En el salón de exposición de MaquinAr, sobre la ruta Panamericana se expone un modelo muy particular de minicargadora Komatsu, bajo la nomenclatura SD10C-5.
“Es una cargadora frontal compacta sobre ruedas que clasifica en la categoría de una tonelada, ideal para corralones y lugares de aplicación estrechos”, explicó Fabián Ratti, el Coordinador de la casa central de MaquinAr ubicada en Don Torcuato Este, al norte del Gran Buenos Aires.
Detalles
El modelo de la cargadora frontal SD10 -número que hace relación a la capacidad que tiene esta máquina para mover 10 mil kilos- fue desarrollado por Komatsu en los años 70 sobre la plataforma de un autoelevador de color amarillo. Actualizado en los años 90, a la nomenclatura se agregó el código C-3. En tanto que tras su último rediseño, que incluyó una nueva combinación de colores, el modelo más nuevo se distingue como C-5. No obstante, su apariencia exterior conserva las líneas rectas originales, dándole un aspecto rústico y acentuando su robustez. Igualmente, su operación sigue siendo fácil. También sigue proponiendo una mecánica sencilla y mantenimiento simple, pues aun presenta por ejemplo las mangueras que llevan el aceite a la cinemática del balde por fuera de los brazos elevadores.
El modelo SD10 de Komatsu que está sobre la Panamericana fue producido en el año 2017. Tiene un motor diésel con unas 700 horas de uso. Y un balde de un metro cúbico.
Para su puesta en movimiento, como un autoelevador, con un volante la dirección opera sobre el eje trasero, permitiendo giros de 360 grados en el lugar; mientras que las palancas al alcance de la mano derecha, operan el brazo y la cuchara respectivamente. El accionamiento de los brazos con cilindros hidráulicos elevadores está de acuerdo al típico paralelismo de la industria, que en este caso alcanza la altura suficiente como para facilitar la carga de un camión.
Montada sobre un chasis monobloque, vale destacar que la cabina de esta minicargadora presenta pilares y techo reforzado anticaídas, mientras que bajo el asiento está el capó que esconde un impulsor Komatsu y los demás componentes, “todo al alcance de la mano”, concluye Ratti.
Si bien este equipo se entrega ya revisado y con la puesta a punto hecha en los talleres de MaquinAr, cabe recordar que las tareas de mantenimiento de rutina y más comunes en este tipo de máquina entre otras son:
– Control de niveles de aceite hidráulico y eventual relleno.
– Comprobación del estado de baterías, bornes y puentes de conexión.
– Control de niveles de agua en baterías y eventual relleno.
– Engrase y lubricación general de elementos móviles; rodamientos, cadenas de transmisión, piñones, etc.
– Comprobación del estado de los brazos y demás elementos de elevación.
– Comprobar funcionalidad del grupo hidráulico y eventual reparación de fugas de aceite hidráulico por circuito, retenes, cilindros hidráulicos y válvulas del sistema de elevación y de la servodirección.
– Comprobación de las luces del vehículo.
– Comprobación de los elementos de seguridad como cinturón y alarma marcha atrás.