Ricardo Griot, vicepresidente de CAMARCO y titular de PECAM, es una de las figuras más influyentes del sector de la construcción, con más de 30 años de experiencia y protagonista de las licitaciones más importantes de los últimos tiempos en la provincia de Santa Fe. Conversamos con él sobre el contexto y las propuestas concretas que podrían dinamizar a la industria y al país.
No hay detalle del sector que pase inadvertido para Ricardo Griot, titular de Pecam, una empresa familiar de larga trayectoria, y actual vicepresidente de la Cámara Argentina de la Construcción (CAMARCO). Desde sus distintas esferas de acción logra tener un panorama completo de la situación histórica de la obra pública y privada de nuestro país, y comparte algunos pronósticos posibles.
“El sector viene en caída desde mayo de 2018”, resume y comienza un recorrido sobre los últimos tiempos: “La primera etapa de la pandemia tuvimos obra pública esencial, pero no fue fácil trabajar y tuvimos que readecuarnos, resultó un problema importante. Sí pudimos manejarnos bien durante el primer semestre y continuar por un buen relacionamiento entre la UOCRA, el Estado y demás organismos. Después, costó bastante más reabrir la obra privada, cosa que resulta fundamental porque es lo que mueve la economía”.
¿Cuáles son las principales necesidades del sector?
Instalar fuertemente el crédito hipotecario, debería llegar al 5, 6 o 7% del PBI, y hoy estamos en el 1%. En los últimos años, más allá del ProCreAr, hubo muy poco crédito y, de hecho, en la práctica no llegó a volcarse a los desarrollos nuevos. En mayo de 2018 terminó una etapa que no se volcó a unidades recién terminadas; y la política crediticia tendría que apuntar a este mercado para poder construir para ellos y no solo para inversores. Queremos producir para el mercado objetivo del sector medio, por eso necesitamos ciertas condiciones. Además, en Argentina existe un déficit habitacional de 1 millón de unidades; hay que poder unir las partes y responder a esta necesidad.
Respecto de la Ley de Blanqueos, ¿están pidiendo la prórroga porque se tardó mucho en la implementación?
Creemos que será prorrogada y tenemos el trámite legislativo hecho por 90 días. Sabemos que es necesario y que va a funcionar bien porque la construcción siempre fue una buena inversión y los incentivos son atractivos. La gente está expectante, por ahora contamos con muchas consultas. Nos alienta la regulación del Banco Central que salió tres días antes del primer plazo para pagar la alícuota menor y los bancos estuvieron muy activos y rápidamente abrieron cuentas. Sabemos que hubo más de 1000 cuentas abiertas, así que entendemos que interés hay. Lo necesita la economía y el sector.
¿Qué nuevas medidas cree que debería tomar el Gobierno para seguir cuidando la industria?
Además del crédito y la expectativa que tenemos con la Ley de Blanqueo, ayudaría también la contribución tributaria, que tiene un alto costo en el sector y que genera, a su vez, mucha construcción informal. En algún momento profundizaremos el avance hacia una baja tributaria y un ataque frontal a la informalidad. Aparte, necesitamos atraer inversiones, es otro aspecto fundamental para el crecimiento y la evolución. Si logramos todo eso, nuestro sector crecerá.
En el corto plazo, anticipa Griot, “la obra pública se mantendrá y habrá que hacer esfuerzo porque son días críticos y sabemos que debemos acompañar. Como empresa, nos adecuaremos a las medidas que se tomen; la Cámara Argentina de la Construcción, también. Aunque las compañías, en general, están con poco margen de acción, saben que hay que adaptarse y que es la realidad que nos toca a todos”.
También deja en claro que, para que la economía crezca, el foco debe ponerse en la construcción pública y privada: “Entiendo que es la prioridad del Gobierno y, también, la posibilidad más cercana”. Así, mantiene su moderado optimismo, algo contenido por la situación actual, pero sumamente expectante acerca de las posibilidades que podrían generar las próximas medidas en cuanto al crédito hipotecario.
PROFESIONALIZACIÓN DEL SECTOR DESDE LA OBRA PRIVADA
“Costó bastante más reabrir la obra privada, cosa que resulta fundamental porque es lo que mueve la economía”, opina Griot. Pecam no tiene el mismo nivel de producción que antes y de su capacidad instalada, a pesar de que “nos adecuamos a los protocolos y hoy la construcción es la actividad que mejor se ha preparado en seguridad en obra”, y destaca que su organización cuenta con servicio de asistencia médica para sus empleados y estrictos procedimientos; y este esfuerzo colectivo lo asumieron y lo siguen enfrentando cada día para poder seguir trabajando.
¿Cómo se dieron las recientes alianzas internacionales de su empresa para crecer en el mercado local?
Argentina está bastante atrasado en materia de construcción y tecnología, por eso en Pecam tenemos un área de innovación muy activa. Somos una constructora que desde hace tiempo decidió invertir y crear la unidad de desarrollo inmobiliarios para avanzar en cierta cantidad de proyectos en todo el país. Y en medio de esta búsqueda de progreso y de alternativas que nos permitieran traer innovación a la construcción local, hace cinco años decidimos asociarnos con una empresa holandesa y con otro grupo local para montar una fábrica de hormigón celular (Brimax).
¿Qué les permitió esa inversión?
Traer tecnología holandesa, fabricamos ladrillos de HCCA e incluso, en un futuro, paneles, que ya son de amplio uso en Europa y que sabemos que nos permiten llevar la construcción a otro nivel; con una serie de prestaciones más, como el hecho de ser hidrófugos, acústicos, generar aislación térmica, es decir, pasa menos el calor y el frío. Y eso produce un modelo de construcción más sustentable, porque el proceso en sí lo es. De hecho, en la planta no hay desperdicios, todo vuelve a reutilizarse. Se trata de un producto y de una gama de beneficios adicionales que profundiza la eficiencia en las obras, con procesos más modernos y de mayor precisión. Estos ladrillos, asimismo, cumplen con las normas obligatorias que hoy requiere el país.