En el marco del Plan Director de Desagües Cloacales para General Roca que coordina el Ministerio de Obras Públicas de la Nación, se ejecuta un desarrollo clave que beneficiará a varios barrios del Alto Valle.
Según informa el sitio del Ministerio de Obras y Servicios Públicos provincial, el principal objetivo del proyecto es acondicionar y ampliar el sistema cloacal que se encuentra muy deteriorado y realizar ampliaciones de los colectores troncales, estaciones elevadoras y la planta de tratamiento. En la licitación, que se llevó a cabo hace unas semanas, la empresa que ofertó fue Ecosur Bahía, con un presupuesto de $2607.037.712,55.
Será ejecutada por el Ente Nacional de Obras Hídricas y Saneamiento (ENOHSA) y financiada con recursos del Banco Interamericano de Desarrollo (BID). En paralelo a este plan nacional, la provincia ejecuta obras complementarias fundamentales para que los trabajos logren su objetivo de manera eficaz y se sostenga en el largo plazo.
“El Plan Director de Desagües Cloacales tiene como objetivo compensar, en casi todas las localidades del Alto Valle de Río Negro, el crecimiento poblacional de los últimos años”, cuenta el ministro de Obras y Servicios Públicos, Carlos Valeri. Y atiende las tres partes de todo un sistema que no solamente es aumentar las redes y conectar más cantidad de familias, sino también agrandar los caños de transporte, las estaciones elevadoras y las lagunas de tratamiento final.
“En el caso de General Roca, como Cipolletti y Viedma, la principal crisis que tenemos es la longevidad de los caños, tienen más de 60 años, entonces llegan al final de su vida útil. Comienzan a romperse, a desmoronarse, y eso provoca desbordes, pozos en las calles por la presión del tránsito. A nosotros, como gestión de gobierno que llevamos diez años, nos ha tocado la rotura de estos caños producto de un hecho técnico. Son de asbesto cemento y hay que cambiarlos”, completa Valeri.
¿A cuántas personas beneficiarán estas obras?
El cálculo que hacemos es de una proyección de 20 años hacia adelante, por lo que esperamos que los habitantes llegarán a ser, en ese lapso, unos 160.000, sobre un inicio de, aproximadamente, entre 90.000 y 110.000. La licitación del Plan Director, que es nacional, va a ampliar en tres barrios la disponibilidad de redes, zonas que se encuentran al sur de la ruta 22, entre la 22 y el río Negro, en el mismo égido de la ciudad de Roca.
¿Qué es lo más complejo que debe realizarse?
Lograr que convivan la obra con la vida en la ciudad: el tránsito, el acceso a las viviendas, porque hay cloacas que se encuentran a mucha profundidad. Entonces, la manera de trabajar allí es hacer el recambio abriendo una trinchera o con tuneleras, pero no siempre se puede realizar de este último modo porque, mientras se trabaja así, la gente no puede circular. Y, bueno, por un tiempo la ciudad va a tener ese paisaje de todo roto y la gente deberá convivir con ese trastorno. Creo que eso será lo más difícil porque, por otro lado, construir una estación elevadora nueva es una obra cerrada en un predio, lo mismo ocurre con cambiar el sistema de las lagunas y ampliarlas porque se encuentran en las afueras de la ciudad y no afectaría al quehacer cotidiano.
¿Cuáles son los inconvenientes más habituales que provoca esta situación?
La rotura de las colectoras. Los líquidos cloacales emanan gases, sulfuros y metanos que, cuando la tecnología de los caños es de asbesto-cemento y no de plástico reforzado, como son ahora, carcomen la capa del “lomo” del caño, la dejan fina. Llega un momento en que la presión de la tierra y el tránsito –porque los caños van en el eje de la calle– se rompen, se desmoronan y frenan el avance de los líquidos, que salen por algún lado. Salen en las cámaras, se forman lagunas, hasta que vamos con la empresa de agua y hacemos un bypass y, luego, hay que dejar varios caños bypass por meses, hasta que se completan las obras.
¿Qué obras complementarias se llevan adelante?
Con la gobernadora armamos un plan para hacer el recambio en 26 sitios distintos de la ciudad –ya habíamos hecho 28 obras antes– que son tramos de 100, 200 o 300 metros de renovación de cañerías. Llevamos adelante nueve obras que se complementan con estos trabajos del Plan Director nacional. Si solamente construyéramos la obra de cloacas, no sería la solución definitiva para recuperar todas las colectoras caídas. Ya estamos en un proceso licitatorio de estas obras complementarias y comenzaríamos los trabajos en agosto.
¿Por qué empezaron por esas nueve?
Porque son las más urgentes y luego seguiremos en etapas hasta completar las veintiséis. Es una inversión de $160 millones para la primera etapa. De todas las redes (gas, agua, electricidad, cloacas), las cloacas son las más onerosas por el tipo de trabajo que hay que hacer.
¿Cuándo se dará inicio al Plan Director y qué plazos se manejan?
Es una obra que administra, paga e inspecciona el Ente Nacional de Obras Hídricas de Saneamiento (ENOHSA). De parte de la provincia, se trata de un proyecto de nuestro Departamento de Agua. Son dos años de ejecución a partir de la firma del contrato e inicio de la obra. El ente tiene sus tiempos burocráticos lógicos, todavía no está la fecha. Esos dos años de trabajo se cumplirán, claro, si se hacen frentes de obra simultáneo, es lo ideal.
¿Qué financiación tienen ambos planes?
El Plan Director está financiado con un préstamo del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y las complementarias provienen de rentas generales de la provincia, fondos propios.
¿Hay otras obras similares en la provincia?
Sí, por ejemplo, en la ciudad de Catriel, es al revés, estamos administrando nosotros el Plan Director de Desagües Cloacales, con dinero del ENOHSA. Llamamos a licitación, adjudicamos e inspeccionamos la obra. Luego, remitimos los certificados al Gobierno nacional y ellos nos pagan. El conflicto que posee Catriel es el poco caudal que tiene el río Colorado, la ciudad padece la escasez cada vez que hay una gran baja; y, por otro lado, cuando hay desbordes grandes, el problema es la turbiedad con la cual llega el agua, que saca de régimen las plantas de potabilización. Entonces, el detalle en Catriel es hacer un gran reservorio, son 9000 o 10.000 metros cúbicos de una laguna donde recogemos el agua cruda, la reservamos y se potabiliza, para que cuando haya bajantes del río no afecte a la población. Esa es la gran clave.
¿Y en el caso de El Bolsón?
Toda la ciudad desagua en el río Quemquemtreu, de ahí, al Lago Puelo, donde se convive con Chubut, con lo cual tenemos un pasivo ambiental; y necesitamos hacer la misma obra de General Roca en cuanto a mejorar el tratamiento de los efluentes cloacales. La tenemos siempre en carpeta a la espera de financiación. El proyecto está presentado, así que esperamos que salga pronto. En El Bolsón, además, se están realizando obras de agua potable; particularmente, es ardua, pero satisfactoria, la construcción de la cisterna y nexo de red de agua potable para los barrios Los Nogales y Los Cipreses, ya entramos en la última etapa. Va a beneficiar a unas 300 familias; en este caso el presupuesto es municipal, de casi $20 millones. Y la ampliación de red de gas en barrio Los Cipreses también está concluyendo, conectará a muchos hogares a este servicio, algo similar pasa con el barrio Luján.
¿Todo es parte de una importante mejora en la provincia en torno a estos temas?
Así es. Por ejemplo, Cipolletti era la última ciudad que volcaba la mitad de sus residuos cloacales crudos al río Neuquén. Lo que hicimos fue ampliar las lagunas, conectamos esa mitad que arrojaba residuos sin tratar y cortamos hace dos meses el vertido. Lo mismo con Choele Choel. El resto de las ciudades que están a la vera del río Negro, o no vuelcan con ese sistema o vuelcan tratado. Es un gran logro.
Por ANALÍA CABALLERO