En entrevista exclusiva para “El Constructor”, el ministro de Obras Públicas, Gabriel Katopodis, detalla el estado de las obras en todo el país, las expectativas en un año electoral y se refiere al plan para lidiar con la cuestión inflacionaria, entre otros temas.
Por RITA PIRIS
Desde el inicio de la gestión, en las 23 provincias y la Ciudad Autónoma de Buenos Aires “se invirtieron $621.024 millones en todos los municipios del país”, cuenta Gabriel Katopodis, el ministro de Obras Públicas. Esas cifras denota que, desde el 2019, en promedio, se terminaron 2,8 obras por día. “Estas están distribuidas en Conectividad e Infraestructura Vial (1038), Gestión Integral del Recurso Hídrico (1556) e Infraestructura Rural, Urbana y del Cuidado (1029)”.
¿Cuál es el estado y avance de las obras mencionadas en el presupuesto 2023?
Tenemos en el Ministerio de Obras Públicas más de 6500 obras vigentes, de las cuales ya logramos finalizar más de 3600, y estamos cerca de los 500.000 puestos de trabajo, lo que significa un récord histórico de empleo en la construcción. Con el impulso de la obra pública, el sector logró el récord histórico más alto de empleos registrados, con una serie de 25 meses de expansión, con tasas de crecimiento interanual superiores a los dos dígitos, según el INDEC. No hay municipio que hoy no tenga una obra pública del Gobierno nacional, y esto tiene que ver con una inversión que en 4 años ha sido sostenida y significativa para un Plan Federal de obras en clave de desarrollo que definen el futuro de muchas de las regiones de nuestro país. Este es el diseño que necesita la Argentina: más oportunidades para todos y todas, garantizando derechos con obras para que la gente viva mejor. A través de Vialidad, se intervinieron 18.867 km entre nuevas autopistas, autovías y rutas, y 17.853 km de repavimentación y mejoras con colaboración de Corredores Viales SA, que en tres años y medio empleó 313.150 toneladas de asfalto e instaló 5836 luminarias LED en rutas de 13 provincias del país que tiene bajo su concesión. Con las obras ejecutadas por AYSA y ENOHSA, 2,5 millones de personas accedieron por primera vez al servicio de agua y saneamiento. A través de la Secretaría de Obras Públicas se construyeron 12 hospitales modulares para hacerle frente a la pandemia, más los 76 centros modulares sanitarios y de aislamiento que fortalecieron el sistema. Se culminó la construcción de 73 centros de desarrollo infantil, que tiene que ver con una política del cuidado destinada a la primera infancia y que, además, están en ejecución 293 obras y 83 por comenzar. Se terminaron las obras de 29 universidades en todo el país y otras 50 siguen ejecutándose. Pero también estamos avanzando con 57 proyectos para poder fortalecer la educación pública.
¿Cuáles son las expectativas para los años venideros?
El desarrollo de las fuerzas productivas en la Argentina es fundamental y apropiarnos como país de la riqueza y las oportunidades que tiene, también. Tenemos la tarea de hacer efectivo un rumbo de poner al país en una dirección muy clara. Con algunos dilemas y tensiones, la Argentina es así: si vamos hacia un modelo extractivista, si nos planteamos como único reto pensar de qué manera generar más commodities para colocarlos, ubicarlos, comercializarlos en distintos puntos del mundo, o si pensamos en una Argentina con desarrollo industrial y con un tejido productivo fuerte y diversificado. Existe, también, la cuestión de ir logrando un desarrollo con inclusión, con igualdad. Estos son debates históricos ante los que debemos tomar posición como dirigentes, donde tenemos tensiones y contradicciones. Hay regiones que, con mucho esfuerzo, están tratando de llegar a los pisos mínimos de infraestructura. Hay ciudades conectadas, integradas a una matriz y ciudades desconectadas, aisladas. Ciudades en las que existe abundante agua y no es hoy ese recurso un problema para esas economías, y hay un conjunto de regiones y pueblos que no tienen agua. En ese territorio diverso y desigual estamos actuando políticamente y como Estado nacional. Nos encontramos en un momento de recuperación y para eso son fundamentales las rutas, los corredores bioceánicos, los puertos, las redes ferroviarias y es vital que todo ese sistema de transporte y de logística se mire y se piense de manera complementaria, con una lógica de cooperación porque la Argentina tiene que desarrollarse integralmente, donde todas las provincias sean parte de ese proceso de desarrollo y recuperación.
En cuanto al sistema de redeterminación de precios, ¿cuál es el plan para lidiar con la cuestión inflacionaria y su desarrollo actual?
El contexto inflacionario que atravesamos nos ha obligado a trabajar en una mesa coordinada con la Cámara de la Construcción y la UOCRA para buscar soluciones. Fuimos adecuando índices, pudimos avanzar con el índice del combustible y eso generó una mejora importante a la hora de readecuar y que sea más representativo. También, hemos modificado ya en buena parte del Ministerio todo el sistema de redeterminaciones, pasando de redeterminaciones definitivas a provisorias, lo que ya ha tenido un gran impacto en algunas áreas, como en la Secretaría de Hídricos y en la de Obra Pública, y lo va a tener en el ENOHSA. Seguimos trabajando para agilizar el sistema de redeterminaciones y el de procedimientos que tenemos en el Ministerio.
¿Cómo se construye un sistema de cooperación entre las provincias con territorios tan asimétricos?
Es necesario un estatuto de ciudades que permita establecer umbrales mínimos, para definir pautas comunes, para avanzar de manera contundente en niveles de infraestructura social, urbana para todas las ciudades y los pueblos de la Argentina. Es un gran desafío que venimos dialogando con gobernadores e intendentes. Hay que pensar el país regionalmente, no de manera insular, construyendo un mercado común con nuestros vecinos y definir de manera conjunta qué matriz de desarrollo debemos abordar. Hay que reconfigurar las lógicas del Estado para construir un Estado más inteligente y construir un diálogo como uno de los activos más importantes de nuestro país.
Durante la Convención de Camarco, se expresó preocupación por las demoras en las solicitudes de las empresas que alegan una tardanza de 60 días en responder y que eso produce un atraso. Y que los pagos con financiamiento internacional están prácticamente al día, pero los vinculados a las obras por convenio con el Estado nacional tienen demoras de hasta 8 meses…
Las empresas, los gobiernos provinciales y municipales utilizan un sistema de gestión, tramitan sus certificados y avanzan en cualquier proyecto y contratación de la obra pública de manera digital, lo que nos ha permitido mejorar los tiempos y simplificar los procedimientos. Para muchas de las cosas que necesitamos resolver en materia de procedimientos, para tener un sistema de redeterminaciones que permita que cada empresa pueda liquidar de manera provisoria, actualizar los precios, cobrar ese monto y después ir ajustando ese contrato en la redeterminacion definitiva, hemos impulsado un decreto de necesidad y urgencia que modificará el 691, que ya está en proceso. Esto no resolverá de la noche a la mañana este problema, pero sí estamos convencidos de que nos permitirá mejorar, agilizar y cumplir con muchas de las premisas. Los empresarios de la construcción tienen que saber que vamos a cumplir con los pagos en los plazos que necesitamos, tenemos garantizado el 100% del crédito para todo el 2023 y terminamos el primer semestre con más del 50% del presupuesto ejecutado. Aun en las dificultades, hay que rescatar que este es un gobierno que siempre apuntó a tomar medidas en favor de los más perjudicados, los que han perdido en este tiempo, y esa es una consigna muy clara, en momentos de mayor crisis, siempre hubo mucha templanza para pensar cuáles son las mejores decisiones en contextos restrictivos en situaciones de escasez y poder rescatar esto de tomar decisiones en función de proteger, de cuidar y fortalecer es un saldo destacable de esta gestión. El ministerio de Obras Públicas finalizó 3623 obras de las más de 6500 iniciadas
LA AGENDA EN SUSTENTABILIDAD
Según Katopodis, es un eje transversal de “nuestro Ministerio la implementación de una agenda con perspectiva ambiental, de desarrollo sostenible y de cambio climático, con el objetivo de fortalecer la gestión sostenible de la obra pública”. Asimismo, “venimos llevando adelante políticas que aportan al Plan Nacional para la Adaptación y Mitigación al Cambio Climático. Hace unas semanas, inauguramos en Río Negro el Radar Meteorológico N° 12, fabricado íntegramente en nuestro país por el INVAP”. Esto le permitirá al Servicio Meteorológico Nacional obtener información, realizar predicciones generales y de extremos climáticos para disminuir los riesgos.
“No hay duda de que es un gran punto de inflexión para pensar el desarrollo de los próximos 15 años y un desafío para pensar esta transición, para pensar cómo se va modificando una matriz hacia fuentes limpias, hacia energías mucho más sustentables. El agua es parte de nuestra agenda como recurso, porque la industria, el campo, el polo hidrocarburífero, tienen un vínculo absolutamente dependiente. Por esto hay que pensar sencillamente cómo gobernamos y utilizamos ese recurso tan estratégico. Cómo, desde el agua, garantizamos una matriz que nos permita que nuestras economías regionales mejoren su productividad”, asegura.
Y cierra: “Logramos que Vaca Muerta y cada uno de estos polos terminen siendo una palanca de desarrollo para la Argentina. Hasta hace diez años era un interrogante, se decía que no íbamos a poder desarrollar esa oportunidad. Hoy, estamos demostrando que generamos las condiciones y el marco para que haya actores fuertes del sector privado sentados en la mesa y que tenemos una empresa de bandera como YPF que lidera y conduce ese proceso de desarrollo. Los acuerdos y planes de manejo de estos recursos nos llevarán a una administración eficiente y resiliente”.