A medida que las computadoras, los sistemas de inteligencia artificial, los robots y otras máquinas se vuelven cada vez más inteligentes y competentes, los seres humanos debemos hacer lo mismo, prepararnos y perfeccionarnos para ser capaces de mantener el ritmo vertiginoso de desarrollo de la sociedad.
El acelerado ritmo con el que se dan los cambios tecnológicos y estratégicos exige mantenernos actualizados si queremos entender e interactuar con el mundo que nos rodea. El aprendizaje continuo nos ayuda no solo a mejorar como profesionales, sino también como personas, poco a poco y día a día. Es por ello que debemos tener una mente abierta, buena predisposición y paciencia, de tal manera que nos convirtamos en aprendices de por vida.
Las personas que están en constante búsqueda de conocimiento cuentan con herramientas integrales –desde liderazgo hasta una visión innovadora– que las hace invaluables en cualquier campo que elijan desarrollarse. Por ende, pueden prosperar más rápido en esta nueva economía global, cada vez más flexible y dinámica.
Además, el constante contacto con los temas de vanguardia y de un amplio espectro les posibilita inventarse y reinventarse a sí mismas de acuerdo con los retos que plantea la inmediatez y, a partir de ahí, crear nuevas oportunidades. De esta manera, garantizan su capacidad de seguir proporcionando beneficios para su posición actual o les permite posicionarse como un activo deseable si tienen que buscar un nuevo trabajo.
¿Cuáles son las cualidades más evidentes de los aprendices constantes? El optimismo, la perseverancia y la curiosidad. Desde esta visión, reconocen la importancia del crecimiento y el desarrollo personal, nunca se conforman con lo que saben y siempre buscan adquirir nuevos y actualizados conocimientos.
APRENDIZAJE CONTINUO: ¿UN PROCESO COMPLEJO?
Al día de hoy, el aprendizaje permanente no requiere de grandes inversiones. Es más bien una cuestión interna, personal, de deseo y de apertura a nuevas experiencias. Establecer pequeñas metas para conocer algo nuevo cada semana puede ser un gran inicio para convertirnos en aprendices de por vida. Obtener información que nos ayude a desarrollar conocimientos y nuevas habilidades nos hará transformarnos en persona más completas, atractivas e interesantes.
El aprendizaje continuo es ahora más importante que nunca. Las circunstancias han cambiado considerablemente el mercado laboral durante la última década y, más aún, en el último año. El contundente avance de la digitalización y la globalización conducen a una flexibilidad extrema a la hora de contratar nuevos talentos. Por ejemplo, el trabajo con base en proyectos específicos requiere, muchas veces, de personal autónomo, que trabaje a tiempo parcial y que cumpla con habilidades especificas más allá de los títulos oficiales.
Por otro lado, en la actualidad, un dominio específico no puede competir con una experiencia amplia y adaptable. Dominar una sola habilidad o ser maestro en un tema no garantizará el empleo a largo plazo. La vida útil de las habilidades se reduce año tras año. Si dejamos de aprender después de adquirir un conocimiento específico es probable que, pronto, nos volvamos obsoletos como fuerza laboral.
Los programas de formación y entrenamiento que se centran –en gran medida– en compartir conocimientos existentes, ya no son una opción. En un mundo que cambia velozmente, el conocimiento no tiene una vida larga, de manera rápida se vuelve anticuado y requiere ser actualizado o modificado. Por lo tanto, si las empresas pretenden mantener su desarrollo, necesitan ampliar su definición de “aprendizaje” e incluirlo en su cultura organizacional –políticas, prácticas y valores–. Y este concepto se debe hacer tangible al incentivar el aprendizaje continuo en sus trabajadores, proporcionándoles herramientas y tiempo para lograrlo.
Desarrollar nuevos conocimientos, de esta forma, necesita de un esfuerzo significativo y sostenido en el que los aprendices tienen que estar mucho más motivados que en los programas tradicionales; pero, a la larga, los resultados son espectaculares y se verán reflejados en la lealtad de los trabajadores, en la reputación de la marca empleadora en el mercado y, por supuesto, en la rentabilidad de la empresa.
En definitiva, el aprendizaje constante no solo nos ayudará a mejorar y ascender en el trabajo o conseguir un nuevo contrato, adoptar esta mentalidad en el ámbito personal traerá dos grandes beneficios:
- Mantendrá la mente joven, alerta y entrenada, lo que aumentará la autoconfianza y generará una autopercepción más positiva;
- Provocará estados de felicidad y satisfacción más constante, los cuales repercuten positivamente en las relaciones interpersonales.
Entonces, ¿por qué negarse la satisfacción de aprender? Ya lo dijo Carl Friedrich Gauss: “No es el conocimiento, sino el acto de aprendizaje; y no la posesión, sino el acto de llegar a ella, lo que concede el mayor disfrute”.
RECUADRO
¿CÓMO ADQUIRIR CONOCIMIENTOS CONSTANTEMENTE?
- Leer a diario, siempre tener un libro, un artículo, una página que analizar. Esto abre nuevos horizontes, entrena los cerebros y despierta la creatividad. Es la mejor herramienta para solucionar cualquier dilema que se presente.
- Asistir a diversos cursos –ya sean en línea o presenciales– porque, además de proporcionar conocimientos, posibilita conectarse con personas que están interesadas en el crecimiento constante y con las cuales pueden intercambiar ideas y aprender de ellas.
- Reconocer que una mentalidad abierta conjugada con todas las oportunidades educativas existentes no podrá dar otro resultado que un futuro alineado con las demandas actuales.
- Buscar activamente oportunidades para crecer. Investigar, conocer, relacionarse, estar activos, en lugar de dormir, ver televisión o realizar actividades sin ningún propósito. Considerar al tiempo muy valioso como para desperdiciarlo.
- Cuidar la salud, saber que una mente dinámica, combinada con un cuerpo sano, es el mejor activo que se puede tener.
- Poseer diversas pasiones, saber que es bueno contar con una destreza, pero es mucho mejor tener y saber combinar múltiples aptitudes, porque permite actuar de manera más inteligente, resolver problemas con menor esfuerzo y conseguir resultados extraordinarios.
- Siempre contar con desafíos vigentes y metas específicas. Amar los retos y que las metas difíciles no asusten, más bien que mantengan a la persona motivada y comprometida.
- Adaptarse fácilmente al cambio, comprender que en la persona puede estar la solución de los problemas, con resultados positivos. Es por esto que el cambio no debe asustar y se tiene que agradecer cuando llega.
- Creer que nunca es demasiado tarde, que la edad no es obstáculo para aprender y tener éxito, sino, únicamente, se trata de una excusa para no salir de la zona de confort.
- Mantener una actitud positiva y contagiosa, transmitir seguridad y compartir la pasión por el crecimiento constante.
- No quedarse quieto en una zona de confort, saber que salir de ella, sin importar el resultado –éxito o el fracaso–, siempre proveerá un nuevo aprendizaje.
- Ser inconformista; que apreciar lo que ya se sabe no sea una buena razón para detenerse. Asegurar que, si se pierde la capacidad de asombro y se deja de lado el aprendizaje, se pierde el mayor privilegio que se tiene como humanos: la posibilidad de un desarrollo intelectual sin fin.
POR CARMEN IRENE GONZÁLEZ CAÑARTE