Son desarrolladas en el informe “Emerging Trends in Infrastructure in 2024 – Enabling Transitions», elaborado por los líderes de infraestructura de KPMG Internacional. Se esperan mayores decisiones en sectores críticos como energía e infraestructura urbana. Tecnología y ESG en el centro de la agenda.
Todos los años los líderes de infraestructura de la consultora mundial KPMG realizan un informe especial acerca de las tendencias mundiales del año para el sector. Con el título “Emerging Trends in Infrastructure in 2024 – Enabling Transitions» (Emerging Trends in Infrastructure – KPMG Global), el correspondiente a este año llega a la conclusión de que para 2024 se espera un mayor progreso e innovación en las decisiones a tomar, especialmente en sectores críticos como son el energético y de infraestructura urbana. También se afirma que la cantidad de capital filantrópico dirigido al desarrollo de infraestructura está aumentando, que el magnetismo de los centros urbanos se está dispersando, y que hay un cambio continuo hacia la descentralización de la infraestructura. Disrupción tecnológica y los temas ESG son protagónicos. El informe señala diez principales tendencias para 2024:
- Un enfoque más amplio en la transición justa: El mayor desafío será garantizar que los resultados de inversión, desarrollo y sostenibilidad se distribuyan equitativamente entre los mercados desarrollados y emergentes. Será necesario invertir masivamente en la ampliación de las energías renovables, mejorar la adaptación al clima en los países de alta geografías de riesgo, crear regímenes regulatorios de apoyo, y desarrollar habilidades y capacidades para la nueva economía. Es probable que las inversiones futuras en fuentes de energía tradicionales se canalicen hacia los mercados emergentes donde las regulaciones son menos claras y donde algunos países aún no han definido sus vías de descarbonización ni han establecido objetivos cero neto.
- Giro geopolítico: Los actores del sector de infraestructura y los inversores deben centrarse en encontrar formas de medir, gestionar y mitigar los riesgos de la incertidumbre. El mundo se encuentra en un estado de agitación geopolítica y social que lleva a enfrentar desafíos económicos, climáticos, comerciales, de desigualdad y tecnológicos que están impactando la vida cotidiana de las personas e influyendo en las agendas políticas globales. Si el mundo vira hacia una menor asociación y colaboración, el impacto en el sector de infraestructura será significativo. Los inversores y propietarios de infraestructuras pueden tener dificultades para resolver la incertidumbre y la complejidad regulatoria, lo que ralentizará los acuerdos y reducirá la inversión justo en el momento en que el mundo más lo necesita. El costo de los proyectos podría aumentar a medida que las empresas constructoras y los promotores incluyan nuevos riesgos en sus ofertas.
- Aumento del capital filantrópico: Los inversionistas filantrópicos están colaborando con los bancos multilaterales de desarrollo y las agencias de desarrollo para atraer más capital del sector privado a través del «financiamiento combinado». Antes de la pandemia, los gobiernos de todo el mundo luchaban por financiar toda la infraestructura que necesitaban. Pero los apoyos fiscales y los impactos económicos de la pandemia han hecho que la tarea sea casi imposible. ¿Puede el capital filantrópico llenar ese vacío? Según los datos relevados la cantidad de capital filantrópico que se asigna al desarrollo de infraestructura está aumentando y parte del aumento proviene de organizaciones filantrópicas globales que siempre se han centrado en catalizar resultados positivos para la sociedad.
- Hacia un «tejido de infraestructura«: El magnetismo de los centros urbanos se está dispersando. El mundo será diferente para los planificadores e inversores de infraestructura, quienes tendrán el desafío de crear mecanismos de desarrollo que incluyan esta nueva dinámica en sus proyectos. También parece claro que los ciudadanos están buscando una nueva versión de la “ciudad de 15 minutos” donde todo esté a su alcance. Este es un mundo diferente. En lugar de centrarse en construir una infraestructura troncal masiva y expandir las redes actuales, está surgiendo una oportunidad en incentivar a las empresas, consumidores y usuarios para que combinen sus propios activos con la infraestructura que ya existe. Y para que los proveedores y propietarios de infraestructura existentes combinen sus activos de manera más efectiva en la red de infraestructura holística.
- Contratación de tecnología: Considerando una mayor demanda tecnológica por parte de gobiernos e instituciones internacionales, habrá más avances y adopción de innovación en infraestructura, especialmente en sectores críticos como la energía y la infraestructura urbana. Cada año, se predice que el sector de infraestructura finalmente adoptará lo digital, la innovación y la tecnología. Y si bien ciertamente ha habido algunos focos de transformación digital, el progreso ha sido lento en comparación con otros sectores. De todas maneras, la IA generativa muestra que las tecnologías disruptivas pueden surgir y generalizarse rápidamente. Los métodos y tecnologías de construcción modernos, como los gemelos digitales, se integrarán cada vez más en el sector, y los beneficios reales de la IA comenzarán a mostrarse en los próximos años.
- Impulsar la transmisión de energía: En la búsqueda de un camino hacia el cero neto, se espera que los inversores aumenten la presión a través de la asignación de capital, así como que los reguladores actúen más para avanzar en esta área. Hay un cambio continuo hacia la descentralización de la infraestructura. Están surgiendo minirredes y paneles solares para aliviar la presión sobre las grandes instalaciones de generación de carga base. Los proveedores de movilidad como servicio están ampliando el alcance del transporte público.
- Reforma del entorno regulatorio: Los reguladores están ampliando su alcance para incluir riesgos como la ciberseguridad, la resiliencia y la innovación. Se espera que este debate conduzca a una reforma regulatoria en muchos mercados, con un esfuerzo concertado para mejorar las capacidades regulatorias. Los reguladores querían garantizar que los servicios críticos fueran accesibles, el acceso seguro y que los activos se reemplazaran adecuadamente. Ahora las cosas se han vuelto mucho más complejas. El alcance de los reguladores se ha ampliado para incluir riesgos como la ciberseguridad, la resiliencia, la descarbonización y la innovación. La gran pregunta es si los reguladores deberían asumir estos nuevos roles y áreas de atención. Muchos dirían que estos temas son en realidad competencia de los políticos y formuladores de políticas. La regulación se utiliza mejor en sectores altamente concentrados y que cambian lentamente, donde los riesgos son conocidos y controlables.
- Doblarse, pero no romperse: Los desarrolladores de infraestructuras adoptarán soluciones basadas en la naturaleza en lugar de insistir en el uso del hormigón. Estas soluciones están ganando peso debido al creciente cuerpo de evidencia que sugiere que su efectividad, sostenibilidad y asequibilidad son superiores a la tradicional «infraestructura gris». La adopción generalizada de valorar activos y soluciones basadas en la naturaleza permitiría a las empresas contabilizar mejor estos activos en sus balances. También ayudaría a catalizar el crecimiento de los mercados donde se podrían comercializar estos activos, ampliando así su atractivo para los inversores privados. También permitiría a los gobiernos tomar decisiones más informadas que equilibren la entrega de infraestructura con el desarrollo sostenible.
- La carrera hacia el crecimiento sostenible: Los responsables de la formulación de políticas y los líderes deben darse cuenta de que el crecimiento sostenible, distribuido equitativamente, es la solución a muchos problemas. Los gobiernos podrían centrarse en mejorar la preparación de acuerdos, en la cartera de proyectos y en los regímenes regulatorios. Ayudar a reducir la burocracia para el desarrollo de energías renovables, reforzando la certidumbre de los proyectos y contratos mediante una formulación de políticas clara. En lugar de competir en materia de incentivos, deberían competir en materia de gobernanza.
- La próxima frontera: El progreso tecnológico se produce en ciclos más cortos. Los gobiernos y los planificadores de infraestructuras están dando prioridad a la flexibilidad en sus diseños para hacer frente a las disrupciones tecnológicas que están alterando el status quo en todos los sectores de infraestructura. En un mundo de grandes avances tecnológicos, puede resultar complicado planificar a largo plazo con algún grado de certeza, hay que ser flexible. En los próximos años, se espera que los gobiernos y los planificadores de infraestructura pongan mayor énfasis en crear flexibilidad en sus diseños y activos de infraestructura. No impedirá que una nueva tecnología interrumpa sus planes. Pero le permitirá hacer un mejor uso de sus inversiones existentes durante más tiempo y le dará la confianza de que, cuando llegue la disrupción, tendrá opciones para afrontarla.
(KPMG es una red global de firmas de servicios profesionales que ofrece servicios de auditoría, de asesoramiento legal y fiscal)