La iniciativa lo convertiría en un centro clave para abastecer todos los servicios y operaciones en el Continente Blanco. También, podría favorecer al turismo y a las industrias electrónicas.
Una vez más, la Argentina intenta avanzar con pasos concretos en la construcción y desarrollo de un polo logístico y de abastecimiento en Ushuaia, que sirva de base de operaciones y mantenimiento de la presencia argentina en la Antártida.
El Polo Logístico Antártico (PLA) es un ambicioso proyecto que se remonta a los años 90, pero que, por razones económicas –y, también, geopolíticas– siempre fue quedando en el plano del proyecto y relegado en materia de financiamiento y ejecución presupuestaria.
Los principales impulsores son el gobierno de la provincia de Tierra del Fuego, Antártida e Islas del Atlántico Sur, el Ministerio de Defensa y la Secretaría de Malvinas de la Cancillería argentina, que la ven como una iniciativa estratégica para el desarrollo de las campañas antárticas, para la presencia argentina en el Atlántico Sur y, en el caso del Gobierno provincial, para el impulso al turismo, la actividad económica y la generación de empleo.
En las últimas semanas, el proyecto volvió a retomar fuerza a partir de la inclusión de una partida de $14.000 millones para el Polo Logístico Antártico en el proyecto de Presupuesto 2022, que el Poder Ejecutivo envió al Congreso. Si bien esta ley económica clave no logró ser aprobada, ante los cuestionamientos de la oposición por basarse en supuestos irreales –inflación anual de 33%, un dólar de $131 a diciembre de este año y crecimiento del 4%, entre otras proyecciones–, lo cierto es que instaló nuevamente la cuestión del polo logístico austral en la agenda gubernamental y provincial.
De esta manera, se abre otra vez el juego a la posibilidad de avanzar en el ambicioso proyecto, que según estimaciones llevaría una inversión total cercana a los USD 300 millones, lo que supone oportunidades de negocios para la industria de la construcción, que podría participar en licitaciones futuras convocadas para realizar obras de infraestructura.
Según lo pautado en el proyecto de Presupuesto 2022, los $14.000 millones previstos para el Polo Logístico Antártico equivalen a unos USD 130 millones al tipo de cambio oficial actual. Independientemente de ese monto, que ahora hay que saber si finalmente se destina a este fin, aún resta armar la ingeniería financiera para la ejecución total del proyecto. La clave es determinar de dónde saldrán los recursos, mucho más en momentos en que el Tesoro exhibe un abultado déficit fiscal y el país tiene cerradas las fuentes de financiamiento externo, al menos hasta el momento.
El déficit fiscal primario –antes del pago de servicios de la deuda pública– llegó a $1,4 billones en 2021, un 3% del PIB; mientras que el déficit financiero –incluye pagos por la deuda– cerró en torno a los $2,1 billones, algo así como un 4,5% del producto interno bruto. Como fuere, el escenario del financiamiento podría cambiar. Al cierre de esta edición, el Gobierno anunció haber alcanzado un acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI) por la deuda de más de USD 44.000 millones, reprogramando pagos y habilitando nuevamente el giro de fondos frescos del organismo. Esto despejará el camino y removerá el principal escollo para volver en el mediano plazo a los mercados voluntarios de deuda, la canilla del financiamiento externo.
LAS CLAVES DEL PROYECTO
El Polo Logístico Antártico es un viejo deseo de las administraciones provinciales fueguinas para impulsar un eje de desarrollo económico y productivo alternativo a otras actividades locales, como son el turismo y las industrias electrónicas. Pero, además, según fuentes oficiales, representa un enclave estratégico en términos de defensa y ejercicio de la soberanía nacional en esa parte del territorio.
El proyecto consiste en el diseño y desarrollo de un gran polo o estación de abastecimiento en Ushuaia, la capital de Tierra del Fuego, que pueda ofrecer servicios a flotas de navíos y aviones privados o del sector público para proveer de alimentos, medicinas y equipamiento en la Antártida, así como contribuir al cumplimiento de funciones operativas.
En ese sentido, uno de los aspectos centrales es que se prevé la construcción de infraestructura portuaria y logística sobre la península de Ushuaia. Se trata de una zona reservada a la Armada Argentina en la que actualmente funciona la Base Aeronaval de la ciudad, pero donde también continúa funcionando la pista del antiguo aeropuerto.
Una de las propuestas que elaboró la provincia ya en 2011, con fondos del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), señala que el objetivo es transformar la zona en un “enclave logístico multimodal que sea la principal área de intercambio y provisión, tanto de personas como de mercancías, con el continente antártico”. La estrategia multimodal combina diversos medios de almacenamiento y transporte (terrestre, naval, aéreo).
En ese mismo proyecto se habla de catapultar a Tierra del Fuego como una “plataforma operativa, logística, académica, científica y educativa para la comunidad antártica nacional e internacional”, y también se considera que esto “propiciará los intereses provinciales, facilitará los objetivos nacionales y contribuirá activamente con el Sistema del Tratado Antártico”.
Hasta el momento, trascendió que ya se llevaron a cabo algunas acciones relacionadas al proyecto, como, por ejemplo, la construcción de un nuevo hangar en el astillero estatal Tandanor, que sería emplazado en Ushuaia, y la apertura de una subsede de la Secretaría de Malvinas en la capital fueguina.
En diálogo con la agencia Télam, Andrés Dachary, secretario de Malvinas, Antártida y Asuntos Internacionales de Tierra del Fuego, sostuvo: “Desde la lógica de la Defensa, la Armada tiene un proyecto más ambicioso que incluye la reubicación completa del Área Naval Austral y el traslado a Ushuaia del Comando Conjunto Antártico (Cocantar). Para nosotros, se trata de dos proyectos complementarios”. Y agregó que la administración del Polo Logístico Antártico en Ushuaia “debería ser articulada entre el Gobierno nacional y el Provincial, pero con una fuerte participación del sector privado”.
OPORTUNIDADES DE NEGOCIOS
Hacia adelante, en caso de avanzar el proyecto del polo logístico, para la industria de la construcción se descorre el velo de las oportunidades de inversión en una provincia que, si bien tiene obra pública, cuenta con mucho potencial de crecimiento en ese sentido.
Al respecto, el secretario de Industria y Promoción Económica de Tierra del Fuego, Juan Ignacio García, en diálogo con la agencia de noticias estatal, aseguró que el Polo Logístico Antártico debiera conformar un espacio que brinde la mayor cantidad de servicios desde una perspectiva comercial, “desde servicios metalmecánicos hasta reparaciones, almacenamiento, abastecimiento de víveres y combustible, e inclusive alojamiento de dotaciones”.
Y en este punto enfatizó que este tipo de servicios especializados tendría que vincularse con la producción privada local en Ushuaia. “Para nosotros, no cabe duda de que la impronta del proyecto debería ser más privada que estatal”, remarcó.
Algunos de los servicios que se prevé que requerirá el polo logístico abarcan operaciones de amarre de buques científicos y apoyo antártico; abastecimiento de combustibles y lubricantes; la provisión de agua potable y energía eléctrica; la recolección, transporte y tratamiento o disposición final de residuos sólidos y líquidos; el mantenimiento y reparación de buques y equipamiento, incluyendo la provisión de repuestos e insumos especiales.
También, que el polo sea el apostadero y centro de operaciones natural del rompehielos “ARA Almirante Irízar”, así como de todos los medios empleados en la Campaña Antártica de Verano, incluyendo tareas de soporte logístico a lo largo de todo el año.
Si bien el polo podría dar servicios también a otros países en sus expediciones científicas al Continente Blanco, en eso habrá competencia. La principal será la base logística de Punta Arenas en Chile, que opera desde hace varios años e incluso lleva turistas a la Antártida como una forma de financiar sus operaciones. También deberá competir con los polos de Cape Town (Sudáfrica), Hobart (Australia) y Christchurch (Nueva Zelanda).