Anunciado el inicio formal de la construcción de la autopista de la ruta 33, también avanzan otras obras en la provincia que pretenden generar puestos laborales y reactivar todo el aparato comercial y productivo de las localidades donde se lleven a cabo.
La importancia de la obra de la autopista de la ruta nacional (RN) 33, entre Rufino y San Eduardo –que fue definida como de “impacto federal”– es producto del alto crecimiento que hubo en el parque automotor, porque “estamos con distintos problemas en todas las rutas del país. En lo que hace específicamente a la provincia de Santa Fe, cuando se planificaron, hace más de 50 años, había solo un 20% de la circulación que tienen hoy. Ahora, nos encontramos con un parque automotor inmenso y con un transporte de carga cada vez mayor. Por ejemplo, en esa zona de la provincia, en los últimos 15 años, la cantidad de toneladas de granos se ha incrementado en un gran porcentaje y ese transporte se hace a través de camiones que circulan por estas rutas. Por eso la necesidad la de autopistas y autovías en inminente en Argentina”, explicó Oscar Ceschi, administrador general de Vialidad Provincial.
Y agregó que, en este caso, “la ruta 33, aunque es nacional, está dentro de nuestra provincia y estratégicamente en la zona del sur de Santa Fe, donde se transporta una producción de granos de excelencia. La obra, además de favorecer a nuestra región, será un impacto para toda la Argentina, porque tanto en nuestro gobierno provincial como el nacional se está poniendo una mirada federal. Desde Nación, con todas las provincias, y desde Santa Fe, interactuando con los gobiernos locales, sobre todo en el norte de la provincia. Ya se suscribió el acta de inicio de la obra del primer tramo de la autopista de la RN 33 a lo largo de 72 kilómetros y cuenta con un presupuesto de $15.200 millones”.
Si se licitó en 2017, ¿por qué se esperó tanto tiempo para su realización?
Porque estas obras fueron paralizadas durante el gobierno anterior. Lamentablemente, esta ruta nacional 33, que ya había sido licitada, todavía no comenzó. También estuvo frenada la RN 34, a la altura de Rafaela-Sunchales, y ahora se está avanzando a un muy buen ritmo. En este último año se hicieron trabajos muy importantes: ya se habilitaron nuevos tramos de la autopista y se empezó con la obra de carpeta asfáltica.
¿Considera que estas obras anunciadas y ya licitadas contribuirán al arraigo de los pobladores de la provincia?
Coincido plenamente con ello. En Santa Fe, el gobernador está llevando a cabo distintas políticas y se está haciendo en el norte una gran inversión. Como decimos aquí, de San Justo para arriba vive el 20% de los habitantes de la provincia, o sea que estamos despoblados. Si nosotros no tomáramos medidas, probablemente en 10 años tendríamos el 10% de la población viviendo en esos lugares. Hay que valorar a la gente que se queda allí, deben tener mucho amor por ese lugar donde muchas veces falta infraestructura, no tienen una salida laboral y viven casi sin esperanzas y sin medios de transporte.
¿Cuál es una de las razones fundamentales por la que están generando infraestructura en el norte santafecino?
Para que la gente tenga una motivación especial y se quede. Estas son políticas de estado que tienen que ver con una cuestión de igualdad. Es permanente la inversión en las grandes ciudades muy pobladas donde se hace infraestructura, pero también se debe hacer donde no hay mucha gente para que sus pobladores no emigren y sigan viviendo allí. Con estas obras quizás algunos se incentiven para volver a sus pueblos de origen porque van a tener una ruta segura para salir.
¿Cuáles otras obras viales se licitarán en los próximos meses en la provincia?
La ruta 63, que une Colonia Margarita con María Juana; la ruta 36, que une a la ciudad de Vera con Romang, en el norte; en Helvecia, la repavimentación de la ruta 1, que va hasta Cayastá. También trabajamos en la licitación del acceso a Garibaldi, una localidad cerca de María Juana y a unos 6 kilómetros de la ruta 13. Además, un tramo que falta de la ruta 39, que une San Javier, pasa por Crespo, San Cristóbal, hasta Villa Trinidad, y es la única ruta transversal de la provincia que la atraviesa de este a oeste. Ya licitamos 31 kilómetros y ahora lo haremos con los 23 restantes. Asimismo, la ruta 3, que va desde Vera hasta Los Amores, es un tramo de 46 kilómetros; la repavimentación de la ruta 80, a la altura de Gálvez; la licitación de la ruta 13, con un presupuesto de casi $1000 millones; las ampliaciones de puentes, en la ruta 10, a la altura de Santa Clara de Buena Vista; la reparación del puente de Carcarañá sobre la autopista. Cuando hablamos de repavimentación, quizás se toman como obras menores, pero se trata de obras que tienen una inversión cercana a los $700 millones.
¿Para todas estas obras se utilizará mano de obra local?
Tenemos una ley que les da ventajas a las empresas que son de Santa Fe. Tratamos de darles prioridad a las obras que generen trabajo local y que requieran la mayor cantidad de gente de la zona. Así, van a tener un doble sentido: los trabajos en sí que son necesarios y, también, aprovechar que esos millones de pesos que invertimos generen puestos laborales, movimientos de dinero, que los comercios funcionen y vendan más, y reactivar todo el aparato comercial y productivo del lugar donde se llevan a cabo esas obras.
¿Con qué obras sueña antes de finalizar su mandato?
En principio, el mayor anhelo sería terminar la RP 39, porque yo soy de Gobernador Crespo, y esa ruta pasa por allá. Aparte, que se pueda concretar la obra del tramo de la autopista sobre la ruta 11, desde Santa Fe hasta San Justo. Y otra obra soñada es el puente Santa Fe-Santo Tomé, que resulta vital y muy deseada, y la autopista Santa Fe-Rosario, que resultó ser la primera del país, en la que estamos invirtiendo mucho en reparaciones y ya vamos a licitar la iluminación desde Rosario hasta Puesto San Martín. Me encantaría que esté iluminada en su totalidad y que sea una autopista modelo para la Argentina. Después, otros anhelos menores serían tratar de asfaltar la mayor cantidad de rutas posibles, reparar las existentes y también hacer un buen trabajo en todas las de tierra a las que no podemos asfaltar porque son unos 11.000 kilómetros, pero podemos dejarlas en condiciones de transitabilidad.