En el marco de la llegada de la primera edición de la “Semana de la Construcción” en la provincia de Córdoba, dialogamos con Horacio Berra, presidente de la Delegación Córdoba de la Cámara Argentina de la Construcción.
¿Qué significa para usted la primera edición de la Semana de la Construcción en Córdoba?
La Semana de la Construcción es un verdadero hito para nuestra Delegación y, creemos, para la ciudad y la provincia. Si bien desde hace 12 años organizamos la Jornada de Infraestructura, esta primera edición de la Semana reúne en un mismo marco a distintos espacios, convirtiéndose en un ámbito único de encuentro, conocimiento y reflexión e incluso de proyección para toda la cadena de valor. Su valor institucional es enorme, porque permite poner en agenda el presente y futuro del sector, con foco en la infraestructura como motor de desarrollo económico, integración regional y mejora en la calidad de vida de la ciudadanía. Además hay eventos vinculados a la sustentabilidad, al ámbito académico, a las Mujeres en acción, etc. (Ver aparte)
Teniendo en cuenta este encuentro, ¿por qué considera que ha tenido tan buena aceptación entre disertantes y sponsors?
Porque es un espacio que trasciende lo sectorial. La construcción está íntimamente vinculada con la competitividad de las empresas, y por ende del país, y la calidad de vida de las personas. Disertantes y sponsors ven aquí una oportunidad de ser parte de un debate estratégico y, al mismo tiempo, de mostrar su compromiso con una industria que genera empleo, mueve la economía y tiene un fuerte impacto social. Córdoba, además, tiene una tradición de diálogo público-privado que hace posible que estos eventos encuentren eco rápidamente.
¿Cuáles son las expectativas del encuentro? ¿Existe posibilidad de hacerlo cada dos años más allá del contexto nacional?
Las expectativas son muy altas. Apostamos a consolidar la Semana de la Construcción como un evento de referencia en la región, porque creemos que el sector necesita continuidad en este tipo de espacios. Nuestro compromiso es sostenerlo más allá de las coyunturas, porque estamos convencidos de que abrir estos debates y fortalecer vínculos es clave para el crecimiento a largo plazo. Y para ello, convocaremos a todas las entidades que atraviesan la gran cadena de valor del sector para que se sumen y, entre todos, propiciemos un gran evento.
Considerando el contexto económico nacional, ¿cuál es su diagnóstico sobre la industria en Córdoba y cómo se diferencia de otras regiones?
Córdoba vive una situación particular. Si bien la construcción, en lo que corresponde a inversión pública a nivel nacional atraviesa un parate tremendo producto de la idea del Gobierno, en la provincia tenemos un dinamismo distinto gracias a la política de inversión en infraestructura que realiza el Ejecutivo provincial, lo que nos permite sostener actividad y empleo. La diferencia está en esa continuidad de inversión y en el compromiso de los distintos actores que entienden que sin inversión en infraestructura no hay desarrollo posible, ni mucho menos, calidad de vida para los habitantes.
La obra pública ha experimentado una fuerte desaceleración a nivel nacional. ¿Cuál es el impacto en Córdoba y qué estrategias están adoptando?
La caída de la inversión nacional en obras afecta a muchas empresas, sobre todo a las que dependen directamente de los contratos que tienen ese origen. En Córdoba el impacto es menor al promedio nacional, para decirlo de alguna manera, porque desde hace mucho tiempo, mucho antes de esta situación, el estado nacional invertía poco o nada en nuestra provincia. Así que desde el ámbito público y privado nos acostumbramos a ello y las empresas de la Delegación también trabajamos ampliando la mirada hacia todos los sectores productivos como clientes comitentes de nuestras empresas. De esa manera, aunque obviamente con niveles menores de ocupación, hemos logrado sostener la actividad gracias a la inversión pública provincial y municipal, y a la inversión privada. Desde la Cámara trabajamos acompañando a las empresas en la gestión ante los distintos niveles de gobierno y, al mismo tiempo, promoviendo y alentando el desarrollo de obras y mecanismos de financiamiento alternativos que den continuidad a la inversión.
En el sector privado, ¿cómo se están comportando los segmentos de vivienda, comercial e industrial?
El sector privado muestra comportamientos dispares. La vivienda individual mantiene cierta dinámica, sobre todo en segmentos medios y altos, en barrios cerrados, aunque aún con cautela. En los desarrollos constructivos tipo departamentos el precio por metro cuadrado no valida aun los costos de construcción así que esperamos que con el tiempo se restablezca esa ecuación que hoy complica un poco las ventas de nuevas unidades en desarrollo versus las disponibles que aún hay en el mercado. Agrego que hay interés y consultas, pero la falta de acceso al crédito sigue siendo un factor determinante para dinamizar más proyectos. El sector comercial se mueve lentamente, siguiendo la tendencia general del consumo al igual que la construcción industrial porque los niveles de actividad de las grandes empresas Comitentes aún están por debajo de sus picos de actividad lo que hace que tengan aun sobredimensionamiento en sus instalaciones.
La volatilidad de los precios de insumos es un desafío. ¿Cómo se gestiona esta incertidumbre y qué se podría implementar?
Es uno de los principales problemas de las empresas. Pero si algo podemos resaltar y poner énfasis de la situación actual es que los precios se mantienen y se puede pensar en horizontes de mediano plazo, cosa que un año antes no existía. Apareció incluso la posibilidad de pagos en cuotas. En lo que respecta a las actualizaciones de los contratos, muchas empresas recurren a acuerdos de actualización con los comitentes privados, pero no siempre es posible. Desde la Cámara, para las obras de inversión pública, planteamos la necesidad de instrumentos más ágiles de redeterminación de precios. En una mirada general, no solo la continuidad en el mantenimiento de los precios debido a la baja inflación es la solución del problema, también es necesario un marco de reglas claras que den seguridad jurídica a quienes invierten. La falta de previsibilidad atenta contra la planificación de inversiones en general y es esencial para sostener esa mecánica en el sector privado.
¿Qué balance hace de la relación con el Gobierno provincial? ¿Qué obras considera prioritarias?
La relación con el Gobierno de Córdoba es positiva. Existe un diálogo fluido que ha permitido avanzar mediante mesas de trabajo en donde la interacción público privada es un hecho, y se ha trabajado en gran diversidad de temas y proyectos, y lo valoramos profundamente. En cuanto a prioridades, creemos que hay que sostener las inversiones que potencien la productividad de las regiones, favoreciendo el transporte, la logística para facilitar y bajar costos mejorando la competitividad y trabajar en la mejora de la infraestructura básica de tránsito de las personas, agua, saneamiento, energía y en vivienda para sectores hacinados que no tienen otra posibilidad, porque son las que impactan directamente en el desarrollo económico y en la calidad de vida de la población.
En materia de empleo, ¿cuál es la situación actual y la perspectiva?
El empleo en Córdoba se mantiene en niveles similares desde hace tiempo habiendo, creemos, llegado a su piso por la baja generalizada de la actividad económica en general. Seguramente, debido a la inversión en infraestructura que se ha empezado a materializar con mayor grado ante la aprobación de tramites de licitaciones que se empezaron a adjudicar y contratar en los últimos meses, deberíamos ver un repunte en el nivel de ocupación de nuestros trabajadores. A nivel nacional, sabemos que si persiste la inversión nula en infraestructura será difícil recuperar los empleos perdidos. A nivel general, cuando hay estas situaciones, el gran desafío por el que transitan las empresas es mantener la mano de obra calificada, que es uno de los principales activos de nuestra industria. Si se pierde, después es muy difícil de recuperarla. Por eso insistimos tanto en la necesidad de sostener actividad, aunque sea en menor escala, para no perder ese capital humano.
Córdoba es un polo tecnológico. ¿Cómo se incorpora la innovación en la construcción local?
La innovación es un camino que empezamos a transitar y ya no tiene retorno. Muchas empresas cordobesas están incorporando procesos de digitalización, empiezan a pensar en metodologías de desarrollo de proyectos integrales y tecnologías más sustentables, en donde nuestra provincia también es líder. Hemos trabajado mucho en términos de sustentabilidad, apoyando procesos de empresas socias con materiales basados en reciclados, en eficiencia energética, etc. Existe y somos parte del desafío y la oportunidad de articular con el ecosistema tecnológico y con la política orientada a la sustentabilidad de la provincia para que la construcción se potencie con esas capacidades.
Respecto al financiamiento, ¿qué tan difícil es acceder a créditos? ¿Ven potencial en el crédito hipotecario?
El financiamiento sigue siendo uno de los grandes cuellos de botella. Para las empresas, el acceso a créditos productivos es limitado y caro. Y para las familias, el crédito hipotecario prácticamente no existe. Sin una política pública que promueva el retorno del crédito hipotecario, será muy difícil dinamizar el mercado de la vivienda. Creemos que es un tema central, que requiere un consenso amplio para volver a poner a la vivienda al alcance de más argentinos.
¿Cuál es la visión de CAMARCO sobre el estado de la infraestructura provincial?
Córdoba tiene un nivel de desarrollo de infraestructura destacado, más aún en comparación con otras provincias. Obviamente la constante inversión que se ha llevado a cabo, entendiendo que ha sido uno de los pilares en la inversión pública, ha hecho que incluso se asuman como propias obras que corresponden al estado nacional, mejoras en rutas nacionales, obras hídricas, planes de infraestructura en loteos, etc. Sin embargo, las necesidades siempre existen. El déficit habitacional, por ejemplo, sigue siendo muy alto. Desde CAMARCO insistimos en que la infraestructura debe ser vista como una inversión estratégica, no como un gasto, porque es la base de la competitividad y del desarrollo, y sin lugar a dudas, de la mejora en la calidad de vida de las personas.
¿Cuáles son los principales reclamos y propuestas que elevan al gobierno y otros actores?
Nuestros planteos pasan por lograr que el estado nacional entienda la infraestructura como inversión, que, además haya previsibilidad, financiamiento y reglas claras. Pedimos previsibilidad en los contratos de obra; acceso a financiamiento para empresas y familias; y un marco regulatorio con seguridad jurídica que fomente la inversión privada. También proponemos fortalecer los mecanismos de participación público-privada, porque entendemos que el Estado solo no puede cubrir todas las necesidades y la articulación con el sector privado es clave.
Finalmente, ¿qué rol ocupan los Jóvenes de CAMARCO?
Un rol fundamental. Ellos son quienes garantizan la continuidad de nuestras políticas y quienes aportan nuevas miradas y energías. Los Jóvenes de CAMARCO ya están participando activamente en espacios de formación, de debate y de representación institucional, sentados en la mesa de dirección de nuestra institución. Nuestra tarea es darles lugar, acompañarlos y asegurarnos de que tengan las herramientas para convertirse en los líderes que el sector necesitará en los próximos años.



