En esta escueta exposición sobre la metodología de la compra de equipo, hay un punto que no es muy tenido en cuenta en nuestro país, que es la forma en que el comprador debería encarar dicha tarea.
Seguramente el usuario comienza buscando qué distribuidores tienen el equipo que está buscando, como puede ser, por ejemplo, una retro excavadora. Ahora bien, ¿esta metodología es la correcta? La idea es aclarar la formalidad de la búsqueda de un equipo.
En este sentido, el primer punto que necesita saber el comprador es qué trabajo va a hacer esta excavadora; el segundo punto es durante cuánto tiempo va a desempeñar este trabajo. Es sumamente importante investigar cuáles son las labores siguientes y que duración van a tener, dato que no siempre es conocido por la empresa.
Entonces, supongamos que debemos operar con el primer trabajo para el cual será adquirido el equipo, entonces, antes de hacer el primer llamado a la empresa, debemos hacer un escueto pliego de condiciones para recordar que, contrariamente a los equipos que ingresan a la argentina, la realidad es que las fábricas los montan según la órdenes de compra que les envían los dealers. Esto no quiere decir que estas compañías sean las que ustedes van a necesitar, por ejemplo: un dealer del Estado de La Florida seguramente no tendrá las mismas especificaciones que un dealer que opera en Colorado, ¿por qué? Porque sus suelos son completamente distintos, además, hay muchos pedidos a fábrica que no son retirados o son cancelados, pero ya están armados, por lo que salen a la venta a precios menores y ofrecidos a la red de distribuidores de todo el mundo para quienes les pueden llegar a ser útiles.
Aclarada esta metodología de fabricación y comercialización, pasamos a definir cuáles son los parámetros que se deben tener en cuenta. Recordemos que un equipo está compuesto por el núcleo central de la estructura y el resto de los periféricos se conforman de acuerdo a la orden de compra.
En este sentido, comenzando por la punta de la máquina nos encontramos con el balde, lo cual va a ser para alta producción o para desgarre. Ello influirá en el tamaño del balde, pero el tamaño de este determina la estructura constructiva del mismo, los refuerzos, los materiales que requerirá, los espesores etc. Es ahí donde comienza a intervenir otro factor: la herramienta de corte.
Para elegir esta herramienta se requiere saber algunos puntos, puesto que se necesita una terminación perfecta, entonces la uña debe estar dentro del balde soldada o abulonada; pero si el material es adherente se debe tener precaución, porque las uñas internas dificultan el vaciado, sobre todo si llegan a capas húmedas de material.
Si no necesita terminación perfecta podemos optar por una uña externa que facilite el deslizamiento del material por el fondo del balde.
Continuando con la confección de nuestro pliego de condiciones, ahora entra en juego el tipo de material que debemos desprender, para ello hay una frase típica para estos casos que dice “utilice la uña más larga que no se rompa”; pero ¿qué se logra con una uña larga? que el equipo se esfuerce menos en cargar el balde, son absolutamente distintas las uñas para tierra negra de destape que las usadas en frente de cantera por una cuestión más que lógica.
Una vez configurado nuestro balde para el que consideramos volumen de carga, tipo de terreno en el que va a operar y herramienta de corte de acuerdo a la dureza del mismo, se tiene determinado las especificaciones del pedido.
Ahora bien, el tipo de balde trae acarreado una serie de configuraciones adicionales en el equipo base, siguiendo en orden la profundidad de operación. Esto está directamente relacionado con los largos de los brazos, pero contraindicado con las durezas de los suelos.
Es importante remarcar que, si llegamos a la conclusión de que necesitamos un balde de servicio extremo a una profundidad muy grande tenemos un problema, porque los brazos largos no pueden realizar trabajos donde la herramienta es de servicio extremos y debemos detenernos en ese punto, porque el comprador debe acudir al sector de explotación de la empresa e indicarle que, si desean excavar a cierta profundidad de material duro, no pueden usar brazos largos porque son incompatibles y deberán recurrir a otra configuración, otro modelo o a otro método de extracción.
Hasta ahí hemos analizado una configuración sobre un equipo típico de excavadora. Ahora, como mencionamos al principio, la máquina cuenta con un núcleo principal en su estructura que, si bien tiene pocas alternativas, hay puntos a tener en cuenta.
Entonces volvemos a uno de los factores con que iniciamos el artículo: que se debe tener en claro qué trabajo se va a realizar con este, tanto ahora como en el futuro. Esto viene a colación por el tema de qué potencia vamos a necesitar, lo cual trae aparejado el tamaño del equipo, puesto que, a su vez, también influye el peso en el rendimiento de desgarramiento. No es sencillo conciliar peso, costo y tipo de trabajo pero las apreciaciones vertidas en estas líneas dan las herramientas para poder determinarlo.
Además del tema tan relevante como lo es la elección de la potencia/peso operativo, influyen en el núcleo central del equipo la cuestión de si va a necesitar válvulas hidráulicas adicionales para hacer otros movimientos; además de garras, martillos, pinzas y qué es necesario que sean provistos por el distribuidor, puesto que hay herramientas que afectan directamente la vida de partes de equipo que podrían ser reforzados o tipos de mantenimientos y lapsos de cambio de lubricantes, filtros y uso de aditivos.
En lo que refiere al equipamiento del núcleo principal de la máquina, quedan pocos ítems a tener en cuenta: pueden ser protectores de cabina si trabaja con desprendimientos, un apagallamas si trabaja con materiales inflamables o sistemas especiales de iluminación, tanto sea para operación como para mantenimiento.
Por último, en términos generales está el contrapeso. En algunas marcas, este factor tiene la misma forma exterior pero distinto peso, pudiendo ser más o menos ahuecados del lado interno, ser más amplios de tamaño general o suplementados con otros contrapesos adicionales.
Una vez concluido con el requerimiento de la estructura de la máquina, nos queda determinar el rodaje que se necesita, y es ahí donde más debemos tener en cuenta la proyección de en qué se va a usar la maquinaria y cuáles serán los próximos usos.
El tren de rodaje a orugas, como se explica en nuestro libro, tiene variantes, como lo son: el largo que le otorga flotación o agarre, el ancho de zapata mismo motivo, el espesor de la teja y por último, que es más importante en equipos que empujan con tren rodante, nunca colocar zapatas de topadora en excavadora por que no está diseñada para soportar esfuerzos tan grandes como los que ocasiona la Zapata STD o S.E. de topadora.
Es muy común que el cliente se vea tentado con los equipos LC de zapata ancha, pero se debe tener mucho cuidado con la aplicación a la que va a ser sometida la máquina, porque pueden producirse daños estructurales en el bastidor de rolos y también pueden torcerse las zapatas anchas y al querer doblar sobre la rueda de cabilla o rueda guía se traban produciendo daños anexos a la estructura.
Considero que con estos conceptos vertidos en el artículo se puede tener un panorama más concreto de la metodología de adquisición de equipos, conceptos similares de explotación, suelos, modelos son utilizados en otros tipos como topadora, cargadora entre otras.
Por Rodolfo Héctor Cabaco