En los últimos ocho años, el Plan de Desarrollo de Infraestructura que implementa la provincia de Río Negro permitió que cerca de 24.000 hogares accedieran a distintas obras públicas. En el marco de este plan también se llevan adelante obras con fines públicos o de infraestructura urbana.
“La mayoría de las obras que se hacen en Río Negro son pagadas con fondos propios”, afirma Carlos Valeri, ministro de Obras y Servicios Públicos de la provincia de Río Negro.
¿Cómo puede evaluar la actual situación de la obra pública en la provincia?
A pesar del momento macroeconómico complicado que vive el país, con la inflación que se ha disparado y los problemas que existen, tanto en la formación de precios como en el llevar el día a día las cuentas con respecto a los índices que van variando en la obra pública, la evaluación es muy satisfactoria. Nuestra provincia tiene un mecanismo de redeterminación de precios y podemos decir que es el mejor del país. Mediante este sistema se pagan los nuevos precios de las obras junto con los certificados. Esta decisión se tomó en 2014 y ha hecho que la obra pública tuviera vigencia y no se detuviera, porque ya se ha roto la ecuación económica financiera de las obras. Pudimos, así, continuar con la obra pública, atravesando la tormenta con este mecanismo que hace que se mantengan vigentes. Por lo tanto, no tenemos, salvo por cuestiones de cumplimiento de las empresas o técnicas, situaciones para revisar contratos o rescisiones de estos. Entonces, creo que en la foto de lo que es hoy y como sí fue en la época de la pandemia cuando la obra pública se declaró esencial, no detuvimos nunca el ritmo y también económicamente las empresas se sienten cuidadas por el Gobierno rionegrino, producto de cómo es la manera de pagar y por el mecanismo de determinación de precios.
¿Debieron incrementar el presupuesto que tenían previsto para la obra pública en 2023?
El presupuesto que habíamos mandado para su aprobación era de $10.000 millones. Además, tuvimos que pedir créditos presupuestarios para ampliar el cupo, producto de que quedó corto obviamente ese número. Imaginate que lo habíamos elaborado en octubre de 2022 para presentar en la Legislatura en noviembre del año pasado. Con ese valor, nos manejamos a septiembre del presente año. En octubre de 2023, ese presupuesto se debería incrementar en aproximadamente un 11,2 por ciento, pero con lo que vamos a necesitar hacia fin de año y con este pico de inflación afirmaría que el presupuesto original para la obra pública en Río Negro se incrementará no menos de un 30% más.
Ahora que ya pasaron las elecciones, ¿podría producirse una devaluación que afecte a la obra pública en la provincia?
Estimo que no, porque no tenemos tantas obras por convenio nacional. Río Negro es una provincia en la que sus obras se ejecutan con fondos propios y muy pocos con convenios con la Nación. Salvo las obras que tienen que ver con educación, que las hace el propio ministerio, es por ese fondo educativo que tiene el país y que le distribuye a todas las provincias y con eso ellos hacen sus obras.
¿Cuáles son las principales obras que ya se finalizaron en la provincia en 2023?
La más importante es las que están enmarcadas en el Plan Castello. De las 26 obras programadas ya finalizamos 20. Aún nos restarían 6 obras más, de las cuales dos vamos a rescindir su contrato por deficiencia de las empresas. Estas son: la nueva sede del Instituto Provincial del Seguro de Salud (IPROSS) y la de Desarrollo de Riego en Campo Grande. Las otras 4 obras restantes están próximas a culminar antes de fin de año. Entonces, con los créditos que tomamos de USD 270 millones ya hemos finalizado prácticamente todas las obras. Y después nos hemos dedicado mucho a las próximas obras de infraestructura, en la que se destacan un ambicioso plan de gas para la provincia, donde utilizamos una parte de las regalías. Somos una provincia productora de gas y tenemos que asegurarnos de que todos los habitantes cuenten con ese servicio. También esas obras son importantes tanto para los domicilios como las redes de gas productivas, como por ejemplo, la realizadas en la zona de bungalows, en el ingreso a El Bolsón, para que todos los alojamientos turísticos puedan categorizarse y contar con este servicio. Además, atendemos el tema de las reparaciones de colectoras de cloacas caídas en distintas localidades, sobre todo aquellas zonas donde las obras datan de 60 años atrás, y atraviesan las grandes ciudades del Alto Valle, como Cipolletti o General Roca, en las cuales estamos haciendo un plan de recambio, con unos números importante de conexiones. Sin olvidar la continuidad de todas las obras hospitalarias.
En ese sentido, ¿cómo avanza la construcción de nuevos hospitales?
Nosotros tenemos 39 localidades. En todas las principales ciudades o hemos construido hospitales nuevos o realizamos ampliaciones y refacciones. Todas estas obras las fuimos haciendo con los fondos del petróleo, es decir, con la renovación de los contratos petroleros con las empresas que lo extraen en la provincia y que tienen que pagar un canon, y ese dinero lo invertimos en obras hospitalarias. Por ejemplo, las obras hospitalarias más importantes construidas son la del Hospital de Allen, que lo hicimos a nuevo, también el hospital de Catriel y el de Las Grutas. Dentro de las grandes obras que estamos realizando con la gobernadora Carreras están: a nuevo el Hospital de Fernández Oro, el Hospital de Ramos Mexía y el Hospital de San Carlos de Bariloche, que lleva, aproximadamente, un 75% de avance. Y ampliamos también el de Maquinchao, en la región sur, y es una de las ciudades que crece a pasos agigantados producto de la influencia de Vaca Muerta.
¿Qué evaluación hace de la implementación del programa de obras delegadas Junto al Municipio, que desarrollan desde la provincia?
Las obras que contempla este programa son las que los intendentes nos acercan a la provincia y las que se demandan desde los distintos municipios rionegrinos. Estas obras pueden ser las clásicas, como cordón cuneta, veredas, reacondicionamiento de espacios públicos, plazas y otras. Cada uno de los intendentes son los que deciden estas obras y desde la provincia las financiamos, le entregamos el dinero, según van avanzando con los trabajos. No necesitan rendición más que la obra terminada. No tiene un sistema burocrático de que le pagamos nosotros cada uno de los certificados. Este tipo de obras tienen un gran significado y ventajas, como la generación de empleo en el lugar, dinero que se gasta en la localidad y beneficia sobre todo a las comunas más pequeñas. Todo el dinero lo administran los intendentes, los hacen por administración, según el tamaño de la obra, y si son más grandes se abre una licitación. Mediante este Programa de obras delegadas Junto al Municipio hemos hecho 180 obras de diversa índole. Y la verdad es que estamos muy conformes porque es un sistema administrativo muy ágil. Desde que los intendentes plantean la obra a los 90 días ya pueden iniciarla. Y, por supuesto, que se hacen bien los cálculos porque no tienen redeterminaciones. Las comunas las administran de tal manera que, lo más importante, es el movimiento económico que generan en el lugar, porque compran a los corralones locales y contratan mano de obra a gente del lugar. Así, con el Instituto de la Vivienda tenemos el mismo sistema para hacer soluciones habitacionales. Realmente rinde mucho este programa para ese tipo de obras porque a ellos los costos les sale casi la mitad o una vivienda y media por el valor de una que hace con nosotros. Cuando la localidad es cada vez más chica y está más en el medio de la Patagonia, más económicas son, y rinde mucho más. Hacemos planes de distintas cantidades de viviendas. Por ejemplo, ahora estamos haciendo tres viviendas en un lugar que es El Caín, una localidad que se encuentra en el medio de la nada. Realmente es muy efectivo este sistema, muy ágil, administrativamente, en cuanto a las construcciones.
¿En qué estado se encuentra la gestión con Nación para reactivar la construcción de 1236 viviendas?
Recién ahora, tras una serie de gestiones, nos van a dar unas 222 viviendas. Los trámites se hicieron lentos porque nos agarró la pandemia y nosotros hacíamos las presentaciones y se nos iban planteando nuevas presentaciones y nuevos trámites, hasta que llegamos a las primeras no objeciones financieras para firmar contratos y empezar las construcciones. Así pudimos arrancar con 50 viviendas en Viedma, 35 en Villa Regina, 40 en General Roca, 53 en Cipolletti y 44 en San Antonio Oeste. Seguimos con las gestiones y esperamos el reconocimiento del Gobierno nacional para continuar con su financiación. En estos tres últimos años no habíamos construido ninguna vivienda de este plan de 1235.
¿En qué estado se encuentran las obras clave que se habían planteado en Bariloche?
En lo que respecta a la calle Morales, que es histórica y tradicional de San Carlos de Bariloche, ya se terminó. Y esta arteria es muy importante desde su fundación, porque es una calle que desemboca en el Centro Cívico, y hacia arriba habitan los viejos habitantes del Barrio Belgrano Sudeste. El mismo está puesto en un lugar que tiene un suelo muy húmedo, porque es de mallín, y por eso se le hizo un pavimento de hormigón armado y en los viejos planes de su creados, Alejandro Bustillo, estaba uno de los ejes de desarrollo del lugar. Pasaron 100 años y ahí hicimos el pavimento, la verdad es que excelente.
¿Y hubo que hacer también otras obras de infraestructura en ese lugar?
Sobre todo, tuvimos que hacer obras pluviales ya que es lugar es como una olla en donde va a parar gran parte del agua del casco urbano. Desde allí sale el Arroyo Sin Nombre que cruza por el costado del Centro Cívico y desemboca en el lago Nahuel Huapi. Es una linda obra, en un lugar histórico. Lo que más se destaca, es que una obra de pavimento se puede hacer en cualquier lado, pero esta tiene un valor especial para la ciudad.
¿Y cómo avanza la nueva Terminal de ómnibus de esa ciudad?
Está en un 24% de su construcción. La hace la misma empresa que está construyendo el hospital y es una de las mejores. Es muy importante para la ciudad. Son 3500 metros cuadrados y un tercio se hace con los fondos de los contratos del Casino, otro tercio financiada con rentas generales de la provincia de Río Negro, y otra parte es esa ayuda económica que da el Ministerio de Transporte de la Nación. Lo mejor es que, más allá del perfil innovador que tiene, está muy bien ubicada para el Nuevo Bariloche.
¿Qué otras obras todavía le faltan a la provincia y que son demandadas por la población rionegrina?
Por ejemplo, una nueva ruta donde se lleve el transporte petrolero hacia Vaca Muerta y que no interceda con la histórica ruta 22, que es la que une ese rosario de ciudades del Alto Valle. El conflicto de tránsito es monumental y necesitamos, sí o sí, armar esta nueva traza y ruta hacia Vaca Muerta. Sobre todo, por el transporte de estas áreas silicias de todas las canteras rionegrinas y eso es clave, y necesitaríamos hacer esta obra en los próximos cinco años. También se hace necesario llevar agua a todo el Litoral y la costa atlántica rionegrina, no solo para desarrollar ciudades como Las Grutas o Playas Doradas, sino también por el puerto de salida de petróleo que se va a instalar en Sierra Grande y donde necesitamos agua en todo ese sector. Son dos obras muy importantes para el desarrollo del Río Negro porque con el plan Castello hicimos todo el tendido eléctrico de esa gran área para poder regar ese nuevo valle. En ese lugar necesitamos producir pasturas y alimento para el ganado, y así no comprar la pastura a la provincia de Buenos Aires o La Pampa, y poder ser los proveedores de carne de toda la Patagonia.