Por Mónica Arroyo – La provincia de Córdoba apuesta al bioasfalto, un material sustentable y de fácil aplicación que podría transformar el futuro de las obras viales. Actualmente se están realizando estudios para su implementación a gran escala.
En una entrevista exclusiva con El Constructor, Mariano Santillán, Director Provincial de Biocombustibles y Bioenergías, comparte detalles sobre esta innovadora apuesta que están incorporando.
Para empezar, ¿qué es el bioasfalto?
En un principio, lo que denominamos bioasfalto -técnicamente- es una biomezcla, es decir una mezcla de polímeros que, de alguna manera, reemplazan o sustituyen lo que es la formulación del asfalto convencional. Este polímero requiere de una mezcla y una muy baja temperatura para poder ser aplicado; a diferencia de lo que sería el asfalto convencional, que necesita una premezcla y una temperatura muy elevada para ser colocado.
En esa mezcla (la del bioasfalto) se utiliza un porcentaje importante de biodiesel, esta formulación de polímeros que, más el uso de poca energía y el agregado de un biocombustible, lo transforman en un asfalto bajo en huella y una mezcla, obviamente, con bioproductos, en este caso con biodiesel. Por dichas cuestiones recibe su denominación.
¿Por qué dicen que el biodiesel es más amigable con el medio ambiente?
Primero porque para su producción usa menos energía, es decir, menos calor. Por otro lado, por el tipo de producto, este polímero aumenta su volumen al momento en el que uno hace la preparación, reduce casi en un 30% la cantidad de asfalto que requiere, es decir, la cantidad de hidrocarburo derivado del petróleo que utiliza; por lo tanto, su huella de carbono lineal baja en un 30% en la producción cuando está colocado.
Además de esto, hay algunas cuestiones periféricas, como por ejemplo, el asfalto convencional es un producto que se calienta en la aplicación, emitiendo gases a la atmósfera y, por supuesto, agregándole un riesgo adicional al operario que lo coloca. Por lo tanto, por todos estos atributos ambientales, en materia de seguridad, en materia de demanda energética y necesidad de disminuir la huella de carbono, de emisiones relativas, es un producto que es mucho más amigable con el ambiente y obviamente también mucho más fácil de aplicar.
Ustedes están trabajando en conjunto con la Facultad de Ciencias Exactas y con una empresa privada, ¿de qué manera intervienen estas entidades en lo que respecta al bioasfalto?
El producto es importado y tiene la representación de una empresa local llamada FEMA. Es norteamericano y hoy, está presente en la provincia de Córdoba y en el país gracias a ella. Ellos son quienes lo preparan y luego lo terminan colocando.
Por otro lado, lo que nosotros hacemos en conjunto con la Facultad y el Ministerio es un convenio que hemos firmado con la primera hace ya dos meses y en la que ella está trabajando con la medición de este producto para saber cómo funciona una vez instalado, porque básicamente el producto tiene todas esas bondades pero después hay que evaluarlo en materia de resistencia, durabilidad, exposición o comportamiento contra la exposición al calor, agua, circulación vehicular y demás. Es decir, el convenio entre el ministerio y la facultad básicamente es para estudiarlo, para analizarlo, para ver cómo se comporta, para medir su huella de carbono asociada y demás. También con esto vamos a poder prever cuáles es todo el paquete de ventajas que tiene el bioasfalto en relación al asfalto común desde el punto de vista técnico.
¿Ya tienen datos de cómo responde el bioasfalto que ya fue instalado en los caminos?
El diagnóstico lo realiza el Laboratorio de Ingeniería Civil de la Facultad de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales de la Universidad Nacional de Córdoba, por lo que son ellos los que manejan todos los datos y resultados.
Lo que podemos contar es que, en un principio, cuando tomamos este desafío, el producto estaba validado y garantizado por el proveedor para el bacheo, que es el relleno de tramos limitados de rutas y caminos, por lo que es muy importante.
Todo lo que tiene que ver con bacheo de calles tiene un costo muy elevado, es un trabajo muy tedioso que a veces demanda muchísimos equipos, el bioasfalto resuelve este tema, pero por otro lado, no estaba aprobado para grandes extensiones, grandes circulaciones y demás. Es por esto que hicimos varios ensayos, entre ellos ya estamos probando en distintas superficies y en distintos ambientes, vamos a distintos municipios, vamos a un ambiente serrano, caluroso, seco y también vamos a un ambiente del sur de Córdoba, más húmedo.
Hicimos una extensión de un kilómetro en una ruta en Mendiolaza en el departamento de Colón, y la verdad es que, hasta ahora, con la poca experiencia que tenemos y con todos estos ensayos, que tienen dos meses hasta ahora, el producto viene comportándose de manera regular y debería ser de la misma manera que un asfalto convencional.
A todo esto lo necesitamos validar y certificar, para lo que hace falta, no solamente ensayo de laboratorio y demás conocimiento profesional, sino también tiempo, porque básicamente hay que ver cuál es la acción del tiempo en este producto.
¿Qué es lo que se necesita para la homologación del producto?
En realidad no existe a nivel nacional una homologación así como así, lo que estuvimos haciendo es probarlo y medirlo, lo cual ya hicimos y comprobamos que funciona. Lo vamos a usar en Córdoba y a proponerlo y promoverlo para que los municipios que puedan y que necesiten lo puedan utilizar, porque en realidad, hoy colocar asfalto demanda la colocación de una cantidad de equipos y la necesidad obligatoria de garantizar una cantidad de metros para que sea económicamente rentable hacer la obra.
En cambio, el bioasfalto se puede comprar a granel, como si fuera hormigón prearmado o asfalto rápido. Ese tipo de producto puede resolver tanto las demandas y las necesidades de la provincia como de los municipios; así que, como no hay una normativa al respecto, lo que hay es iniciativas de uso de los privados y de los estados a nivel mundial, nosotros vamos a realizar la misma práctica. Con los ensayos que ya tiene este producto, los validamos aquí en la provincia y si están bien, lo vamos a utilizar. Vamos a destinarlo para lo que la facultad nos recomiende que puede ser usado.
¿Tienen pensado emplearlo en grandes obras?
Sí, lo que básicamente estamos esperando es ver cómo dan los resultados. En un principio, como para que tengan una idea, un dato muy general -pero cierto-, es que los cascos urbanos tienen una demanda muy importante de lo que se llama asfalto para bacheo, que es el que se usa para reparar asfaltos rotos, asfaltos deteriorados y demás. Esto es una gran demanda, no puedo estimar en cuanto a porcentaje, pero sí es muy alta en cuanto a la necesidad de producto.
Esto en Córdoba Capital quizás es más sencillo de resolver porque la provincia tiene a su alrededor lo que se llaman plantas asfalteras, pero no es tan sencillo resolverlo, por ejemplo, en el noroeste de la provincia o en aquellas localidades donde no hay una densidad poblacional alta y, por lo tanto, no hay un equipo de asfalto. Entonces, efectivamente, en un principio está garantizado que vamos a darle un uso importante para lo que tiene que ver con bacheo, vuelvo a repetir, en la medida que los ensayos y los estudios den bien.
Esta prueba que estamos haciendo en extensiones más grandes y con alta demanda nos va a permitir analizar si esta opción es la adecuada, porque esto nos posibilita reemplazar asfalto caliente para realizar obras de gran envergadura, como son las obras que lleva adelante la Dirección Provincial de Vialidad o Caminos de las Sierras.
¿Su uso y aplicación es más complejo que el asfalto tradicional? ¿Se necesita alguna maquinaria especial?
No, todo lo contrario, en realidad, como el producto se prepara y se premezcla, se puede trasladar y se lo puede guardar días o meses. Esto implica que se puede preparar en Córdoba Capital y transportar en camiones sin ningún problema a la localidad o departamento que sea necesario.
Se puede colocar, se puede guardar y se puede acopiar en bolsones, en big bag, o se puede acopiar a granel en una playa como si fuera arena. Colocarlo, básicamente, es lo mismo que colocar un asfalto convencional, es decir, depende la superficie que uno vaya a utilizar. Por ejemplo, para un bacheo no es necesario más que dos operarios y un pisón, algo para nivelar. En el caso de que uno tenga que hacer una ruta o una calle y que esa aplicación se valide, sí es necesario tener maquinaria para poder hacer toda la nivelación de ese tendido de asfalto que uno hace. Pero, básicamente, es mucho más fácil porque no necesita calor, no necesita la famosa máquina terminadora, que es la que coloca el asfalto; la máquina lo calienta, lo va tirando, y a medida que lo va tirando lo va nivelando. Todo eso con el bioasfalto no es necesario, es una colocación mucho más sencilla y, obviamente, una colocación en frío, lo que minimiza y reduce muchísimo los riesgos. Es decir, uno puede caminar por arriba del asfalto inmediatamente después de que lo termina de tirar. De hecho, la prueba que realizamos en la localidad de Mendiolaza fue así, terminamos de tirar el asfalto en frío y empezó a circular el tráfico. Y aquí esto es una evolución tecnológica.
En el otro escenario, con el asfalto en caliente hay que esperar a que se enfríe, hay que ver cómo tomó. Cuando tiramos el producto en caliente y se enfría suceden cosas, se empiezan a producir algunas cuestiones que uno tiene que estar atento y mirar qué pasa. Cuando uno hace todo en frío, lo ve en el momento. Si te queda una grieta, se ve. Entonces, esto hace que sea, obviamente, mucho más práctico y más fácil.
¿Ya comenzaron a planificar proyectos en otras rutas o caminos?
Ya tenemos cuatro proyectos de bacheo cerrados y una obra más, un kilómetro más que lo vamos a realizar con la gente de Vialidad, acá en la circunvalación de Ostracano, que es la circunvalación de Córdoba Capital y cuatro localidades, Altagracia, Jesús María, Malvinas Argentinas y Colonia Caroya para hacer lo que sería un bacheo de tres cuadras, son de tres a cuatro cuadras en cada lugar, en cada uno de los lugares que nombré. Y estamos evaluando un quinto lugar en Villa Dolores que nos daría, quizás, un escenario distinto, con menos humedad y nos permite ver también el comportamiento del producto en ese lugar.
¿Ya se usa el bioasfalto en otras provincias o Córdoba es la primera?
Nuestra provincia es la primera que lo usó. Córdoba lidera hoy el uso del bioasfalto porque la única empresa que comercializa este producto en la Argentina es la empresa constructora Afema que es cordobesa, con lo cual la provincia lo viene usando desde hace un año y medio o dos. Ya lo están adquiriendo algunas ciudades como Río Cuarto, Villa María, San Francisco y están empezando a comercializar en alguna otra provincia, esto sucedió a partir de este año con Catamarca, Santiago del Estero y algo en Tierra del Fuego.
Básicamente ha arrancado este proceso, somos quienes están probando y tratando de darle un uso intensivo por varias razones a este producto. Primero, porque obviamente tiene una menor huella de carbono y que es de los comprendidos dentro del segmento de los materiales sostenibles. Es un desafío que tiene la provincia en cuanto a reducir su huella todo lo posible; pero además porque promueve el uso de biodiesel, que es una nueva fuente de demanda para biocombustibles. La provincia, la política de fomento de la producción y el uso de biocombustibles es una política que ha estado desde hace cinco años y es importante para nosotros poder generar un nuevo canal de demanda de biocombustibles.
¿En otros países ya se usa el bioasfalto?
Sí, de hecho, tiene muy buen antecedente en países de fríos extremos, en donde se hace más complejo porque los productos de asfalto en caliente, en dichos sitios se enfrían más rápido, con lo cual tiende a congelarse o enfriarse y ya no se puede colocar. Este producto ya se está comercializando en países del norte de Europa, Dinamarca, Suecia, Noruega, Alemania, en el norte de Estados Unidos fundamentalmente, que es de donde es natural este producto.
¿El bioasfalto es más económico, más duradero?
Es muy difícil responder esa pregunta porque depende de varias cuestiones. Si compramos asfalto, la relación de una tonelada de bioasfalto contra una tonelada del convencional, por ejemplo, en Córdoba capital, donde tenés plantas de producción de asfalto, es un 30% más caro colocar en la relación. Hay que tener en cuenta equipamiento, la calificación de la mano de obra y un montón de cuestiones, más allá del riesgo, más allá de las temperaturas, más allá de todo lo que te conté de consumo de energía y demás. Pero en un principio, si uno analiza fríamente un material contra el otro, en Córdoba capital es un 30% más caro; pero si uno ya pasa los 100 kilómetros lejos de las zonas céntricas, es un 50 o un 100% más barato. ¿Por qué? Porque en realidad para poder llegar con un asfalto en caliente, hay que contemplar instalar una planta, y ya no es tan sencillo instalar una planta de asfalto. Por ejemplo, en Colonia Caroya o La Siguera, no es tan sencillo irse lejos del casco urbano de Córdoba capital como San Francisco o Río Cuarto, para colocar asfalto. Son obras que realmente demandan muchísimo costo, tienen muchísimo desperdicio. Esto no tiene desperdicio. Es muy difícil la comparación punto a punto porque el bioasfalto tiene otra aplicación y en un principio, si uno lo usa eficientemente, es más barato; pero si uno lo compara uno a uno, es más cara la tonelada.
¿Esto se está realizando con fondos solamente provinciales? ¿Tienen alguna ayuda internacional o del gobierno nacional?
No, el Estado provincial lo está midiendo, fiscalizando y validando toda la información técnica y de análisis que trae el producto a nivel internacional. Nosotros confiamos en todo el mundo, pero lo queremos medir y verlo nosotros. Eso lo financia 100 por ciento el gobierno de la provincia, es una iniciativa que el gobernador Martín Llaryora y el ministro Fabián López han tomado como una decisión estratégica para poder optimizar los recursos y mejorar la calidad y la tecnología de los materiales que se utilizan.
Esto es 100 por ciento propio. Ahora sí, el aporte del material, la predisposición, el equipo técnico y las empresas, además de la Cámara de la Construcción de Córdoba (CAMARCO) y Afema, particularmente, que es la empresa que tiene el producto, y está a total disposición sin generar ningún costo hacia el proyecto, simplemente con la voluntad de estudiar este tipo de productos, poder validarlos y usarlos.
¿Por ahora en un solo municipio de Córdoba se asfaltó con este producto?
No, la ciudad de Córdoba en este último año y medio usó casi dos mil quinientas toneladas de bioasfalto en toda su extensión. La prueba que nosotros iniciamos hace dos meses contempla una colocación en la localidad de Mendiolaza, que ya fue hace unos días y tenemos entre 4 y 5 lugares donde se van a colocar próximamente. Pero esa es la prueba, la prueba específica que estamos haciendo en la provincia. El producto se está usando desde hace dos años y ya lleva colocado más de 3.200 o 3.300 toneladas en la provincia de Córdoba.
En Mendiolaza se colocó un tramo de un kilómetro, mil metros, que no es menor. O sea, un tramo de mil metros con un producto que no está aprobado para esta resistencia y que venga aguantando y que se comporte de la misma manera que el asfalto tradicional es una gran medición que nos permite ver semana a semana cómo viene eso. Lo que hicimos es una ruta, no es camino, o sea que tiene altísimo tránsito. Es una ruta interna, de acceso a la localidad de Mendiolaza, que es parte del área metropolitana de la ciudad de Curut.
¿En cuánto tiempo proyectan que se va a empezar a usar de manera más regular y reemplazando los asfaltos?
Nosotros queremos este año tener todos los los informes respaldatorios para que el año que viene, entre enero y febrero, la Dirección Provincial de Vialidad, Caminos de las Sierras, la Secretaría de Arquitectura y todas aquellas áreas que demanden asfalto puedan comprarlo con un respaldo técnico y utilizarlo para obras que estén respaldadas y validadas por este estudio que estamos haciendo. Así que esperamos que para principios del año que viene a más tardar, podamos comenzar ya a licitar las compras de estos equipos contra estos respaldos. De todos modos, ya hay comercialización, ya se está comprando.
¿Toda la maquinaria y el mismo bioasfalto lo tienen que traer desde afuera?
Te doy una explicación sencilla: es como si fuera la fabricación de la Coca-Cola. Se trae la base, como si fuera el jarabe, en este caso es el polímero, por aparte la mezcla, la producción del volumen, los materiales y demás para darle volumen a todo eso, es lo que se prepara acá en plantas asfalteras locales de Córdoba.
Las máquinas que se usan para colocarlo son las mismas que se usan para el asfalto convencional?
Hay algunas modificaciones, pero en términos generales es el mismo proceso con muchísimo menos temperatura. Para tener una idea, uno lleva unos permanentes 90 o 100 grados y otro se hace a 40, 50 y 60; depende del momento del proceso, pero se realiza a mucho menos temperatura, se gasta muchísimo menos energía para generarlo y, a diferencia de los asfaltos que generalmente se preparan y se mezclan con combustibles líquidos más pesados como kerosene, fueloil y demás, esto se prepara con biodiesel. También tiene este componente que es un producto sostenible, renovable y no hay tanta espera para el uso, sino que una vez que lo ponen en la ruta, en el camino, ya se puede empezar a usar. También para prepararlo: se prepara, se usa y se carga arriba un camión en el formato que quieras bolsitas de 20 kilos o de 50 kilos para una bolsa de material; o a granel en un camión se tira en el playón y se empieza a colocar, es muy sencillo.
¿Estos proyectos ingresan dentro del presupuesto 2025 de la provincia?
Sí, totalmente. Es inviable que podamos comprar si no está dentro del presupuesto y obviamente lo intentamos. Por eso queremos validarlo y que sustituya el asfalto. Básicamente lo que haríamos es un modelo de transición de producto, como hacemos en Córdoba, en vez de usar gasoil, usar una mezcla propia que se llama B20, que es 20 por ciento de biodiesel, 80 por ciento de gasoil. Bueno, este es un asfalto que reduce el 30 por ciento. Lo llamamos bioasfalto 30, este va a reemplazar de alguna manera el asfalto convencional, básicamente esa es la intención. Por supuesto tiene que estar en presupuesto.