¿Cómo y cuándo surgió la empresa?
Nació en 1953, como un humilde taller operado por nuestro fundador, Darío Barbieri, quien marcó un estilo de conducta basado en el respeto por las personas y por la comunidad. Las primeras operaciones comenzaron en el mercado de herrajes y cortinas de enrollar. Luego, ampliamos nuestro portafolio de productos con revestimientos y cielorrasos de PVC. Hasta que, en 1990, compramos la primera conformadora para la producción de perfiles de acero galvanizado para Steel Frame y Dry Wall, marcas que patentamos y hoy ya son conceptos genéricos. La construcción en seco tuvo sus primeros pasos en el sector de la hotelería y el comercial, por su velocidad de ejecución, confort y ahorro energético. Es un sistema constructivo consolidado en esos sectores y de gran crecimiento en el residencial.
¿Cuáles son las principales características que los distinguen como empresa?
Nos diferenciamos por nuestra esencia hacia el triple impacto en pos de trabajar colectivamente por un propósito superior: “Construir futuro, construir familia”. Por eso, buscamos ser y vivir esa esencia en toda nuestra gestión con ejes transversales que abordan los impactos económicos, ambientales y sociales, desde el bienestar de nuestro equipo, la producción responsable en toda nuestra cadena de valor, el apoyo hacia la comunidad a partir de alianzas estratégicas y el liderazgo constructivo con foco en la sustentabilidad. Por otro lado, también mantenemos una visión orientada a la innovación y la transformación digital, con el objetivo de potenciar la colaboración y agilidad a partir de herramientas y sistemas nuevos.
¿En qué tipo de proyectos ha trabajado la empresa?
En la Patagonia se concentran proyectos importantes debido a la excelente aislación térmica y acústica del sistema, superando a la mampostería un 60% en materia aislación acústica y térmica. En el 2020 brindamos el servicio que desde Consul Steel, consultora del Grupo, denominaron “Traducir la documentación de arquitectura al Steel Frame”, con 26.537 metros cuadrados de ingenierías resueltas regionalmente –incluyendo México y Uruguay– y 19.013 metros cuadrados de ingenierías resueltas en Argentina. Además, con el objetivo de continuar promoviendo el sistema Steel Frame y dar respuesta al déficit habitacional en el país, junto a Consul Steel desarrollamos nuevos prototipos de viviendas. Estos son una solución ideal para quienes buscan resolver el proceso de obra en forma rápida y sencilla, ya que incluye la entrega de documentación en PDF, los planos completos de arquitectura, memoria de cálculo de la estructura, ingeniería de detalle, listado de corte de la perfilería y cómputo de materiales.
¿Cuál es el fuerte de su modelo de negocio?
Nos diferenciamos de otros sistemas de construcción por la calidad de nuestros productos, ya que son fabricados con los más altos estándares del mercado y cumplen con los requisitos de certificación que la reglamentación demanda, una política comercial transparente y basada en la confianza, creciendo siempre junto con la red de distribución. A su vez, trabajamos por una economía cuyo éxito se mide por el bienestar de las personas, de la comunidad y el medioambiente, lo que fomenta –a través de la capacitación y educación– un sistema constructivo con múltiples virtudes en todo sentido. Cuando se compara una construcción en seco frente a otros métodos se presentan múltiples ventajas económicas, de eficiencia en tiempos de obra y de sustentabilidad.
En ese sentido, ¿Cuáles puntos se destacan?
Primero, la durabilidad, porque los perfiles tienen una vida útil superior a los 300 años y su material constitutivo posee una elevada resistencia mecánica en relación con su peso, evita los ataques de termitas y cualquier tipo de hongo. También, la velocidad de ejecución, puesto que el plazo de obra se reduce un 70% respecto de una obra húmeda equivalente y, si se paneliza en taller, aumenta aún más la productividad, lo que disminuye el plazo de construcción. Asimismo, como se lo considera un sistema constructivo tradicional, no es necesaria la presentación del Certificado de Aptitud Técnica (CAT); eso facilita el acceso a los constructores. Otros puntos para destacar son la flexibilidad arquitectónica, porque se adapta a cualquier tipo de proyecto, desde viviendas unifamiliares hasta construcciones de gran escala. Y el ahorro energético, ya que el sistema permite una reducción del consumo de energía en calefacción y acondicionamiento de hasta un 60% debido a las aislaciones térmicas, en comparación con sistemas constructivos más populares. Y respecto de la sustentabilidad, los perfiles son 100% reciclables y potencialmente reutilizables finalizada la vida útil de la construcción. En nuestro país existe un circuito de recuperación del acero que hace posible que el 16% de la producción de este provenga del reciclado. A su vez, requiere casi nulo consumo de agua de obra y la huella de carbono es comparativamente menor que la de una construcción húmeda.
¿Qué factores creen que más impactaron a la industria de la construcción durante los últimos años? ¿Cómo, en este contexto, la empresa se puede seguir desarrollando y cuáles son las condiciones actuales en ese sentido?
Sin duda, la sustentabilidad se volvió un valor prioritario. Estamos transitando un cambio de paradigma liderado por las compañías de triple impacto. Se trata de modelos económicos que tienen como propósito generar un impacto social a través de acciones en determinadas comunidades y prácticas medioambientales que contribuyen a la mitigación del cambio climático. En esa línea, hoy la construcción tiene como brújula el etiquetado energético en la vivienda, cuantificando la energía que se utiliza para calefacción, en invierno; refrigeración, en verano; agua caliente de uso sanitario e iluminación. A su vez, se trabaja en la capacitación de mano de obra y la difusión de la construcción en seco y el Steel Frame con foco en la tecnología BIM y la metodología de trabajo colaborativa para la creación y gestión de proyectos de construcción.