El gobernador de Río Negro, Alberto Weretilneck, en un contexto de estanflación nacional, la baja del consumo y la caída de recursos dijo que “la minería es la gran oportunidad”. La provincia tiene abundantes y valiosos recursos naturales y puede promover un impulso socioeconómico tan importante como necesario para la región. El Constructor conversó con el secretario de Minería de la provincia, Joaquín Aberastain Oro, quien dio un panorama acerca de la actividad minera y del crecimiento de las obras de infraestructura que genera esta industria.
El Secretario de Minería de la Río Negro, Joaquín Aberastain Oro, considera que “El desarrollo de la minería en Río Negro es un escape para superar la crisis económica del país”, bajo esa premisa y para conocer más, El Constructor dialogó con el funcionario municipal.
¿Cómo podría evaluar la actual situación de la minería en la provincia?
La minería es una industria en la cual hoy se tienen muchísimas expectativas, por un lado, por la misma maduración de ella y de sus prácticas y también por el potencial geológico que nosotros tenemos en Río Negro. La riqueza mineral en nuestra provincia es muy amplia, tanto a lo largo y a lo ancho, y constituye el 70 por ciento de la superficie rionegrina con formaciones geológicas que tienen potencial para ser depósitos mineros. Entonces hay una real y legítima expectativa para el desarrollo de los minerales industriales. La provincia lidera la producción nacional de minerales como la diatomita, caolín, yeso y bentonita. Además, somos los segundos productores a nivel nacional de sal, en Salina del Gualicho y se encuentra la empresa Alcalis de la Patagonia (Alpat) que es la única de carbonato de sodio de Latinoamérica.
Respecto a lo metalífero y energético, poseemos grandes depósitos de uranio. Así vemos que somos la única provincia que tiene la Planta de Enriquecimiento de Uranio destinada a potenciar el combustible nuclear de los reactores de potencia y que se encuentra ubicada en Pichi Leufú Arriba, a 60 kilómetros de Bariloche, el Instituto Balseiro es una entidad académica argentina de nivel universitario que funciona en las instalaciones del Centro Atómico, y muchos otros lugares de estudio científico que nos permiten un desarrollo sostenible y con garantías dentro de la provincia.
¿Hay interés de empresas nacionales e internacionales para explotaciones mineras en Río Negro?
Hay un interés muy grande. Esto está medido a nivel internacional a través de un ranking que tiene dos índices: uno es el potencial geológico minero en el que estamos bien posicionados por nuestra gran potencia minera y el otro es la percepción política. Estas encuestas se las hacen a las empresas y en base a las respuestas uno queda posicionado. Históricamente la provincia de Río Negro no estaba incluida en este ranking, pero en los últimos años se fue incorporando y progresivamente subió de posición. Eso se debe a las políticas que se están planteando desde los últimos cuatro años y la llegada del gobernador Alberto Weretilneck fue una comunicación muy clara de apostar a este tipo de industrias con todo lo que genera en la coyuntura de crisis económica que estamos viviendo todos los argentinos.
¿Ve a la minería como una gran oportunidad de recuperar los recursos provinciales que se licuaron por la situación económica actual?
Totalmente, y creemos que apostar a la actividad minera va a acompañar al crecimiento y desarrollo de la provincia. Hoy el aprovechamiento de los recursos propios, de manera sostenible, cuidando el medioambiente y dando estas garantías —siempre respetando los derechos preexistentes de las comunidades originarias— hace que lleguemos al desarrollo de los proyectos. Un proyecto minero de envergadura, como los metalíferos o los energéticos, son grandes generadores de empleo, de riquezas traídas por las inversiones y que producen mucha recaudación directa. La industria minera se caracteriza por ser una gran generadora de cadena de valor a través de proveedores. Por ejemplo, tenemos los proveedores de la mina, y de los mineros, porque son suelos distintos en zonas en donde, por lo general, los suelos son bajos, porque la geología te pone depósitos mineros en zonas que no siempre están urbanizadas, y esto ya hace que se genere un desarrollo y un crecimiento económico regional.
Los emprendimientos mineros generan además obras de infraestructura. ¿Se está pensando también en estas obras al apostar por la minería?
En el año 2023, terminando las sesiones legislativas provinciales, hicimos modificaciones de un paquete de normativas para el desarrollo de la industria minera. Es la modificación del Código de Procedimiento Minero, un Consejo Evaluador que da garantías sociales y ambientales, y por otro lado se modificó la Ley de Regalías. Dentro de esta ley se crea un fondo específico para desarrollo de infraestructura en la zona de influencia de los proyectos. Es decir que va a haber un porcentaje directo de las regalías que va a ir a un fondo con ese objeto específico de la infraestructura. Esto significa apostar a los espacios académicos, de capacitación, para poder atender la demanda que va a generar en el día de mañana el desarrollo de la industria minera. Es poder estar a la altura de lo que demanden las empresas al momento de poner en marcha un proyecto.
¿Entonces entendemos que hay un desarrollo integral también de la zona donde se desarrolla cada proyecto?
Exactamente. Desde el momento en que empezamos a conformar un equipo dentro de la provincia, capacitado con especificidad en la materia, siempre se hizo de manera articulada con el Ministerio de Educación, con Obras Públicas y/o con Vialidad Provincial. Puede decirse que el Estado es uno, podrá tener una autoridad de aplicación, pero la demanda al desarrollar una actividad aparece por todas las aristas. Nosotros nos anticipamos a estas demandas que terminan siendo a veces los buenos desarrollos de grandes inversiones, que traen problemas por distintas cuestiones. Todo este paquete de demandas va a ser atendidas y están contempladas desde el momento en el que armamos las mesas para el desarrollo de la industria minera.
La provincia de Río Negro hoy tiene un paquete de 32 proyectos metalíferos y energéticos, en distintos grados de avance, tipos de minerales y banderas de capitales, diseminados en la provincia. Por ejemplo, el distrito de Ingeniero Jacobacci es el que tiene mayor densidad de proyectos y acá es donde nosotros apostamos fuertemente y tratando de diseñar una infraestructura acorde a los recursos que tiene la zona. Ya se piensa en los tendidos eléctricos, en los caminos, en un parque industrial, y todo esto se está craneando desde la provincia para acompañar el desarrollo minero.
¿La minería genera fuentes de trabajo para los rionegrinos o las empresas traen a su gente?
Sí, por supuesto que lo genera y esto habla de la maduración de la industria. Nosotros al momento de apostar a este tipo de actividades, que muchas veces están cuestionadas, hicimos varios trabajos sociales en todo el país. Y traigo a colación este tema porque la evolución de las encuestas, respecto a aquellas que se hacían a comienzos del año 2000 y hasta el 2010, daba como resultado una negativa a la actividad minera. Ahora hubo una maduración de la industria, de los gobiernos que la controlan y de los estándares internacionales desde el “compre local”. Hoy no queda librado al azar o la buena voluntad de las partes la contratación y el “compre en la provincia”. Hoy tiene que haber un cumplimiento donde hay un porcentaje que tiene que ser mano de obra local en los proyectos y comprar en las localidades. Por eso se habla de preparar la estructura y la demanda. En el caso de que una provincia no tenga los recursos humanos o los insumos que demande la industria que se quiera radicar en una provincia o lugar, se busca afuera en otras provincias o países. Pero siempre primero se aborda la contratación local.
¿Dónde está parada hoy la provincia de Río Negro en la producción de la industria minera?
La percepción de que la actividad minera genera un gran impacto ambiental o uso excesivo del agua que se genera viene de la mano de la desinformación. En este tiempo la maduración de la industria va de la mano con la que tiene la comunidad. La conciencia y las leyes de control ambiental tienen una evolución desde hace no más de 20 años. Entonces todas esas prácticas que hoy justifican los que no quieren ese desarrollo minero, son prácticas antiguas. Es necesario aclarar que es una actividad extractiva, es de riesgo, pero hoy hay altos estándares de control que garantizan la práctica y garantías económicas en el caso de algún impacto negativo de la actividad. Hay doble control de la industria minera, el control interno que tienen las empresas, todas cotizan en Bolsa y cualquier inconveniente que puedan tener hace caer sus acciones; y luego un control gubernamental nacional y provincial, en el cumplimiento de las buenas prácticas mineras.
En Río Negro bregamos en poder tener garantías del no impacto ambiental, y esto se logra también con el acompañamiento académico de las universidades, los institutos, laboratorios, y el equipo que lleva delante el control de la actividad es multidisciplinario. Hoy se cumple con la transparencia, la participación ciudadana a través de los altos controles. Esto no es una expresión de deseo, sino que se incluyó en el Proyecto del Código Minero en la reforma que hicimos en la última sesión legislativa del año pasado.
¿Estima que este año comenzó una nueva etapa para la minería rionegrina?
Creo que sí, y que el esfuerzo de todos estos años, la preparación de un gobierno y de un equipo que esté a la altura cambió la visión del sector minero hacia la provincia. Estamos preparados para encarar una nueva etapa, siempre bajo el concepto del control del medioambiente y el respeto de las comunidades originarias. Seguimos apostando fuertemente al desarrollo de la industria y es un buen escape para superar la difícil situación económica que estamos teniendo en el país.
EL ENTREVISTADO
Geólogo graduado de la Universidad Nacional del Sur de la Licenciatura en Ciencias Geológicas, es Secretario de Minería de la provincia de Río Negro desde 2019. Anteriormente se había desempeñado como Inspector de Policía Minera en la Secretaría de Minería de Río Negro donde realizaba el relevamiento geológico de yacimientos declarados en el catastro minero, inspecciones y control de exploraciones, explotaciones y procesamiento de sustancias minerales. También trabajó como geólogo consultor en exploración geológica, relevamiento, muestreos y mapeos. Ejecutó informes técnicos periódicos sobre impactos socioambientales, medidas de mitigación y acciones de monitoreos.