriales, galerías comerciales, hoteles, instituciones bancarias, templos, hospitales y escuelas.
En cualquier caso, los proyectos propusieron la instalación de fachadas con lajas de una piedra blanca proveniente de la zona de Chapadmalal, un revestimiento que enseguida se constituyó como una característica distintiva de un estilo arquitectónico, con su “piedra Mar del Plata”.
Por ello entonces, este empresario también formaría una sociedad junto a sus hermanos para la explotación de la cantera Don Mariano, distante a unos 13 kilómetros de Mar del Plata; en tanto que una de las estrategias para el desarrollo de la constructora consistió en controlar varias subsidiarias proveedoras para acotar tanto los costos como los plazos del trabajo (demolición, excavación, encofrado, hormigonado, logística, etc.), hasta que en los años 90 cambió el modelo económico del país, la compañía terminó en la quiebra y la cantera, prácticamente sin actividad.
Treinta años después, por “una deuda de $480 de canon minero” al año 2020, para la Dirección de Minería de la provincia de Buenos Aires caducó la concesión de la mina Don Mariano, de Dazeo Hermanos y Compañía SA (RPM Nº13), según dice la Resolución 155/21. Luego, el emprendimiento pasó a las manos de Ermeg SA (RPM Nº 411) y la cantera se denominó Fátima.
La innovación
Ahora, con equipamiento de última generación, esta explotación ha recibido inversiones, y como respuesta a la demanda de los mercados, alcanzó una capacidad instalada para producir 1200 toneladas diarias con calidad internacional.
Según explican desde Ermeg, hoy la faena industrial comienza con la extracción del material previamente destapado: “llevada a cabo mediante maquinaria pesada, dejando de lado la utilización de explosivos y otros métodos invasivos, procurando el total cuidado del medio ambiente y la conservación del ecosistema”. Así es que, por ejemplo, para partir la piedra sin hacer ruidos molestos, la Cantera Fátima ha incorporado un quebrantador hidráulico traído desde Japón (ver aparte: A la vanguardia de la industria).
Igualmente, hay otros aspectos de la innovación implementada que también se refleja en la obtención de un grano uniforme, la minimización del desperdicio, la eficiencia energética, la automatización inteligente y el monitoreo en tiempo real.
Por lo demás, tal como ocurre en otras explotaciones a cielo abierto por banqueo, el mineral extraído en el frente de esta cantera es transportado por medio de camiones con bateas hacia la zona de elaboración, para su trituración, clasificación y depósito. En estas etapas del proceso, “el equipamiento de Molienda está divido en dos plantas que trabajan independientemente, permitiendo regular la producción en función de la demanda”; de modo que la planta principal se destina de manera exclusiva al proceso de trituración primario mientras que oportunamente la segunda instalación se abastece de lo producido por la primera estación. Como sea, “ambas plantas poseen trituradoras secundarias y reparadoras terciarias, para una mejor terminación”. Y por fin, el material es llevado a través de cintas hasta los silos, donde quedan clasificados conforme su granulometría y listos para el despacho.