Se habla y se especula demasiado acerca de las habilidades y de las carreras emergentes. Muchos hacen referencia a este panorama cada vez menos claro y cada vez más incierto. ¿Acaso estamos frente a una realidad borrosa respecto de lo que se viene en el universo laboral?
A medida que los robots y los algoritmos continúan ocupando un lugar central en el espacio de trabajo, los colaboradores y las empresas se enfrentan a la enorme tarea de descubrir cómo estar a las alturas de esta situación. La automatización ya no es una cosa del futuro, sino del presente: McKinsey Global Institute (MGI) estima que la mitad de las actividades laborales coordinadas por humanos podrían automatizarse con la tecnología actual.
Si bien la transformación digital ya mostraba su brío en relación con los cambios en el universo laboral, con la COVID-19 de por medio se aceleró el proceso de reskilling de cientos de miles de trabajadores. De acuerdo con el informe “Future of Jobs 2020”, del Foro Económico Mundial, el 50% de la fuerza laboral necesitará volver a capacitarse en los próximos cinco años, a medida que se estabilice la “doble perturbación” de los impactos económicos de la pandemia y la creciente automatización que transforma los empleos.
¿PREPARADOS PARA LA TRANSFORMACIÓN?
Los trabajadores de hoy aún no tienen las habilidades para los cargos del mañana. Las transiciones laborales no son fáciles: generan desigualdad, descontento y mucha incertidumbre; también muestran una realidad dolorosa, si pensamos en términos de inclusión y acceso. Las brechas que antes se encontraban invisibles pasan a estar más presentes que nunca.
Como personas, para movernos, no podemos esperar a ver qué sucede. En esta ambición permanente y constante de adaptarnos tenemos que renovarnos con rapidez, porque la velocidad hace difícil que nos mantengamos vigentes. Vivimos en una invitación constante de aprender nuevas y más habilidades.
DEL EMPLEO A LA EMPLEABILIDAD
Según la Organización Internacional del Trabajo, la empleabilidad es “la aptitud de la persona para encontrar y conservar su empleo, para progresar y para adaptarse al cambio a lo largo de la vida profesional”. En la vorágine de ocupaciones, roles y oficios corren el riesgo de ser reemplazados a partir de la digitalización de la economía; resignificar el trabajo por la empleabilidad es una oportunidad para los colaboradores y las empresas, porque proyectar el futuro del trabajo es desarrollar capacidad de empleabilidad.
Este último término nos habla de empleo más habilidad. Mientras que el primero es fijo, la empleabilidad es dinámica, se nutre de nuevas habilidades, está siempre en desarrollo y es el motor del desafío adaptativo. Se trata de la capacidad que cada persona debe tener de manera sustentable, ya sea empleándose o emprendiendo, más allá de las circunstancias, a través del desarrollo de habilidades que trascienden los puestos laborales.
La empresa puede ser el espacio contenedor y habilitador del desarrollo de la empleabilidad, pero también estamos en un momento de la historia en donde debemos volvernos protagonistas de nuestro propio viaje de aprendizaje y hacer que nuestros colaboradores también lo hagan.
CÓMO DESBLOQUEAR LA EMPLEABILIDAD DE LAS PERSONAS
Esta cuarta revolución industrial acelerada por la COVID impacta tanto en el conjunto de habilidades como en el número de roles y perfiles requeridos por el mercado. Los desarrolladores, científicos y analistas de datos, ingenieros digitales –solo por nombrar algunos– están posicionados en el núcleo del nuevo perfil de habilidades y representan la escasez de talento en esta área.
Pero, en el otro extremo de la ecuación, existen roles de operación básica y repetitiva, con una disminución significativa en el número de roles requeridos. Aquí tenemos un desafío como una oportunidad.
Muchas empresas están creando sus propias academias de aprendizaje en la corrida de cubrir gaps de habilidades de puestos tecnológicos que faltan en el mercado. Es el ejemplo de la Universidad de Google, que ayuda a obtener las pericias que las personas necesitan para conseguir un trabajo o hacer crecer su negocio. En nuestro país, por ejemplo, se encuentra el caso de la carrera Certified Tech Developer, una iniciativa de Globant y MercadoLibre en articulación con Digital House para entrenar a 10.000 jóvenes, en los próximos dos años, de Argentina, Colombia y Brasil.
¿DE QUÉ FORMA EFECTIVIZARLAS?
Veamos tres caminos posibles para apoyar la empleabilidad:
1. Inversión masiva en habilidades digitales: las compañías pueden crear sus propias academias o construir alianzas con actores clave que hoy lideran la agenda de capacidades digitales. Cuando hablamos de ser digitales no nos referimos solamente a habilidades tecnológicas, sino de poder hacernos flexibles; y más que una serie de conocimientos y de habilidades, requiere de un reseteo de los modelos mentales y los modelos cognitivos, porque implica cambios estructurales en la manera de observar, analizar, reflexionar y actuar.
2. Empresa “biónica” responsable: a finales del 2020, la consultora Boston Consulting Group publicó un informe que hablaba de este tipo de organizaciones 4.0 que no solo utilizan la tecnología, sino también los datos. Llorenç Mitjavila –socio responsable de BCG Gamma– indicaba que “la empresa biónica es una compañía que, a partir de un sentido del propósito y una estrategia bien definida, resulta capaz de priorizar una serie de objetivos de negocio ligados a la digitalización”. Para cumplir estas metas existen dos grandes elementos habilitadores: la tecnológica y las personas. Las empresas biónicas responsables prospectan el futuro de la automatización con y desde los trabajadores, acompañándolos responsablemente en el proceso de aprendizaje, upskilling y reskilling.
3. Desarrollar la empleabilidad: esto implica acelerar la reconversión mediante el reconocimiento y autoconocimiento de habilidades actuales que posibiliten optimizar la brecha, no se trata de comenzar de cero. Las organizaciones pueden mapear brechas actuales y futuras, y acompañar a la fuerza laboral en su autodesarrollo. Conviene generar el espacio contenedor para que las personas continúen aprendiendo a través de carreras dinámicas y distribuidas que se nutran de las habilidades propias de cada trabajador.
Estamos operando en un mundo que se viene recuperando de una gran interrupción. No hay una receta para acelerar el cambio a través de la empleabilidad, pero sí aprendizajes que he compartido en estas líneas. Hay muchas más preguntas por responder y debemos estar atentos, flexibles y abiertos para el futuro del trabajo que construimos juntos.
ROI BENITEZ