Poco se habla de lo difícil que es para los jóvenes profesionales salir de los primeros trabajos: call centers, restaurantes, locales de ropa y otros sectores están llenos de personas que estudian una carrera pero no logran dar el salto hacia un trabajo relacionado con sus estudios. Este fenómeno, conocido como la brecha entre educación y empleo, se da con frecuencia en carreras en las que las primeras experiencias laborales son clave para construir una red profesional.
Mi camino no es la excepción: empecé vendiendo obras sociales en un call center y luego pasé por otro donde ofrecía vinos de alta gama, en Baco Club. Esta experiencia, más allá de lo que se pudiera imaginar, no solo me dio soltura en la comunicación, sino también habilidades interpersonales y buen gusto, competencias fundamentales que luego marcarían mi trayectoria.
Mientras tanto, cursaba —y aún lo sigo haciendo— la Licenciatura en Relaciones Públicas en la Universidad Nacional de La Matanza. Un día normal de cursada, se mencionó algo acerca de un programa de mentoring del Consejo Profesional de Relaciones Públicas. No tenía idea de qué se trataba, pero algo me llamó la atención, así que llegué a casa y me asocié.
Networking: el arte de crear oportunidades
El mentoring marcó un antes y un después en mi vida profesional. Mi mentor fue directo: “¿Quién te conoce?”. Esa pregunta me obligó a reflexionar profundamente sobre cómo las oportunidades laborales muchas veces surgen no solo de la capacidad técnica, sino de la capacidad de conectar con personas clave en la industria.
Fue entonces cuando entendí que el networking no es solo un concepto que se menciona en conferencias o talleres, sino una habilidad estratégica para avanzar en cualquier carrera. Decidí tomar acción: contacté a personas destacadas en LinkedIn y les pedí algo muy puntual: una charla de café. Lo que no sabía en ese momento era que estaba aplicando principios básicos de networking:
- Claridad en el propósito: Cada mensaje que envié estaba pensado para mostrar interés genuino, aprendiendo de sus experiencias, y no para pedir un empleo directamente.
- Personalización: Mis mensajes incluían referencias específicas a sus trayectorias y áreas de expertise, lo que aumentó significativamente mis posibilidades de obtener una respuesta positiva.
- Follow-up: Tras cada encuentro, les agradecía y mantenía el contacto activo, fortaleciendo esas conexiones a largo plazo. Hace unas semanas escuché que las Relaciones Públicas son la habilidad para hacer amigos y mantenerlos en el tiempo, y el “follow up” va por ese lado.
Con el tiempo, logré reunirme con 12 de las 15 personas a las que contacté, y en cada café, no solo aprendí sobre la industria, sino que también fortalecí mi confianza profesional. Estas reuniones no eran solo entrevistas informales; eran oportunidades de posicionarme en la mente de líderes que eventualmente podrían pensar en mí cuando surgiera una oportunidad.
El resultado: del “no” al “sí”
Como esperaba junto a mi mentor, las oportunidades comenzaron a llegar. Recibí muchos “no” en el camino, pero finalmente el ansiado “sí” apareció: conseguí un puesto como pasante en BCW (actual Burson), una de las consultoras de Relaciones Públicas más grandes del mundo.
Este primer paso fue clave, pero también me enseñó que ingresar al mercado laboral no es la meta final, sino el comienzo de un nuevo desafío. Allí aprendí que, para seguir avanzando, debía mantener la misma mentalidad que había adoptado en el proceso de búsqueda: seguir conectándome con personas, buscando aprender y agregar valor en cada interacción.
Networking interno: la clave para crecer dentro de una organización
Trabajando en Burson, comencé a explorar una dimensión del networking que muchas veces pasa desapercibida: el networking interno. Esta práctica consiste en construir relaciones significativas dentro de la organización, no solo con colegas de tu equipo inmediato, sino también con personas de otras áreas. Algunas estrategias que implementé fueron:
- Participación activa: Me involucré en proyectos interdisciplinarios, lo que me permitió interactuar con profesionales de diferentes niveles jerárquicos.
- Visibilidad: Aproveché reuniones y eventos internos para compartir ideas y mostrar interés en la visión de la empresa.
- Mentoría inversa: Además de recibir consejos de líderes experimentados, ofrecí mi perspectiva como joven profesional, creando una dinámica de aprendizaje mutuo.
Al mismo tiempo, comencé a co-liderar la Secretaría de Comunicación Interna de la Comisión de Jóvenes del Consejo Profesional de Relaciones Públicas. Este rol no solo amplió mi red de contactos, sino que me permitió desarrollar habilidades de liderazgo y gestión que serían fundamentales en mi carrera futura.
La importancia del aprendizaje continuo
Networking no es solo conocer personas; es también aprender de ellas. Cada interacción es una oportunidad para absorber conocimientos sobre tendencias en la industria, habilidades técnicas y estrategias de desarrollo personal. Estas experiencias me prepararon para mi siguiente gran paso: formar parte del equipo de Internal Communications en Globant.
Networking digital: el poder de las plataformas online
El rol de LinkedIn en la trayectoria profesional de cualquier persona es muy importante. Esta plataforma no solo me ayuda a conectar con profesionales, sino que también funciona como una vitrina para el desarrollo profesional. Aquí van algunos consejos que implementé y que recomiendo:
- Perfil optimizado: Incluí una descripción clara de mis habilidades, logros y objetivos profesionales.
- Publicaciones regulares: Compartía reflexiones sobre eventos, tendencias y aprendizajes, lo que aumentó mi visibilidad y posicionamiento en la red.
- Interacción: Comentaba y compartía publicaciones de otros profesionales, generando conversaciones significativas.
De aprendiz a mentor
Hoy, años después de haber comenzado mi camino en la industria, me toca estar del otro lado: me tocó ser mentor de una jóven profesional que busca abrirse camino en las Relaciones Públicas. Y como era de esperarse, mis primeras palabras siempre son las mismas: “Tenés que hacer que te conozcan”.
Lo que alguna vez fue un consejo, ahora es un principio que guía no solo mi desarrollo profesional, sino también mi vida. Networking no se trata solo de construir una red; se trata de construir confianza, crear valor y encontrar oportunidades en cada conversación.
Quizás la nota se puede resumir en ganas y café, pero si llegaste al final te pido que lo hagas estratégica y deliberadamente. Y si algo puedo dejarles a quienes están leyendo esto, es la convicción de que el éxito no depende únicamente de tus habilidades técnicas, sino también de tu habilidad para construir relaciones significativas que te impulsen hacia adelante.
Por Axel Pfeiffer (Analista Jr. de Comunicaciones Internas para Latam en Globant, líder de la Secretaría de Comunicación Interna de la Comisión de Jóvenes del #ConsejoPR).