Según los datos oficiales de la provincia, en 2017, el sector minero generó 1628 puestos laborales entre directos e indirectos. Esta cifra pasó a 3276, en 2018 y, en 2020 –crisis sanitaria mediante–, la tasa registrada fue de 3302.
El Constructor entrevistó al doctor Martín de los Ríos, ministro de Producción y Desarrollo de Salta, quien dio detalles acerca del tema.
¿Cuáles son las razones de este crecimiento y de qué se tratan los nuevos emprendimientos?.
En los últimos tres años, incluido el 2020 –marcado por la pandemia y las múltiples restricciones que provocaron que la actividad se volviese más lenta–, el empleo minero en Salta se duplicó. Esto sucedió, principalmente, por “la maduración del proyecto Lindero: luego de más de 15 años de estudios exploratorios, en 2017 se inició el proceso de construcción de planta y posterior comienzo de producción, lo que demandó considerable mano de obra local y de la región”, sostuvo Martín de los Ríos, ministro de Producción y Desarrollo Sustentable de Salta.
Otro de los factores que impulsó la tasa de empleo fue “el aterrizaje de inversores en litio, que desarrollaron plantas piloto y producción en algunos casos, y también crearon fuentes de trabajo”. En Lindero, el punto más álgido de empleo se dio entre 2018 y 2019: “Lo importante es que esa mina ya entró en producción y, sumados a los cientos de puestos de trabajo que ya generó, es probable que continúe haciéndolo cuando los proyectos de litio entren a la fase productiva”, estimó el funcionario.
¿Cómo evalúa el potencial minero que tiene la provincia?
Es enorme. Salta está bendecida por su riqueza geológica y la diversidad de minerales que contienen sus suelos: cobre, oro, molibdeno, plata, zinc, litio, boratos, entre otros. Sin dudas, esta actividad creció por la demanda mundial de los minerales que podemos ofrecer. El litio es un commodity de alta demanda mundial, por su aplicación en baterías y en electromovilidad.
¿Qué nuevos emprendimientos de minería no metalífera se están desarrollando?
Son varios, como la empresa australiana con operaciones en el país Puna Mining, en el Salar del Rincón; la argentina Lítica, en Salar de Pozuelos, en exploración avanzada del reservorio; la china Ganfeng, en el proyecto Mariana del Salar de Llullaillaco; la francesa Eramet, en los salares de Centenario-Ratones; Millennial, en Pastos Grandes; Hanaq, de la UTE china PLASA-SESA, en el Salar de Diablillos; y la coreana Posco, con una importante inversión en el norte del Salar de Hombre Muerto. También existen inversiones en otros salares, como Arizaro, Río Grande, Pocitos, Tolillar y Salinas Grandes, en escala de exploración.
¿Cree que Salta hoy puede ser un referente de la actividad minera para la Argentina?
El propósito es alentar el desarrollo socioeconómico bajo normas de cuidado ambiental y social. La minería es un gran aliado para estos fines y un impulsor del fortalecimiento económico de la provincia. Si la actividad se realiza bajo estándares de calidad y esto se ve reflejado en el bienestar de los pueblos, con trabajo, salud y crecimiento, seguramente Salta será un referente de esta actividad, no solo a nivel nacional, sino mundial. Hoy somos el primer destino de inversión minera, queremos ser primeros en desarrollo y bienestar social.
¿Cómo afectó la pandemia a la actividad minera de la provincia?
Afectó a todas las actividades mineras de la Puna, tanto a las metalíferas, a las de litio, como a las tradicionales de extracción de sales, boratos, ónix, perlita y otras sustancias minerales. Las empresas tuvieron que realizar gastos no previstos en ninguna contingencia, como miles de hisopados PCR, cuarentenas previas en hoteles, reducir el tráfico en vehículos a la Puna, imponer normas estrictas de bioseguridad. Eso obligó a readaptar los campamentos, comedores, turnos de rotación o rosters, con la premisa de proteger la salud, la seguridad y la vida de los trabajadores.
¿En qué consiste el Plan de Operación Mínimo de Emergencia?
Se trata de una herramienta de gestión que se impulsó para garantizar la continuidad de la actividad. Establece una serie de medidas de bioseguridad para cumplir en campamentos, antes, durante y al terminar cada roster de trabajo. Fue una medida rápida y eficaz, ya que se controló fehacientemente, desde la autoridad de aplicación, que los proyectos lo cumplieran y, en la práctica, ayudó a prevenir contagios.
¿Cuáles son las perspectivas para los próximos meses en materia de minería no metalífera?
Hay varios proyectos, casi todos a escala de plantas piloto. Puna Mining está exportando a Japón carbonato de litio grado batería del Salar del Rincón. Por otro lado, la planta piloto de Millennial, en el Salar de Pastos Grandes, se encuentra probando la producción de carbonato de litio. También Hanaq, en el Salar de Diablillos, realizó su exportación de cloruro de litio en disolución al 35% al sudeste asiático. Esto es muy significativo, porque estas plantas, luego, van a escalar hasta llegar a plantas industriales de envergadura con inversiones de entre USD 300 y USD 400 millones cada una. Además, la surcoreana Posco prevé, a fin de este año o a principios del 2022, iniciar la fase de producción, con una proyección de inversión de USD 600 millones.
La minería necesita personal capacitado para la actividad. Desde la provincia, ¿se está trabajando en este aspecto?
Siempre. La Universidad Nacional de Salta dicta la carrera de Geología y varias ingenierías, como Industrial, Química, Civil, de Recursos Naturales, de Energías Renovables. Recientemente, esa casa de estudios incorporó la Tecnicatura en Perforación con especialidad en litio. En Campo Quijano se dicta la Tecnicatura en Minería, que cada año incrementa su matrícula por el interés de los jóvenes en insertarse en esta actividad. También la Universidad Católica de Salta tiene un nutrido programa de especializaciones orientadas a la minería, y este año cumple la tercera edición de la Diplomatura en Gestión Minera Integral para profesionales o trabajadores mineros.
¿Por qué la minería puede contribuir a mejorar la calidad de vida y el arraigo de los pobladores de la provincia?
La minería es esencial para la vida. Lo es desde siempre y hoy en día, aún más: porque vivimos en una era donde prima la tecnología y el mundo demanda nuestros recursos. Recordemos que, por cada empleo directo de la minería, se generan entre 8 a 10 empleos indirectos, razón por la cual la actividad impacta fuertemente en la calidad de vida y el arraigo de poblados cercanos a los proyectos. Desde el gobierno provincial estamos convencidos de que hay que aprovechar esta oportunidad, es vital para el engrandecimiento de nuestra gente. Que haya hombres y mujeres de la Puna, originarios de Tolar Grande, Olacapato, Pocitos o San Antonio de los Cobres insertados laboralmente en proyectos mineros, desempeñando roles específicos, es una clara señal de las contribuciones que la actividad hace a la calidad de vida y arraigo de los salteños.