La provincia posee una posición geográfica estratégica, con abundantes recursos naturales, bellos paisajes y atractivos turísticos. Es el escenario donde se desarrollan numerosos servicios y actividades industriales.
Tierra del Fuego es la segunda provincia productora de gas del país, detrás de Neuquén, con más de 12.000.000 m3/d y se posiciona como la principal zona de explotación offshore de Argentina. Los yacimientos están ubicados en la Cuenca Austral, que alberga más del 30% de las reservas de gas del país.
“Se va notando un aumento de la producción y, aunque no estamos en los niveles del periodo 2016-2018, comenzamos a tener una reactivación”, afirma el secretario de Estado de Hidrocarburos de la provincia, Alejandro Aguirre.
¿Qué evaluación hace de la actividad hidrocarburífera en Tierra del Fuego en 2022?
Tenemos una historia que data de 1949, con el descubrimiento de hidrocarburos. A partir de allí, nos fuimos posicionando y hoy somos, principalmente, productores de gas. La actividad nos lleva a dividir a la Argentina en lo que es convencional y no convencional. Respecto del primero, por ejemplo, en Vaca Muerta hay un gran desembolso de dólares en capital intensivo, ya que si no se invierte de forma continua afecta a la producción directamente porque tienen vida más corta los pozos. Después de lo que queda de convencional, tanto en golfo de San Jorge y Austral y otras zonas, nosotros nos incluiríamos allí, ya que no tenemos explotación no convencional, principalmente el gas. Hoy, un 18% de la producción del país proviene de Tierra del Fuego, tanto lo que es onshore (tierra adentro) como offshore (en el mar), que consiste en las tareas de búsqueda y producción de gas y petróleo en áreas oceánicas. Y en cuanto a petróleo, no alcanzamos al 1%, si bien es menor ese porcentaje, la mitad de esa producción abastece al mercado interno y la otra se exporta por el perfil del petróleo. Al igual que en todo el mundo, la pandemia detuvo nuestra actividad, no teníamos perforaciones desde 2017. Pudimos comenzar la primera campaña luego de cinco años, a principios de 2022, después de la reactivación, y estamos trabajando para una campaña que será durante todo 2023, con una importante cantidad de pozos, siempre con la dificultad que tiene Argentina, que cuenta con alrededor de 57 equipos de perforación, la gran mayoría se concentra en Vaca Muerta, y hay muy pocos en otros lugares. Estamos tratando de encontrar esa ventana para tener un equipo de perforación e implica una dificultad, ya que no poseemos la densidad de pozos que tienen otras cuencas por esta característica que es convencional. Estamos a la expectativa de que las inversiones se den en un corto plazo. Ahora, avanzamos con la etapa constructiva como la de los caminos, en donde participan distintas pymes de construcción para poder hacer la infraestructura necesaria.
¿Qué inversiones se están haciendo?
Son objeto de concesiones privadas. Desde la provincia y Nación motorizamos esas inversiones en distintas direcciones. Pero hay una realidad: dentro del ámbito de jurisdicción de la provincia hubo una pequeña reactivación en la perforación. También la construcción de un oleoducto importante en Tierra del Fuego, teniendo en cuenta que cuando hablamos de petróleo no tenemos la concentración de la actividad petrolera. Contamos con dos ambientes bien diferenciados, divididos por la cordillera de los Andes, con un perfil turístico montañoso y con bosques, y para el Norte, la estepa patagónica, que concentra la actividad petrolera y en la zona norte de la provincia está Río Grande, donde todavía no hay un puerto. Todo lo que es la evacuación de crudo aún se hace a través de dos monoboyas, una de Total Energy SA y otra de YPF SA. Son estaciones marítimas, flotantes, encadenadas al fondo marino y, a partir de allí, se abastecen los barcos y son terminales marítimas. Por el efecto de la pandemia, una de esas monoboyas de las dos que teníamos, la de YPF, quedó desafectada por inconvenientes técnicos. Se comenzó a construir un oleoducto desde las principales instalaciones hacía la única instalación marítima que es la de Total. Se hizo una inversión en 2022, por parte de dichas empresas y también la compañía Roch, que rondó los USD 9 millones en la construcción del oleoducto.
¿Se realizaron perforaciones importantes el año pasado?
Sí, se produjo la perforación de dos pozos, con una inversión cercana a los USD 8 millones. Uno, de característica vertical, para mejorar la producción del Yacimiento San Martín, el principal descubrimiento histórico que tuvo la empresa Roch y que comenzó a producir en forma comercial; y otro pozo horizontal que utiliza la tecnología que se usa en Vaca Muerta, así que fue una inversión importante. Otro hito histórico que tuvimos fue la exploración en un área que no había sido explorada, por parte de YPF, y que rondó los USD 5 millones, solamente en exploración sísmica, de una inversión comprometida cercana a los USD 12 millones que se van a completar este 2023.
¿Se nota un real interés por parte de las empresas de seguir explorando e invirtiendo en la zona?
Totalmente. Está YPF, que, de a poco, va reactivando sus inversiones, y Roch, que es la empresa que, si bien está compuesta por una UTE, es 100% argentina. Hace años viene peleándola en Tierra del Fuego. Hace poco, a partir de gestiones realizadas por la provincia junto con el Estado nacional, pudimos incorporar proyectos hidrocarburíferos al Área de Promoción Económica, y logramos las condiciones para que el Consorcio CMA-1, una sociedad conformada por Pan American Energy LLC (25%), Total Austral SA (37,5%) y Wintershall Dea Argentina SA (37,5%), anuncie el lanzamiento de una importante inversión por el petróleo convencional en Argentina que es a partir de USD 700 millones para el yacimiento denominado “Fénix”, a unos 80 km de Tierra del Fuego, que es 100% offshore e incluye la construcción de una plataforma y la perforación de tres pozos, con una inversión de casi USD 90 millones, más de tres veces el costo de hacer una perforación onshore en Vaca Muerta.
¿Cuáles son las tareas que están realizando en el área CA-12?
Tenemos un permiso exploratorio otorgado por la provincia en 2019 que entró en stand by durante la pandemia y se comenzó a reactivar en 2022. Las tareas consisten en tomar muestras de suelo en sitios puntuales a fin de llevarlas a un laboratorio especializado para determinar la presencia de hidrocarburos en superficie y delimitar las zonas prospectivas. De esta manera, YPF podrá disminuir la incertidumbre asociada a los prospectos exploratorios. Estos trabajos forman parte de las unidades comprometidas en el permiso de exploración del área denominada CA-12, otorgado por la provincia. Terminados estos trabajos de campo y los resultados que arrojen los análisis de laboratorio, se comenzará con la prospección sísmica, lo que hace muchos años no se realiza en la provincia. Todos estos estudios son parte del compromiso de inversión de casi USD 11 millones en exploración en la CA-12 que permitirán brindar datos del potencial hidrocarburífero de la zona, como así puedan proponerse, en la siguiente etapa, la perforación de pozos exploratorios. Este trabajo que viene realizando la Secretaría de Hidrocarburos permitió que la reactivación del sector, tanto en exploración como en explotación, sea una realidad.
¿Podemos decir que el sector hidrocarburífero ya está recuperado?
Tenemos más de 40 vehículos operando en campo, cerca de 200 personas trabajando, lo que genera reactivación. Las obras que realizamos también ayudan a reactivar el sector y todo ello va contagiando en el tramado pymes de Tierra del Fuego. Esto traerá aparejado que se vayan produciendo obras de construcción de caminos, locaciones y de infraestructura, como el oleoducto que mencionamos. Otro hecho importante es que, en poco tiempo, comenzará a construirse un nuevo puerto en Río Grande, una boca importante que también se relaciona con el sector hidrocarburífero. Este aumento de la producción de gas que se generará a partir del Proyecto Fénix también nos genera las expectativas de poder instalar un polo petroquímico, para darle valor agregado al tema del gas, y estamos, como siempre, a la expectativa de la producción en Vaca Muerta y los desarrollos que se dan en la provincia de Santa Cruz, lo que hará que tengamos excedente de gas en la provincia y darle valor agregado. Y eso también provoca mayor demanda de mano de obra. La verdad, tenemos bastantes expectativas, sobre todo con los hechos que se van dando en el tiempo y porque paso a paso se dan cada vez más inversiones en mayor cantidad de obras. Estamos trabajando en poder motorizarlas.