Todas las variables sectoriales se mueven están en crecimiento hace varios meses, consolidando un proceso virtuoso en la actividad. Expectativas frente a un año bisagra.
Tras casi dos años de pandemia, todavía hay mucha incertidumbre acerca de cómo será la vida de los argentinos el día después. Sin embargo, hay algunos datos que permiten vislumbrar un escenario de recuperación en algunos sectores clave de la economía real.
En especial, en lo que tiene que ver con la producción del sector manufacturero y la industria de la construcción, los dos principales motores de la actividad económica a lo largo de todo el 2021 y lo que va de este nuevo año.
Los últimos datos estadísticos del sector permiten ser optimistas en cuanto a la consistencia de la recuperación. El Indicador Sintético de la Actividad de la Construcción (ISAC),destaca que en diciembre el sector creció 4,6% en relación al año anterior, algunos puntos porcentuales menos que los dos meses previos –7,8% y 7,7% en octubre y noviembre, respectivamente- pero manteniéndose en terreno positivo pese a la desaceleración del crecimiento.
De hecho, la industria de la construcción acumuló en el año un crecimiento del 30,8% en relación a 2020, claro que comparado con un año atravesado por la pandemia, la dura cuarentena inicial y las restricciones a operar a partir del segundo trimestre de aquel año.
Sin embargo, hay que notar que la actividad de la construcción ya hilvanó 14 meses consecutivos de crecimiento interanual, e incluso en la serie desestacionalizada versus el mes previo, el ISAC registra un avance de 2,7% en diciembre y lleva tres meses seguidos de números positivos.
Este cuadro de situación permite delinear un panorama relativamente positivo en la actividad, obviamente, no exento de obstáculos ni dificultades, pero al menos “con el carrito arriba de la vía”, como suelen graficar los empresarios.
Los datos del último trimestre del año habilitan a pensar que hoy la actividad está en niveles por encima de la pre-pandemia (febrero de 2020) y equivalentes a septiembre u octubre de 2019, en plena campaña presidencial post PASO, con el peso suele tener siempre la obra pública en años electorales.
DOS EJES CLAVE
En el análisis desgregado sobre consumo aparente de los diversos insumos de la construcción, también se observa un buen desempeño anual, con especial énfasis en ciertos capítulos como es el caso de Hormigón elaborado (76,8%), Asfalto (69,5%), Graníticos y calcáreos (52,1%), Hierros redondos y acero para construcción (40,4%), Yeso (39,4%), y también lo que aparece agrupado como Resto, con un crecimiento interanual de 38,8%, que expresa el desempeño en Grifería, Tubos de acero sin costura y Vidrio plano para construcción.
El caso de hormigón elaborado, en parte, y de asfalto en su totalidad constituye un indicador del dinamismo que tiene la obra pública desde hace ya varios años.
Como referencia vale recordar que según datos oficiales proporcionados por el Ministerio de Obras Públicas de la Nación, a diciembre de 2020 había en ejecución 767 obras en las 23 provincias y la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, movilizando recursos por unos $ 518.400 millones hasta ese momento.
Poco más de un año después hoy hay 2289 obras públicas en ejecución según el relevamiento de la cartera que conduce Gabriel Katopodis y que visibiliza a través del portal Mapa Inversiones, al tiempo que se han finalizado 1132 obras en todo el país.
Obviamente, el detalle es muy amplio, pero sólo vale recordar que hay 630 obras viales en ejecución y 589 en obras de agua y saneamiento. Si se cuentan las que están en proyecto, las obras en este último rubro alcanzan a 1234 en todo el territorio nacional, y se estima que beneficiarán a unos 10 millones de habitantes, más del 20% de la población total y generarán unos 17.000 puestos de trabajo.
Justamente en este campo, el de la generación de empleo, sin dudas, la actividad de la construcción empezó a mostrar signos de dinamismo y recuperación de puestos de trabajo, aunque desde niveles muy bajos.
Sólo para tener una idea de lo que estamos hablando hay que notar que según el último relevamiento del Instituto de Estadística y Registro de la Industria de la Construcción (IERIC), una entidad pública no estatal que nuclea tanto a representantes del sector empresarial como sindical de la actividad, a noviembre de 2021 (último dato) había 366.336 puestos de trabajo formales, lo que supone un incremento de 1,4% respecto del mes anterior.
“La recuperación del empleo comenzó a principios de este año y desde enero se completaron once meses consecutivos de incremento de la cantidad de trabajadores registrados del sector, periodo en el cual se generaron algo más de 72 mil puestos”, señala el documento del IERIC.
Y un dato más. El nivel de ocupación de noviembre “ya es superior al de diciembre de 2019, el máximo de los tres meses previos al inicio de la pandemia”, reveló el instituto. Así, en el último mes del año pasado, se observó una mejora del empleo del 22,8% respecto a diciembre de 2020.
Pese a ello, el IERIC aclara que “de todas formas, aún se ubica un 3,1% por debajo del de noviembre de ese año (2019) y es un 7,8% inferior al promedio histórico de dicho mes.
Los registros de empleo formal del propio organismo muestran que aún se está bastante lejos de los 432.814 anotados en noviembre de 2017, poco antes de que sobreviniera la crisis financiera internacional y se le cortara el crédito a la Argentina, que gatilló el primer “cimbronazo devaluatorio” en la Argentina de Mauricio Macri, cuando en abril de 2018 el dólar pasó de $20 a $40.
Y lejos también del récord histórico de 438.360 empleos registrados en noviembre de 2011, en pleno auge de la obra pública y en el pico expansivo de la economía argentina.
HORIZONTE DESPEJADO
Hacia adelante predomina un moderado optimismo entre los agentes económicos del sector construcción.
Según la Encuesta Cualitativa de la Construcción elaborada por el Indec, las empresas consultadas coinciden mayoritariamente que en el período enero-marzo 2022 el panorama no cambiará respecto del actual, pero entre quienes creen que mejorará el escenario del trimestre superan ampliamente a los pesimistas que consideran que no lo hará.
“El 67,3% de las empresas que realizan principalmente obras privadas prevé que el nivel de actividad del sector no cambiará durante los próximos tres meses, mientras que 23,1% estima que aumentará y 9,6%, que disminuirá”, indicó el relevamiento.
Además, las empresas que estiman una suba del nivel de actividad en enero-marzo, “la atribuyen fundamentalmente al reinicio de obras públicas (27,8%), a nuevos planes de obras públicas (25,0%) y al crecimiento de la actividad económica (24,9%)”.
Por su parte, aquellas empresas volcadas fundamentalmente a la obra pública, responde en un 61,4% que el nivel de la actividad “no cambiará durante el período enero 2022-marzo 2022, mientras que 32,9% cree que aumentará y 5,7%, que disminuirá”.
La mejora en los próximos tres meses la explican por los nuevos planes de obras públicas (33,4%), el reinicio de obras públicas (26,8%) y al crecimiento de la actividad económica (24,6%).
Pero son variables que no dependen de la voluntad sino más bien de las condiciones macro, y eso es central en un año como éste en el que el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional –y sus condicionalidades- tienen mucho que decir respecto del ritmo de la obra pública pero también del dinamismo de la economía, impulso clave para el sector privado.