En 2021, los despachos al mercado interno del conjunto de los principales insumos para obras cayeron (moderadamente) entre enero y abril. En el caso especial del Índice Construya (IC), que mide los envíos al mercado de insumos para obra residencial, y que habían exhibido una recuperación más intensa aún durante 2020, en mayo cumplieron once meses de estancamiento. Pero, además, el número de puestos de trabajo formales en la construcción continuó recuperándose hasta marzo (último dato disponible). Tras el cierre masivo implementado entre mediados de ese mes y finales de abril de 2020, el Indicador Sintético de Actividad de la Construcción (ISAC), que mide los despachos de dieciséis insumos que abarcan todas las tipologías de obras, se recuperó muy rápidamente de la parálisis e, incluso, en la segunda mitad del año se ubicó en los niveles previos a las PASO de 2019, tal como se puede observar en el gráfico Nº 1.
A nuestro juicio, lo que se verificó fue un salto de la demanda de insumos para refacciones y ampliaciones, producto de las nuevas necesidades que planteó el fenómeno pandemia/cuarentena, algo extraordinario y, por lo tanto, difícilmente sostenible. A ello, se sumó un proceso de recomposición de existencias a lo largo de la cadena de valor, para, entre otras cosas, reponer lo vendido durante la cuarentena estricta, proteger el capital de trabajo al adquirir bienes de cambio en un contexto de aceleración de la tasa de inflación, la necesidad de asegurar la disponibilidad de ciertos insumos en un entorno de restricciones que afectaron y continúan afectando la operatoria de las diferentes industrias (acopio), etc.
Por su parte, el IC describió una trayectoria parecida a la del ISAC; inicialmente, se recuperó a una mayor velocidad y se ubicó en un nivel superior (símil primer cuatrimestre de 2018), tal como lo muestra el gráfico Nº 2, pero luego se mantuvo estancado en torno al mismo nivel hasta el presente. En cambio, a partir de 2021, el conjunto de los despachos de insumos retrocedió en forma casi continua. El ISAC registró caídas del 3,8% mensual desestacionalizada en febrero; del 1,5%, en marzo, y del 2,2%, en abril. En consecuencia, entre enero y abril de 2021, este índice acumuló una caída del 7,3% corregida por estacionalidad, explicada por retracciones en los despachos de once de los trece grupos de insumos que integran el indicador oficial.
A medida que las obras de refacción y ampliación van finalizando y perdiendo intensidad, la cadena de valor de la construcción atraviesa un proceso de transición hacia un nuevo nivel de actividad. Este depende del volumen de obra nueva mediana/grande que se vaya poniendo en marcha. En particular, depende de las obras privadas residenciales y para otros destinos, que son, por lejos, las principales tipologías de obra en nuestro país.
En este sentido, las estadísticas oficiales mostraron un crecimiento importante en el primer trimestre del año, no solo con relación a los inicios de 2020, afectados ya por la cuarentena en marzo, sino respecto a iguales períodos de años previos. En enero-marzo de 2021, la superficie autorizada para construir obras privadas (nuevas y ampliaciones) en los 60 municipios que releva habitualmente el INDEC ascendió a 2,25 millones de metros cuadrados, y así se constituyó en el mejor primer trimestre de los últimos seis años.
Ahora bien, para que las intenciones de construir se conviertan en hechos, los inversores y desarrolladores analizan diferentes variables. A modo de ejemplo, potenciales nuevas olas de contagios que se traduzcan en medidas restrictivas para la actividad pueden tener un impacto negativo. En igual sentido, influyen el contexto político y macroeconómico, que hoy genera un horizonte de planeamiento extremadamente corto.
Por su parte, el cepo cambiario es visto como una oportunidad para la actividad de la construcción, en detrimento de la inmobiliaria. Sin embargo, este factor debe ser revisado, porque en los últimos tres años el precio del metro cuadrado terminado en dólares cayó en forma continua (también por varios factores), lo cual establece un techo más bajo que en el pasado para el costo de construcción en dólares compatible con proyectos de obras, a priori, rentables.
Esto es algo que no se había observado durante la vigencia del anterior cepo cambiario. Asimismo, la nueva ley que regula los alquileres de viviendas constituye un factor desalentador. ¿Y el blanqueo recientemente lanzando? En lo inmediato, no parece que vaya a tener un impacto significativo sobre la actividad sectorial.
ISAC desestacionalizado 2019-2021; índ.: 2004 = 100