En esta entrevista exclusiva para El Constructor, el presidente de la CEDU se refirió a la relevancia de la actividad en la transformación y el crecimiento de las ciudades del país, pero también a la importancia de la incorporación de la figura del desarrollador urbano en el código de edificación de CABA, entre otros temas significativos.
La incorporación de la figura del desarrollador urbano en el Código de Edificación de CABA es algo muy reciente y forma parte de un proceso de jerarquización de la figura del desarrollador urbano. “Antes, éramos casi anónimos y los clientes solo reconocían al arquitecto, a la inmobiliaria y, eventualmente, a la empresa constructora”, reflexiona Damián Tabakman, presidente de la Cámara Empresaria de Desarrolladores Urbanos (CEDU). Según él, esto es un logro muy importante “porque implica darle visibilidad y reconocimiento a nuestra figura como actor fundamental del desarrollo urbano y forma parte del camino de profesionalización continua del rol del desarrollador que impulsamos desde la CEDU, buscando la excelencia, la transparencia y la ética en los emprendimientos que llevamos adelante”.
¿Cree que, poco a poco, van obteniendo mayor visibilidad ante la sociedad, ante los entes de gobierno, etc.?
Sí, y estamos convencidos de que es el camino, aunque ello implique asumir el riesgo de estar más expuestos a reclamos de todo tipo. Que el código de edificación haya incorporado nuestra figura es algo que entendemos como un gran avance y esperamos que en el resto del país vayan por el mismo camino. ¿Si hubo resultados inmediatos? Pocos, por ahora. Pero reitero, reitero, es un proceso.
¿Cuál es el mayor riesgo al que se enfrenta en este contexto inflacionario quien se desempeña como constructor o desarrollador urbano?
En una economía indexada como la que tenemos, en la cual todos los contratos tienen cláusula de ajuste, el riesgo de la inflación no es contractual, a diferencia de lo que ocurre en otros países donde la inflación ha aumentado, dado que se le puede trasladar el aumento de precios a la contraparte; el problema es más general, y pasa por todo lo malo que trae una inflación tan alta como la que, lamentablemente, tenemos.
¿En cuáles otros factores impacta la inflación?
Por ejemplo, en el desarrollo del crédito a largo plazo; es enemiga de la búsqueda de la eficacia y de la inversión para reducir costos en términos reales, hace que se pierda noción del precio de los bienes y servicios y, naturalmente, genera que mucha gente pierda poder adquisitivo y capacidad de inversión. Sin embargo, en el contexto actual en el que la inflación se ha vuelto un fenómeno mundial, las personas eligen invertir en ladrillos cada vez más, por lo que se podría prever un impacto positivo en nuestro sector.
¿Es barato construir en la Argentina si comparamos los valores a enero del 2021?
Primero, hay que aclarar que las obras son procesos lentos y largos, mientras que nuestro país es muy volátil y todo cambia mucho más rápido de lo que dura una construcción mediana. Con el gobierno de Mauricio Macri, construir era muy caro en dólares; luego, al inicio del gobierno actual, se abarató mucho. Con el dólar estable y la alta inflación reciente, volvió a encarecerse y hoy depende del tipo de cambio de esta semana. Aunque medirlo así, honestamente, no sirve para nada. En términos generales, estamos en una época de costos de construcción por debajo de la media histórica, aunque no sé si es un dato útil teniendo en cuenta que desde que empezamos un proyecto hasta que lo terminamos transcurren muchos años.
¿Qué zonas o regiones se encuentran en expansión en relación al desarrollo urbano?
Las vinculadas al campo están en constante dinamismo y siguen creciendo, y después aparece con gravitante importancia y traccionada por las economías vinculadas a la actividad de los hidrocarburos la provincia de Neuquén. También el NOA está atrayendo muchas inversiones y potenciando la posibilidad de transformaciones urbanas y desarrollos nuevos por la explotación de litio. Las grandes ciudades del país son siempre un imán que atrae la inversión inmobiliaria; en especial Buenos Aires, que despierta interés para todos aquellos que quieren tener su departamento en Buenos Aires. Respecto de nuestra ciudad, lo suburbano tuvo un gran momento durante la pandemia, aunque ahora se enfrió un poco. Y dentro de Buenos Aires siguen atrayendo las zonas premium y las bien comunicadas por el transporte público. Un comentario especial cabe hacer sobre el ex-Tiro Federal, que será, probablemente, el mejor lugar de CABA. Ya se han vendido muchos lotes, pero aún quedan varios y las obras de infraestructura avanzan muy bien. Veo atractivo también al Microcentro, en el marco del plan de incentivos de la Ciudad.
De acuerdo a su conocimiento sobre el dinamismo del mercado, ¿qué tipo de construcciones hoy conviene desarrollar por ser más rentables?
Hoy, la rentabilidad de los emprendimientos inmobiliarios es muy baja en Argentina, tanto por la diferencia entre el costo de construcción respecto del precio de los inmuebles terminados como por la renta a generar a futuro por alquileres. Sin embargo, en el sector somos optimistas. Creemos que vale la pena construir ahora para vender más adelante cuando la macro mejore, cuando baje la inflación y ganemos, como país, previsibilidad. ¿Cuándo será eso? Imposible poner fechas, pero estimamos que, quien inicie hoy una obra, al acercarse al final debería encontrarse con un mejor contexto. Para nosotros, es buen momento para empezar a construir y malo para vender en pozo. Si se aprobaran las leyes que estamos empujando, como la del blanqueo para la construcción, la reactivación sería más rápida. No obstante, el nivel de actividad es bueno. Muchos desarrolladores están empezando obras apostando al cambio de ciclo.
En la Ciudad de Buenos Aires, ¿qué zonas o barrios se van a continuar potenciando? ¿Hay algún área que aún no haya explotado todo su potencial?
Estamos esperando que despegue la ex ciudad deportiva de Boca, recientemente autorizada por el Gobierno. También, la zona del distrito tecnológico de Parque Patricios, que atrajo a empresas, pero no todavía a la vivienda. Es algo en lo que hay que trabajar: construir emprendimientos residenciales accesibles en ese barrio. Y, obviamente, veremos transformarse el microcentro en un gran barrio de vivienda accesible. Esa es un área que personalmente me encanta.