Dentro de la industria minera, el sector dedicado a la exploración, extracción, producción e industrialización de minerales no metalíferos y rocas de aplicación es fundamental para la actividad de la construcción. Si bien las noticias, los proyectos y las inversiones en la minería metalífera es lo que genera más repercusión en la opinión pública general, sin aquel sector no habría cemento, cal, hormigón, ladrillos, cerámicos ni pinturas, entre otros productos demandados por las obras. De este modo, su evolución y proyección de crecimiento está íntimamente ligado al futuro de la construcción.
Por ello, durante los primeros meses de la pandemia desatada por el COVID, al cerrarse las obras privadas y plantas industriales, los productores de estas materias primas se vieron muy afectados. No obstante, las pequeñas remodelaciones, refacciones y la autoconstrucción que surgió en ese contexto dentro del mercado informal permitieron mantener parte del movimiento, a partir del crecimiento en la demanda de algunos materiales de la construcción, como el cemento en bolsa.
Alberto Carlocchia, presidente de la Cámara Argentina de Empresarios Mineros (CAEM), analizó la situación atravesada: “El sector de minería no metalífera y rocas en Argentina viene arrastrando bajos niveles de demanda desde 2018, lo que empeoró aún más con la aparición de la pandemia. La abrupta interrupción que sufrió la actividad económica en marzo de 2020 derivó en que el sector sufriera dificultades operativas por la imposibilidad de llevar a cabo su actividad de forma normal. A su vez, sufrió una fuerte caía en la demanda de sus productos dado que la producción estaba dirigida a algunos sectores no esenciales y esto hizo que la habilitación temprana del sector no solucionara la crisis”.
Pero, llegado el segundo semestre de 2020, la recuperación comenzó a sentirse y continúa en 2021, al menos al momento de cerrar esta edición. Según se desprende del último informe elaborado por el INDEC, el Indicador Sintético de la Actividad de la Construcción (ISAC) mostró un incremento del 23% interanual durante el primer bimestre del año.
“A partir de la segunda mitad del 2020, la adopción de protocolos de higiene y la declaración de ciertas actividades como esenciales permitió comenzar un proceso de reactivación económica. Por ejemplo, la construcción -principal demandante de este sector- fue uno de los rubros que terminó mejor parado y se estima que para 2021 pueda recuperar los niveles de actividad de 2019. La mejora de esa industria puede ser un motor para la demanda de la minería no metalífera y de rocas”, opinó Carlocchia.
NÚMEROS
La minería no metalífera y de rocas de aplicación abarca la producción de una gran variedad de minerales, entre los que se destacan áridos, arenas, arcillas, bentonita, calcitas, boratos, caliza, canto rodado, triturados pétreos, sales, tosca y yeso. Buenos Aires y Córdoba son las principales provincias productoras y se destaca también el peso económico del sector en las provincias de San Juan, Salta, Río Negro y Entre Ríos, entre otras.
Según informa la CAEM, ambos segmentos aportan casi u$s 830 millones de valor agregado anual a la economía argentina (0,3% del total), un nivel de importancia similar a la de sectores como la industria maderera o textil. Si bien este es un sector que se orienta casi en su totalidad al mercado interno, sus exportaciones generaron u$s 122 millones en 2020 (60% de los cuales provinieron de la venta de cal, boratos y cemento), 3,9% de las exportaciones mineras totales.
En particular, Argentina tiene una amplia diversidad de minerales no metalíferos a lo largo de toda su geografía, disponibles para su exploración y explotación. Su producción ronda los 13 millones de toneladas (promedio 2010-2019), que sirven de insumo en las cadenas de valor de diversas industrias (construcción, siderurgia, papel agro, fundición, plásticos, químicos, etc).
En cuanto a las rocas de aplicación propiamente, Buenos Aires concentra el 35,63% de la producción y Córdoba 34,8%, superando el 70% entre ambas. Le siguen –aunque lejos- Entre Ríos con 9,3%, San Juan con 5,3% y Neuquén con 2,7%.
De acuerdo a los datos provistos por la Secretaría de Minería de la Nación, la producción total de rocas y minerales industriales actualmente está presente en 23 provincias y CABA (Buenos Aires 28,3% y Córdoba 17,3%). Solo entre estas dos últimas se concentra cerca del 45% del valor de producción.
El sector cuenta con 607 empresas y 13.009 trabajadores directos (registrados durante el segundo y tercer trimestre de 2020). En cuanto al potencial geológico, desde este organismo sostienen que “la oferta es amplia y variada en todo el país”, incluyendo:
- Cal: 310.000 tn/año
- Boratos: 110.000 tn/año
- Calizas: 71.000 tn/año
- Yeso: 54.000 tn/año
- Bentonita: 51.000 tn/año.