En un contexto complejo a nivel mundial, la minería no está exenta. En este artículo se presentan algunos desafíos que enfrenta la industria. Adaptaciones, protocolos y medidas aplicadas para atravesar el 2020 y continuar produciendo en medio de la segunda ola de coronavirus.
Desde la aparición de la pandemia, las formas de trabajo y economías se vieron ligeramente modificadas. Las industrias locales y extranjeras tuvieron que acomodarse a una nueva modalidad de trabajo donde el cuidado de la salud del personal y de la comunidad estuviese por encima de la producción.
El coronavirus impactó en la industria minera ralentizando la producción. La reducción de personal para cumplir con los protocolos generó incertidumbre en las compañías y en los trabajadores ante la nueva situación laboral. Algunas empresas tuvieron que optar por pausar y otras por reducir sus operaciones a actividades mínimas. Algunos yacimientos tuvieron que suspender la producción para evitar contagios del personal. “El sector, al igual que otros, tuvo que hacer un esfuerzo para mantener los puestos de trabajo y cuidar la salud de las y los trabajadores” comentó Alberto Carlocchia, Presidente de la Cámara Argentina de Empresarios Mineros(CAEM). A esta situación contractual, también se le sumaron las restricciones cambiarias que impuso el Banco Central en septiembre, lo cual provocó mayores dificultades para que las empresas pudieran conseguir inversores o entidades financieras dispuestas a respaldar la construcción de sus proyectos en el país.
Según las estadísticas otorgadas por la Cámara, en el marco de la crisis causada por la pandemia de coronavirus y por la fuerte retracción de la economía global, en Argentina las empresas de minería metalífera operaron al 60-70% de su capacidad productiva. La minería de tercera categoría, es decir, la actividad de las canteras, ligada a la industria de la construcción nacional y a la obra pública, se vio paralizada casi por completo. Recién a finales de 2020 pudo entrar en un lento proceso de recuperación, trabajando alrededor del 40%.
Carlocchia explica al respecto que “el sector está compuesto en un 93% por pymes, con lo cual dependen de la reactivación de la demanda interna, dadas sus dificultades para sostener sus costos fijos por un largo período de tiempo. Tengamos en cuenta que la pandemia en realidad acentuó la contracción que ya venía experimentando esta categoría.”
El caso de Cantera Azcuénaga es una pyme pequeña ubicada en el partido bonaerense de San Andrés de Giles que emplea a 6 trabajadores de forma directa. Su función es la negociación y venta de materia prima. “Al comienzo de la pandemia, desde el 20 de marzo al 11 de mayo cerramos la cantera; y a partir de esa fecha se comenzó nuevamente la venta de material: tosca y tierra negra, con las medidas sanitarias aconsejadas”, comentó María del Carmen Montserrat Leonor García, una de las productoras mineras de la cantera. Al ser una pyme pequeña cumplir con las medidas protocolares les fue sencillo: uso de barbijo, alcohol en gel, ambientes ventilados y distanciamiento. Su baja cantidad de personal y su forma de trabajo fue motivo clave para la reapertura de la cantera, considerada esencial. Hasta el momento tuvieron un solo caso de coronavirus positivo. Por su parte, desde YMAD manifestaron que la empresa pudo sostener la actividad y continuar apoyando a los proveedores locales en su desarrollo. “La producción no puede estar por encima de las personas y es una política que pregonamos hace tiempo”, atestiguó Fernando Jalil, presidente de la empresa minera, quien también garantizó la disponibilidad de granallas de plata para los artesanos catamarqueños, procedimiento que fue aprobado y se implementará a partir de mayo. Para 2021 YMAD planifica una fuerte inversión cercana a los 5 millones de dólares donde se explorarán áreas que actualmente se están explotando y en nuevas superficies donde existe un gran potencial geológico.
Pero no todas las empresas dedicadas a la minería pudieron salir airosas. Es por eso que desde la CAEM reconocieron la ayuda que el Gobierno otorgó a través del Programa de Asistencia al Trabajo y la Producción (ATP) para que muchos yacimientos pudieran sostenerse y recuperar su producción en un año particular. En el caso de esta cantera la ayuda del gobierno sólo duró dos meses (los mismos que permanecieron cerrados).
Es importante reconocer que en la actualidadel sector minero genera alrededor de 83.000 empleos (directos e indirectos en mina) en el país.“Dentro del empleo directo, el segmento con mayor participación es el correspondiente al conjunto de los minerales no metalíferos y de rocas de aplicación, que concentra el 53% de los puestos de trabajo mineros, la minería metalífera el 39% y por su parte, el segmento de combustibles sólidos explica el 8%”, informó CAEM.
Un factor positivo que tiene la industria es que es generadora neta de divisas. Su balanza comercial es netamente exportadora. Además, otro dato no menor, es que el 80% de las compras de los proyectos mineros se efectúan en el país, mayormente a pymes nacionales reactivando y reforzando la economía local.
La industria minera sigue siendo una de las actividades con mayor nivel de remuneración, ya que sus salarios duplican al promedio de la economía. En los últimos 13 meses –y en contexto de pandemia- los salarios tuvieron un incremento del 45%, siendo uno de los pocos gremios en lograr un acuerdo por encima de la inflación oficial.
A pesar del contexto desfavorable,los proyectos mineros en el país siguen en marcha.“Estos suelen tener una temporalidad extensa y las decisiones de inversión son tomadas en base a una multiplicidad de factores”,expresó Carlocchia.