Neuquén se encuentra en una etapa decisiva de su desarrollo energético, con proyectos de infraestructura que buscan transformar a la provincia en un polo estratégico para la exportación de petróleo y gas.
Fabricio Gulino, subsecretario de Energía e Hidrocarburos de la provincia, detalla a El Constructor el avance de obras como el Gasoducto Vaca Muerta Sur y el oleoducto hacia Río Negro, destacando los impactos en empleo, inversiones y posicionamiento internacional. Con financiamiento mixto, coordinación interprovincial y un marco legal que busca atraer capitales, la apuesta es clara: consolidar a Vaca Muerta como motor de crecimiento y plataforma de integración con los mercados globales.
¿En qué etapa se encuentra actualmente el proyecto de bombeo desde Vaca Muerta hacia el puerto en Río Negro, y cuál es el cronograma estimado para el inicio y finalización de obras?
El proyecto presenta un avance del 30% y contempla una longitud total de aproximadamente 600 kilómetros, de los cuales 45 kilómetros se encuentran dentro de la provincia de Neuquén. La construcción se inició en mayo de 2024 y está estructurada en tres fases.
• Fase 1, con finalización prevista para el tercer trimestre de 2026, alcanzará una capacidad de transporte de 190.000 barriles por día (bbl/d).
• Fase 2, programada para concluir a mediados de 2027, elevará la capacidad a 390.000 bbl/d. Finalmente
• Fase 3, aún sin cronograma definido, podría ampliar la capacidad total del sistema hasta 500.000 bbl/d, consolidando así una infraestructura de alto impacto para el desarrollo energético de la región.
¿Qué tipo de infraestructura complementaria será necesaria para garantizar la operación a plena capacidad del oleoducto y el puerto de exportación?
Para acompañar el desarrollo del proyecto, se requiere la ampliación de las estaciones de bombeo existentes, específicamente en Loma Campana y Lago Pellegrini, con el fin de incrementar la capacidad de transporte y presión en el sistema. Asimismo, se está ejecutando la ampliación de la terminal de Allen, que incluye mejoras en el sistema de bombeo y una mayor capacidad de almacenamiento. En paralelo, avanza la construcción de la terminal portuaria en Punta Colorada, la cual registra un 10 % de avance físico. Esta terminal estará equipada, con al menos 5 tanques de almacenamiento de 120.000 metros cúbicos de capacidad cada uno, monoboyas para permitir el ingreso y operación de buques de carga, facilitando así el embarque eficiente del petróleo hacia los mercados internacionales.
¿Cómo se integrará la nueva infraestructura del Gasoducto Vaca Muerta Sur con la red de transporte y distribución existente en Neuquén y Río Negro para optimizar el flujo de petróleo y gas?
Entendiendo que el gasoducto Vaca Muerta Sur constituye un componente esencial del proyecto de exportación de gas natural licuado (LNG), y será abastecido por áreas de producción destinadas exclusivamente a este propósito. Para vincular estos yacimientos con la cabecera del gasoducto —ubicada en las proximidades de Tratayén— se prevé la construcción de gasoductos complementarios que aseguren el transporte eficiente del gas desde las zonas productivas. El gasoducto principal, diseñado exclusivamente para el proyecto LNG, tendrá un diámetro de 42 pulgadas, una capacidad de transporte de aproximadamente 40 millones de metros cúbicos por día, y una extensión cercana a los 575 kilómetros, finalizando su trazado en Punta Colorada, sobre el Golfo San Matías, en la provincia de Río Negro. En este punto se desarrollará la infraestructura estratégica del proyecto, que incluirá una planta flotante, de separación, licuefacción y almacenamiento, junto con las instalaciones portuarias necesarias para el embarque del LNG en buques metaneros.
En caso de que esta primera etapa del proyecto resulte exitosa, se contempla la construcción de un segundo gasoducto, también de 42”, exclusivo para el sistema LNG, con el objetivo de ampliar la capacidad de transporte desde nuevas áreas productivas. Cada uno de estos gasoductos contará con una capacidad aproximada de 40 millones de metros cúbicos por día, lo que permitirá escalar significativamente el volumen de gas destinado a exportación. Esta expansión incluiría también el fortalecimiento de las instalaciones en Punta Colorada, con mayor capacidad de separación, licuefacción, almacenamiento y embarque.
De concretarse los presentes proyectos traerá aparejado la mayor realización de pozos, plantas de tratamiento y toda aquella infraestructura necesaria para el abastecimiento de los mismos.
¿Qué obras viales, ferroviarias o energéticas adicionales serán imprescindibles para dar soporte logístico al traslado de materiales, personal y equipos durante la construcción y operación del proyecto?
En este momento no podemos profundizar sobre obras viales, ferroviarias o energéticas adicionales. En particular, será imprescindible avanzar en la construcción de nuevos ductos y en el desarrollo de instalaciones portuarias, fundamentales para garantizar la logística de transporte, almacenamiento y despacho de gas y el petróleo. Asimismo, el proyecto requerirá más de 600 MW adicionales de energía eléctrica, que deberán generarse para acompañar tanto la etapa de construcción como la de operación.
¿Cómo está estructurado ese financiamiento y qué parte será aportada por el Estado provincial, YPF, empresas privadas o financiamiento externo?
Según lo que comunicaron las empresas en medios de comunicación, la financiación de Argentina LNG se organiza en tres frentes: upstream, midstream y los barcos licuefactores, cada uno con negociaciones propias. La idea es que alrededor del 70 % se cubra mediante project finance (financiación de grandes proyectos de infraestructura o energía) y el resto, un 30 %, provenga de flujo propio o de acuerdos con socios estratégicos de YPF.
Desde el Estado provincial, el respaldo principal viene a través del RIGI (Régimen de Incentivo para Grandes Inversiones), que ofrece beneficios fiscales, aduaneros y cambiarios para dar previsibilidad y atraer tanto a inversores como a futuros compradores. Aún resta avanzar en la negociación de los valores de venta del gas y de las regalías que la provincia espera percibir.
¿Qué mecanismos de coordinación existen entre Neuquén y Río Negro para asegurar una colaboración fluida en términos legales, ambientales y operativos del proyecto?
Neuquén y Río Negro encaran este proyecto de manera conjunta, con la participación directa de ambos gobernadores y sus equipos para simplificar los aspectos legales, ambientales y operativos. Al tratarse de una iniciativa de exportación que generará divisas, el compromiso de las dos provincias es clave desde el inicio.
La coordinación se apoya no solo en este desarrollo, sino también en la sinergia con Vaca Muerta Oil Sur y en otros proyectos que puedan requerir colaboración. Cuando dos provincias avanzan en iniciativas similares, esa articulación se vuelve fluida y estratégica.
Desde Neuquén, el enfoque es principalmente técnico: que Río Negro lleve adelante la parte portuaria acorta plazos y facilita la resolución de posibles demoras, algo fundamental para que todo el proyecto avance sin contratiempos.
¿Qué impacto económico concreto espera Neuquén en términos de empleo, oportunidades para proveedores locales y desarrollo de infraestructura asociada al proyecto?
El impacto económico trasciende a Neuquén: tiene repercusión en todo el país, que se reflejará en mayor volumen de exportaciones, generación de empleo calificado y un rol geopolítico más fuerte para Argentina como proveedor energético seguro y competitivo.
Para la provincia, los beneficios son muy concretos:
Implica más trabajo y desarrollo. El proyecto impulsará una nueva etapa de inversión en Vaca Muerta, con empleo calificado, oportunidades para PyMEs y mayor demanda de servicios, logística y transporte.
También, brinda mayor previsibilidad y soberanía energética. Abrir mercados internacionales para el gas neuquino permite atraer inversiones, planificar a largo plazo y asegurar que, cuando el país lo requiera, haya infraestructura para abastecer la demanda interna y exportar excedentes.
Por último, más regalías para invertir: cada metro cúbico de gas exportado significa ingresos directos que pueden transformarse en escuelas, hospitales, caminos, agua potable y servicios, fortaleciendo la diversificación económica y la calidad de vida.
¿Qué mercados (internacionales o internos) se busca atender con la ampliación del gasoducto? ¿Se prevé su vinculación directa con la futura infraestructura de exportación?
Para vincular estos yacimientos con la cabecera del gasoducto —ubicada en las proximidades de Tratayén— se prevé la construcción de gasoductos complementarios que aseguren el transporte eficiente del gas desde las zonas productivas. Estas obras están orientadas principalmente a la exportación de GNL, con una demanda internacional concentrada en Europa y Asia, donde se busca diversificar las fuentes de energía y reducir la dependencia del carbón.
Al mismo tiempo, Neuquén también trabaja en la búsqueda de mercados limítrofes, como Chile y Brasil, que constituyen oportunidades estratégicas para ampliar la colocación del gas regional. Cuando la infraestructura de exportación esté definida, se evaluará la conexión necesaria para garantizar el abastecimiento continuo a estos destinos.
¿Qué avances hay en asegurar los compromisos financieros necesarios para ambas infraestructuras (oleoducto y ampliación del gasoducto), y cuáles son los principales riesgos (económicos, regulatorios, sociales) identificados?
En materia de compromisos financieros, el proyecto de GNL avanza sobre bases sólidas. Se cuenta con el abastecimiento asegurado desde Vaca Muerta, uno de los yacimientos no convencionales más grandes del mundo, y con la proyección de infraestructura portuaria dedicada exclusivamente a la exportación. A ello se suma un régimen legal estable (RIGI), que aporta previsibilidad y favorece la atracción de inversiones, y la flexibilidad de entrega bajo modalidad FOB, que amplía las oportunidades comerciales en distintos mercados.
En cuanto a los principales riesgos, se identifican cuatro ejes. En lo económico, la necesidad de sostener financiamiento competitivo en un contexto internacional dinámico. En lo regulatorio, la importancia de garantizar estabilidad normativa a lo largo de todo el proyecto. En lo social, la articulación con las comunidades y actores locales para asegurar que los beneficios se traduzcan en desarrollo sostenible y licencia social para llevarlo adelante. Y, de manera muy relevante, la competitividad del sector hidrocarburífero nacional: al ser tomadores de precios internacionales, será necesario trabajar de manera continua en la incorporación de nuevas tecnologías, la optimización de contratos, el manejo eficiente de los gastos y la mejora de la productividad operativa.
Más allá de este proyecto, ¿cómo se enmarca el Gasoducto Vaca Muerta Sur dentro de la visión energética de Neuquén para la próxima década?
El Gasoducto Vaca Muerta Sur es una obra estratégica que trasciende al proyecto de GNL. Para la provincia de Neuquén representa un eje central en la visión energética de la próxima década, ya que permite expandir la capacidad de evacuación de gas desde Vaca Muerta y, con ello, consolidar a la provincia como el principal polo productor de hidrocarburos del país.
Es, además, el primer gran desarrollo de esta envergadura, lo que permitirá generar aprendizajes clave: comprender problemáticas, identificar sectores de mejora y optimizar procesos que servirán para futuros proyectos. Esta infraestructura no solo asegura el abastecimiento interno y la diversificación de la matriz energética nacional, sino que también abre la puerta a una mayor inserción internacional a través de la exportación de gas natural y GNL. En ese sentido, el gasoducto se integra a una estrategia más amplia de desarrollo: atraer inversiones de largo plazo, generar empleo de calidad y fortalecer el entramado productivo y social de Neuquén, posicionando a la provincia como un actor esencial en la transición energética.
¿Cómo se asegura que esta infraestructura potencie el posicionamiento internacional de Neuquén como centro energético?
La infraestructura proyectada se apoya en tres factores clave que fortalecen el posicionamiento internacional de Neuquén como centro energético. Primero, la disponibilidad de recursos de clase mundial en Vaca Muerta, que aseguran un abastecimiento sostenido y competitivo. Segundo, el desarrollo de gasoductos y obras asociadas que incrementan la capacidad de transporte y facilitan el acceso a mercados externos. Y tercero, un marco regulatorio previsible que favorece la atracción de inversiones de largo plazo.
De esta manera, Neuquén no solo consolida su rol como proveedor confiable para la demanda interna, sino que también se proyecta como un actor relevante en la oferta global de gas natural y GNL, generando oportunidades de integración regional y apertura a nuevos destinos comerciales.




