El titular de la Unión Empleados de la Construcción y Afines de la República Argentina (UECARA) ─gremio que representa a capataces, técnicos, administrativos y maestranza─ tiene renovadas expectativas que en 2022 la actividad se consolide a partir de la obra pública y, también, el arranque de la obra privada.
Los empleados administrativos, capataces, técnicos y personal de maestranza son una parte tan relevante en la industria de la construcción como los obreros u operarios, pero tienen mucho menos visibilidad para quienes no están tan familiarizados con la actividad. En la práctica, son los “hermanos menores” del sector; aunque se sabe que, para que un engranaje funcione, todos los eslabones de la cadena deben estar bien colocados en su sitio, encontrarse aceitados y funcionar en perfectas condiciones. Así, la mirada de este segmento sobre la actualidad y las expectativas para este año es esencial para comprender los ejes de una agenda sectorial que se plantea muy desafiante.
A la hora de evaluar la actualidad de la actividad en la construcción, Juan Carlos Sacadura dice que “es difícil, aunque los números indican que hay un crecimiento respecto a los índices anteriores a la pandemia, lo que significaría que el año 2022 va a ser el inicio de la recuperación económica que necesita el país”.
El Gobierno define a la construcción como uno de los motores de la actividad económica y, de hecho, desde hace más de 15 meses viene creciendo en forma interanual. ¿UECARA no lo observa de esa manera?
Desde nuestro sector se ve que sí hay una reactivación y una inversión en la obra pública, que va a ser un motor fundamental para que este crecimiento se pueda hacer efectivo, pero la situación general está complicada.
¿El punto es que la obra privada todavía no arrancó?
Sí, no hay que dejar de lado la incidencia de la obra privada. Lo que ocurre es que la obra pública tracciona mucho más que la privada. El impacto es más que nada para UECARA, porque dependemos de la cantidad de obreros que tenga la UOCRA en actividad para ver cómo eso repercute en cantidad de capataces, administrativos y personal de maestranza. En una obra privada, en la que tal vez hay 20 operarios compañeros de UOCRA, puede llegar a haber solo un capataz. En la obra pública, en cambio, es donde se aglomeran mucho más trabajadores, y por eso ahí tenemos muchos más técnicos y capataces.
¿A cuánta gente representa hoy UECARA?
Contamos con un padrón cercano a los 16.000 afiliados –entre 14.000 y 16.000 afiliados, aclara–, muy inferior a la UOCRA. Hay que tener en cuenta que cada 20 o más compañeros de la UOCRA hay un administrativo o afiliado nuestro. En una empresa constructora, tal vez hay dos administrativos para llevar adelante una obra con 50 trabajadores de la UOCRA.
¿Cómo viene la recuperación de puestos de trabajo? ¿Es tal como dice el Gobierno?
Desde el sector sindical se puede esperar que, durante el primer trimestre de este año, la construcción recupere el nivel de empleo que tenía hasta marzo de 2020, en que se adoptaron las medidas de ASPO/DISPO por la pandemia de COVID-19.
¿Cuánto le falta a la UECARA para llegar al nivel máximo histórico de afiliados?
Esta es una gestión nueva, UECARA tuvo elecciones el año pasado, pero por el padrón y por nuestros índices estamos un 20% del padrón general que tendríamos que abarcar con nuestros afiliados. También, internamente, nos queda un trabajo muy grande de salir, visitar a los trabajadores, a las bases, a las empresas; porque, no exagero, estamos en un 20% del padrón que nos correspondería tener. Deberíamos contar con 70.000 trabajadores afiliados y convencionados en esta institución.
El punto es que los puestos de trabajo existen, los trabajadores están en el mercado, pero no se encuentran afiliados a UECARA.
Son trabajadores que existen, más allá de las obras nuevas que estamos defendiendo para la incorporación de nuevos trabajadores, pero, al margen de que con la reactivación de las obras incrementarían nuestro padrón, ya con lo que está hoy nos encontramos muy por debajo de lo que deberíamos tener.
La pregunta apuntaba a los empleos que se perdieron y hay que recuperar, como sostiene el Gobierno.
Si esto se reactiva, como tenemos esperanza que suceda, creo que tendremos muchísimos más trabajadores convencionados con nosotros.
¿Cuántos más?
Unos 40.000 o, tal vez, un poco más. Las grandes obras que el Gobierno impulsa no son de un año, esa cantidad de trabajadores sería en lo que significaría el tiempo de estas obras. Si se diera el escenario en la construcción que plantea el Gobierno se podrían crear unos 40.000 puestos de trabajo solo en nuestro sector, además de lo que supone los operarios y obreros de la construcción representados por la UOCRA.
¿Hay expectativas de que este año la obra privada ya empiece a moverse a mayor ritmo? ¿De qué depende eso?
Tenemos mucha fe que este Gobierno, en este período, va a lograr una reactivación, tanto en la obra pública como privada. Tenemos confianza y creemos que esto será así.
¿Hay algo que surja de las conversaciones con el Gobierno o en las mesas sectoriales que los mueva a tener este entusiasmo?
Como es de público conocimiento con los anuncios que hizo el presidente el pasado 1.° de marzo, ante la Asamblea Legislativa, el Gobierno está impulsando una cantidad de obras muy importantes porque son proyectos que venían retrasados a raíz de la pandemia. Creemos que, ahora, con los anuncios y esta recuperación, se va a poder lograr un motor y una reactivación que es muy importante para todos. Sabemos que esto fue hablado hace unos días y prácticamente está confirmado.
¿Qué es lo que se habló?
Todo lo que es la obra pública, como la nueva central nuclear en Zárate (Atucha III), la inversión en San juan (obras en la ruta 40 sur que une San Juan con Mendoza), el puente Chaco-Corrientes, Vaca Muerta también son muy importantes, y una cantidad grande de proyectos en marcha. (N. de la R.: otras obras de envergadura son obras viales en todo el país y mejoras en ocho aeropuertos, etc.).
No hay que olvidar las represas en Santa Cruz …
Las represas ya están las dos, prácticamente se encuentran acordadas; pero, sinceramente, y con la mano en el corazón, hasta que no arranquen no hay nada seguro. Aunque está todo hablado y casi cerrado. Sobre las represas del sur, el mes pasado ya estaba todo: la gente, citada; contratados los servicios de micros, pero bueno… Esperemos que arranque, no quiero ser negativo en esto, soy completamente positivo, creo que va a arrancar y empujamos todos para que esto sea así.
¿Cuánto pueden significar estos 5 o 6 grandes proyectos en términos de empleo en el segmento de la actividad que representa UECARA?
Cada proyecto tiene una cantidad de gente en el pico de unos 4000 trabajadores. En el caso nuestro serían algo más de 200. Solo para tener una idea, por ejemplo, teníamos 430 trabajadores en cada una de las represas de Santa Cruz, fíjese lo importante que son las grandes obras a nivel de empleo. Llegamos a tener picos en Atucha de 600 trabajadores solo de UECARA, así que imagine la cantidad de compañeros de UOCRA.
¿Estos proyectos de infraestructura están, de alguna manera, condicionados por una resolución favorable del acuerdo con el FMI?
Los proyectos ya se encuentran definidos y el presupuesto, también; ahora es una cuestión política. Creo que prácticamente está todo cerrado. Habría que ver lo que pasa con esto ahora, es de público conocimiento que se está negociando el acuerdo con el Fondo, pero también que hay decisión política de que arranquen.
PARITARIAS Y ALGO MÁS
UECARA cerró la paritaria 2021 con un último ajuste del 6,2%. Se llegó a un acuerdo interanual –de marzo de 2021 a marzo de 2022– de un incremento del 54%, siendo que la inflación interanual fue del 50,7%. “De esta manera, se alcanza una recomposición por sobre la inflación del 3,3%. Si bien los números no son los deseados, continuamos trabajando para que, en la próxima paritaria, se logre una recomposición salarial justa para los trabajadores del sector”, cuenta Sacadura.
¿Ya están conversando para la paritaria 2022?
Empezamos el diálogo con los compañeros de la Cámara Argentina de la Construcción (Camarco) y la Federación Argentina de Entidades de la Construcción (FAEC) para la nueva paritaria, que viene a partir de abril próximo.
¿Con qué pauta se están manejando? ¿Será con la meta de inflación que plantea el Gobierno del 33% o más arriba?
SÍ, nos manejamos con la inflación, pero no quiero anticiparme; sino, primero, charlarlo.
Está bien, pero la experiencia de los últimos años indica que, tal vez, se establece un número más o menos en línea con la inflación que pretende el Gobierno, pero después se ajusta en el año en función de la inflación real.
Cuando comenzamos a negociar nos vamos manejando según la inflación, si hay que reajustar se reajusta, pero esto es una caja de sorpresas.
¿Cómo es el diálogo con las cámaras empresariales?
Es bueno. El año pasado, lo cerramos con un 54%, un 3,3% más que la inflación. Este año existe un buen diálogo, tanto con la Camarco como con la FAEC, de modo que creo que vamos a llegar a un buen acuerdo.
¿La fecha concreta para cerrar la paritaria es fin de marzo?
Nosotros ya abrimos el espacio para charlar con los miembros paritarios, se está trabajando en eso y tenemos que cerrar en marzo porque, a partir de abril, tendría que comenzar a regir el nuevo acuerdo con el ajuste que se establezca.
CAMBIOS EN LA PANDEMIA
Es sabido que el tema salarial suele dominar la discusión en paritarias, pero más allá de eso, ¿qué otro tema hay en la agenda de UECARA para plantear a la parte empresarial?
Tanto con la Camarco como con la FAEC se está charlando sobre el tema de seguridad e higiene en el trabajo, la situación nos obliga también a tratar la modernización de las tareas laborales y un tema que viene de larga data, que es la precarización laboral. Debemos trabajar denodadamente para que el trabajo no registrado deje de ser un flagelo de la actividad.
¿Qué sería la modernización de las tareas?
Básicamente, es el tema del home office, pero por esta situación de pandemia tuvimos que hacer varias modificaciones en la metodología.
¿Están trabajando con un sistema completamente remoto o mixto?
A raíz de la pandemia, muchas empresas implementaron el home office, les fue cómodo, pero hay que ver que las condiciones no son las mismas estando el trabajador dentro de una empresa que trabajando desde sus hogares.
Claro, además, imagino que no es lo mismo un administrativo haciendo home office que un capataz.
El capataz es inevitable, sí o sí tiene que estar en el campo de batalla, pero en el caso de los administrativos hay más posibilidades de home office. Gran cantidad de nuestros afiliados y a los que representamos son administrativos, y una gran parte de ellos, por comodidad, por acuerdos, llámelo como quiera, siguen trabajando con esa metodología. Por eso, también, hay que velar por que las condiciones de trabajo se cumplan.
¿Esto va a estar volcado en el nuevo acuerdo paritario, va a estar plasmado en el papel?
El tema lo estamos charlando en el marco del convenio de UECARA, son puntos que hay que ir incorporando en el convenio, modificar o reformar.
VIVIENDAS, UNA AGENDA PENDIENTE
Está claro que es optimista sobre el dinamismo de la obra pública, pero ¿por qué no arranca la obra privada? ¿Hay obstáculos a nivel de financiamiento, condiciones de mercado o algún otro factor?
Desde el sector empresario de la construcción no digo que vean trabas, pero sí que están esperando que se libere la parte económica. Y en lo que es obra pública, que esto involucra a muchos sectores también, el punto es la liberación de los fondos desde el Gobierno para que arranquen las obras.
¿La obra pública provincial o en los municipios está más o menos fluida, similar a lo que ocurre a nivel nacional?
En las provincias, en el Interior en general, hay 3 o 4 grandes obras públicas. Como decía antes, el puente Chaco-Corrientes y otras, pero dependen mucho de la obra privada y eso hoy no está avanzando tanto. Se encuentra bastante lento lo que es la obra pública en el Interior, me refiero más que nada a vivienda, el fuerte en las provincias.
Justamente, el Ministerio de Desarrollo Territorial y Hábitat ha puesto bastante plata, especialmente para el programa Casa Propia o el plan Procrear II.
Sí, pero cuando uno está en la calle y visitando las provincias, cuando habla con la gente del Interior, se ve que no es la misma cantidad de viviendas que están entregando a lo que se venía haciendo, y eso se siente allá y en el sector. Donde se hacían 1600 viviendas, se están ejecutando 300 o 400. La construcción está, pero no de la misma forma.
¿Este problema es general en todas las provincias o algunas están con un ritmo mayor de ejecución?
La situación es general, por eso estamos apuntalando, apoyando y haciendo fuerza para que esto se reactive un poco.
O sea que la clave del sector y del empleo este año es que la economía definitivamente empiece a dar buenas señales.
Venimos de dos años duros, así que considero que primero debemos estar en condiciones de llegar a un acuerdo con el Fondo Monetario Internacional para quedarnos todos un poco más tranquilos. Y seguir con la decisión del presidente de arrancar con esto, que se cumpla y de una vez por todas podamos hacer crecer la economía, con un inicio también de la construcción que involucra, asimismo, mucha actividad por detrás.