Entre los sectores que se ven afectados por las restricciones a las importaciones, el de los equipos, repuestos y tecnologías para maquinaria está entre los más afectados. Las dificultades para acceder a nuevos productos y realizar reparaciones, complica la logística, a las obras y a las empresas, así como a toda la cadena de la construcción y, consecuentemente, a la economía.
En esta entrevista, el titular de Comisión de Logística y Equipos de la Cámara Argentina de la Construcción, Florial Crespo, que a su vez es gerente del parque de maquinarias de la firma Contreras Hermanos, advierte sobre la situación y describe las principales acciones que llevan adelante.
¿Cuáles son los temas que trabajan desde la Comisión de Logística y Equipos?
Las reuniones comenzaron alrededor de 2006-2007 con la idea de plantear las problemáticas de esta actividad. En un principio elaboramos una norma para la utilización de los equipos en los consorcios (UTEs), que eso siempre fue un punto de discusión. Entonces creamos un manual que establecía cómo regirse y cómo armar la factura de lo que cada compañía le cobraba al consorcio por la utilización de los equipos que aportaba.
Luego empezamos a ver la necesidad de formación que había y -con la Universidad de Buenos Aires- armamos un posgrado sobre administración de equipos. Pero como la UBA exigía que los alumnos sean ingenieros y había mucha gente que, aunque era técnica, también le interesaba ser parte, se armó un curso similar en la Escuela de Capacitación de la Cámara. En la actualidad este curso se dicta a través de seis módulos y trata diversos temas: mantenimiento, administración de activos, control de gestión en obra, etcétera.
¿Cuáles son los proyectos que tienen para desarrollar a futuro?
Estamos haciendo algunos trabajos con el IERIC para tratar de extender estos cursos a la formación de mandos medios y a mecánicos. Serían capacitaciones con los fabricantes (Toyota y Mercedes Benz, que son los más cercanos) porque -con el crecimiento que ha tenido la actividad- la necesidad de mano de obra es y siempre fue muy importante. En otro momento esto lo suplían los dealers (de las marcas de equipos) pero con la pandemia hubo compañías que se desarmaron bastante.
¿Cómo está el mercado de equipos en el país?
Los abastecedores de máquinas en el mundo cambiaron muchísimo el perfil. A las empresas americanas básicas de hace 15 años atrás, hoy se suman las chinas y las coreanas. La amplitud es bastante grande.
Similar realidad a la del resto de los países, en el mercado argentino se ve el avance de los fabricantes chinos. Si se observa el ranking del año pasado, XCMG está en el tercer puesto, ya pasó a Volvo y a John Deere.
Esto demuestra que hay que empezar a hablar con otra gente, a la que tal vez hasta hace dos años atrás no la teníamos en cuenta. Y eso es lo que estamos tratando de hacer. Hoy en día hay tal vez más crédito por el lado chino que por el americano. Estamos viviendo un momento de bastante movimiento.
Con respecto a la actividad de la obra pública, es problemático. Pero esta es una parte de la historia argentina. Si se viaja a Neuquén, el mercado está totalmente saturado y no hay contratistas. ¡Y ni hablar de la minería!
Así que no me cabe duda de que por el lado de la obra pública nacional, provincial o municipal la cosa está complicada, pero hay todo otro sector que tiene una problemática fuerte.
En relación a la sustentabilidad, ¿avanzan con alguna iniciativa?
El tema de la huella de carbono se ve cada vez más dado que somos una de las partes (involucradas). Nos estamos acercando a los proveedores más importantes para que nos vayan contando qué es lo que están haciendo porque parte de los clientes ya nos piden hacer algo al respecto, fundamentalmente las petroleras y las mineras. Así que hemos tenido conversaciones y charlas técnicas con la gente de Iveco, de Scania, de Komatsu y también con algún fabricante de origen chino.
Estamos trabajando para tratar de entender la huella de carbono y las nuevas tecnologías que los fabricantes empezaron a ofrecer, y canalizar todo, aunque con las limitaciones propias porque los costos impactan.
Por ejemplo, en la última feria de Conexpo había una excavadora diésel como la que usamos nosotros que valía 200.000 dólares; la misma, pero eléctrica y con batería de litio, costaba 1.200.000. El mercado local no puede soportar eso. Cuando uno empieza a ver a los distintos fabricantes se evidencia que la problemática existe pero todavía no está definida cuál será la alternativa.
POLÍTICAS RESTRICTIVAS
¿Cómo las restricciones a las importaciones afectan su actividad? ¿Cómo lo resuelven?
Hoy en día el problema básico de todos es el abastecimiento de repuestos y materiales. Está bastante complicado. Pero, tenemos un foro vía Internet a través del que nos comunicamos (con otros socios) para necesidades puntuales.
Por definición, las compañías constructoras son poseedores de stocks importantes. Entonces, a lo mejor un filtro que yo tenga hay algún colega que lo puede necesitar así que por este medio nos pasamos datos, colaboramos y logramos avanzar un montón de temas.
Por ejemplo, a raíz de estas dificultades se fueron desarrollando proveedores locales, entonces si alguien tiene alguna experiencia, la transmite al grupo para poder ayudarnos entre todos. Hay mucho intercambio técnico, de fabricación de elementos puntuales y de diversas necesidades, sobre todo hoy en día que la importación está difícil.
A pesar de todas las cosas malas que tuvo la pandemia, hay algunas buenas como ésta. Además, la extensión del uso del Zoom permitió que en las reuniones intervengan un montón de colegas que están en Salta, Tucumán y otras provincias.
¿Aumentaron su federalización?
Exactamente. Y con los cursos sucede lo mismo, más gente tiene acceso. Antes, generalmente la queja de los socios del Interior era que todas las cosas pasaban en Buenos Aires. El Zoom permite hacerlo más federal.
Desde esta Comisión, ¿hacen algún tipo de gestión o reuniones con referentes del Gobierno para facilitar el ingreso de repuestos y tecnología importada?
Sí, generalmente las gestiones nacen de la Comisión pero la Cámara las hace. Yo tuve la oportunidad de acompañar al ingeniero Weiss (Gustavo) a una conversación con el licenciado Tombolini (Matías) en la que se plantearon las necesidades. Pero (la situación) es bastante disímil, porque tal vez es más sencilla la importación de algún elemento para una obra de energía o de minería, que para una municipal. Hay cierto tipo de prioridades que a veces hay que respetar.
No obstante, hay un tema que es realmente sorprendente: en 2022 ingresaron 11.000 equipos viales al país, cuando la Argentina es un mercado de 5.000. Es un número impactante, si bien es real que veníamos de los años de pandemia cuando los ingresos habían sido muy bajos.
Si bien hay provisión de equipos -como los camiones- que son a nivel nacional porque el derecho de aduana es muy importante, estos fabricantes también tienen sus problemáticas, sobre todo en relación al suministro de insumos y de electrónica.
¿Y esto cómo afecta a las obras? ¿Se genera demoras concretas en los avances?
Sí, hay problemas. Tal vez es más sencillo sobre todo cuando se trata de equipos de uso general porque si hay problemas con una cargadora, por ejemplo, se consigue. En cambio con una tunelera, la cosa cambia.
Además, lo que también genera problemas es que hay una inflación internacional que es muy fuerte. El precio de las maquinarias en el mundo ha crecido de modo ostensible.
Por citar un ejemplo de un rubro que manejo, los equipos de soldar que mi empresa (Contreras Hermanos) utiliza en el Gasoducto Néstor Kirchner (GNK), eran máquinas que históricamente valían entre 20.000 y 25.000 dólares. Hoy valen 45.000 dólares en los Estados Unidos. La inflación no solamente nos preocupa a nosotros, sino también a toda la actividad.
En este contexto, ¿cómo encaran la financiación para la compra de equipos?
Está dificilísima.
¿Cómo lo resuelven las empresas? ¿Cómo son las inquietudes que les llegan a Camarco?
Hay algunas esperanzas importantes que vienen de la mano de la posibilidad de pagar los equipos con yuanes o reales. Esto se viene hablando, es uno de los grandes temas que siempre se conversa pero las tasas de interés frenan un poquito todo, aunque es más llevadero si es aplicado a la minería o al petróleo, que dependen de un mercado internacional.