La industria de la construcción refleja el problema de las desigualdades, dado que ha sido una actividad mayoritariamente masculina y aún existen barreras culturales y estructurales que limitan el ingreso de la mujer en el sector.
Según las últimas cifras suministradas por el Instituto de Estadísticas y Registro de la Industria de la Construcción (IERIC), el número de mujeres registradas a la fecha en todo el país representa menos del 1% de la fuerza laboral, y si bien la cifra no decrece, tampoco hubo un aumento significativo. Por supuesto, “no hay que olvidarse del contexto de pandemia, en donde ellas han tenido que dedicarse mayormente a las tareas de cuidado, ya que, en general, permanecen como responsables de estas acciones”, explica Marisa Luero, presidenta de la Comisión de Equidad.
Por otra parte, “el informe del IERIC da cuenta de que Buenos Aires es la provincia que más registros de trabajadoras ha realizado, con un 30,6%; la siguen Neuquén, con el 13,8%; Santa Fe, con el 8%; y, por último, San Luis y La Rioja, ambas con un 0,2%. Si se comparan los trabajadores registrados activos por género, el 0,45% son mujeres y el 99,55%, hombres. Esto demuestra la desigualdad presente en el sector”, detalla Luero.
¿Cuáles son los desafíos que se deben enfrentar para revertir esta situación?
Estamos comprometidos con el cambio profundo y hemos impulsado el reto de derribar el sesgo cultural asociado al género en la industria de la construcción. En este sentido, entendemos que es nuestro compromiso abordar una conducta empresarial responsable, una cultura incluyente que promueva políticas activas de equidad en un ámbito de diálogo y consenso sectorial. Estamos convencidos de que debemos visibilizar la participación de las mujeres en el sector y en los ámbitos de decisión a fin de incrementar la paridad de género. Con el objetivo de desarticular creencias y estereotipos que sostienen jerarquías entre los géneros y que reproducen violencia o desigualdad, a poco tiempo de conformada la comisión impulsamos un ciclo de capacitación y sensibilización en colaboración y coordinación con el Ministerio de Mujeres, Género y Diversidad, en el marco del programa Igualar, y con representantes de la OIT.
¿Cómo intentan lograr esto?
Precisamente, con la idea de acompañar este cambio cultural necesario con acciones concretas es que se decidió, a partir de septiembre de 2020, conformar una Comisión Nacional de Género y Diversidad, hoy denominada Camarco Equidad, como un espacio de reflexión y trabajo conjunto con todos los actores sectoriales para abordar el desarrollo de una agenda institucional de género y diversidad que promueva mayor equidad en las oportunidades laborales en pos del acortamiento de las brechas de género. A partir de ello, hemos celebrado un convenio de cooperación con la UOCRA que articula nuestra labor conjunta en esta temática y hemos diseñado un plan de capacitación y formación en igualdad, diversidad y violencia con motivo de género orientado a los distintos actores y actrices del sector.
¿En qué se hace foco desde la Camarco?
Particularmente, en los mandos medios y máximos decisores de las empresas, mientras que la UOCRA se concentra en la capacitación y formación de mujeres con el fin de su posterior incorporación a las obras. Además, compartiendo la idea de que una estrategia de desarrollo sectorial sostenible con perspectiva de género implica una primera etapa de diagnóstico, hemos trabajado conjuntamente en el evaluación de estadísticas de fuentes secundarias y presentando recientemente la investigación cualicuantitativa que llevó adelante el Grupo Bologna para determinar, por un lado, la situación del empleo y formación de la mujer en nuestra industria; y, por el otro, la participación de las mujeres en las organizaciones gremiales empresarias y en los órganos decisorios.
¿En qué categorías se desempeñan las trabajadoras?
De acuerdo con el informe suministrado por IERIC, el 31% (la mayoría) se encuentra en la categoría albañil; un 22% se dedica a tareas generales; un 8,3%, a limpieza de obra. También hay un 4% de electricistas, un 2,4% de choferes y un 1,3% de aprendices; mientras que el 1% se dedica a la pintura y un 0,5% trabaja en soldadura. Estas son solo algunas de las estadísticas que demuestran la versatilidad y las ganas de trabajar que tienen las mujeres.
¿Qué información hay sobre la franja etaria y el nivel educativo?
El mayor porcentaje, un 36,4%, tiene entre 31 y 40 años. Luego, un 33,8%, entre 22 y 30 años; un 16,6%, 41 a 50 años; un 6,7%, entre 51 y 60 años; un 6,1%, entre 19 y 21 años; y un 0,3%, entre 61 y 70 años. Nuevamente, estas cifras demuestran la necesidad de trabajar, así como el esfuerzo y las ganas de hacerlo. En cuanto al nivel educativo, no existe gran diferencia entre las que tienen el secundario completo y las que no (32,4% y 32,1%, respectivamente). Hay un 1,8% que tiene un terciario completo y un 4,4% que lo tiene incompleto. Un 22, 5% logró terminar el primario y un 7%, no lo ha hecho. Estos porcentajes son otro signo de que las trabajadoras obreras buscan formarse.
¿Cómo es la participación de las mujeres en los puestos directivos de la Camarco?
En todas las delegaciones hay una participación minoritaria de mujeres en estas áreas. Un 7,7% corresponde a mujeres y un 92,3%, a hombres. Es algo que se repite en la mayoría de las cámaras. Según un informe del Ministerio de Producción y Trabajo del año 2018, de un total de 73 analizadas, es en la Cámara Argentina de la Moda donde hay mayor participación femenina, con un 41,7%. Donde menor participación hay es en la Cámara de la Industria Química y Petroquímica, con un 2,9% de representación. Un 27,4% de las cámaras no cuenta con una mujer en el consejo directivo ni en la comisión revisora de cuentas, ni como vocales.
¿Cuáles son los objetivos de la comisión?
El objetivo de la conformación de la comisión ha sido crear un espacio desde donde construir el diálogo y el consenso sectorial para lograr mayor inserción laboral de la mujer y mayores oportunidades laborales para todas las personas. En esa línea procuramos acompañar en este proceso de cambio cultural a las empresas asociadas a nuestra cámara, para que la transversalización del enfoque de género, trabajando de manera articulada con la UOCRA y con el Estado, agregue valor y acompañe en el desarrollo sostenible de nuestras empresas.
¿Cómo abordaron estos objetivos?
Conformamos tres coordinaciones: de Inserción Laboral, desde donde abordamos la relación con los gremios y las empresas; de Género en la Obra Pública y Obra Privada; y de Desarrollo Territorial, que gestiona la conformación de comisiones de género, procurando que cada delegación tenga la suya y se comprometa con la causa.
¿Cómo se está trabajando en la capacitación de las trabajadoras?
En el marco del convenio entre Camarco y la UOCRA se continúa gestionando la realización de cursos de formación y certificación de oficios dirigidos a las trabajadoras. La cuestión de género está en la agenda mundial. Se trata de un cambio de paradigma y el sector de la construcción no puede quedar afuera. Tenemos que estar a las alturas de las circunstancias para ser contemporáneos al cambio y, para eso, debemos preparar al sector para que esta transformación pueda sostenerse a lo largo del tiempo. En muchas regiones del mundo, en comparación con los varones, las mujeres tienen más probabilidades de encontrarse y permanecer en situación de desempleo; tienen menos oportunidades de participar en la fuerza de trabajo y, cuando lo hacen, suelen verse obligadas a aceptar empleos de peor calidad y menor carga horaria. Las disparidades de género en las oportunidades de trabajo se observan y persisten en varias zonas geográficas.