La empresa pública Energía Argentina ENARSA y Siat SA firmaron un contrato para la provisión de 582 kilómetros de cañerías para la construcción y financiación del gasoducto presidente Néstor Kirchner, que permitirá incrementar la capacidad de transporte de gas en 24 millones de metros cúbicos desde Tratayén, provincia de Neuquén, hacia distintas localidades del centro del país y que, en su primera etapa de construcción, costará 1500 millones de dólares.
El objetivo es reemplazar la importación de combustibles y fortalecer el abastecimiento de usuarios y usinas de generación eléctrica del Área Metropolitana de Buenos Aires. La financiación para construir la tubería se obtuvo en un 25% de lo recaudado por el Aporte Solidario, y el resto del dinero, de partidas presupuestarias de la Secretaría de Energía, que fueron pasadas a Enarsa.
Además, según el informe de Casa de Gobierno donde se firmó el contrato, se ampliará un 25% la capacidad del sistema de transporte de gas natural argentino y, en una segunda etapa, se extenderá hasta el sur de la provincia de Santa Fe y el sur de Córdoba.
¿Qué beneficios traerá la construcción del Gasoducto Néstor Kirchner? Teniendo en cuenta que los gasoductos existentes no dan abasto en la época invernal y se requiere cada año importar más gas, “es imprescindible su construcción para movilizar el gas de la provincia de Neuquén hacia donde se encuentra la mayor demanda, que es en Buenos Aires, Córdoba y Santa Fe”, cuenta el ingeniero Roberto Carnicer, director del Instituto de Energía de la Universidad Austral y especialista en el tema.
¿Es real que permitirá ampliar en un 25% la capacidad del sistema de transporte de gas natural del país?
En su primera etapa de obra, el gasoducto podría ampliar un 10% la capacidad del sistema de transporte de gas natural porque transportaría alrededor de 15 millones m3/d (metros cúbicos por día). Pero en la segunda etapa se busca llegar a 40 millones de m3/d, por lo cual es real que se ampliaría un 25%. Pero, cabe aclarar, por ahora solo está previsto llevar a cabo la primera parte de la construcción. Siempre que se consideren las dos etapas de la obra, es realmente una expansión muy importante.
¿Se dijo que se trata de la construcción más importante en esta materia de los últimos 40 años
Desconozco si es la más relevante de los últimos 40 años, pero las últimas que se llevaron a cabo fueron en 2005 y 2006, y estuvieron en torno de los 30 millones de m3/d entre una expansión y la siguiente.
¿Cuánto tiempo durará cada etapa de la obra?
El tiempo razonable de obra para el primer período trabajando muy rápido y fuerte, es de no menos de un año, por lo cual lamentablemente no se llegará a terminar para el invierno del año próximo. La segunda etapa, en el mejor de los casos, tardaría entre un año y medio y dos, siempre que exista el financiamiento y la voluntad política de ejecutar el proyecto en su totalidad.
¿De dónde obtiene Argentina el gas actualmente y qué promedio de gasto anual significa?
El gas que utiliza la Argentina llega desde Bolivia, país que nos exporta aproximadamente 14 millones de metros cúbicos por día. El resto se consigue a través de dos barcos regasificadores, uno ubicado en Escobar y otro, en Bahía Blanca, que cubren los períodos en donde más se necesita. En invierno, cubre picos de hasta 40 millones de m3/d de GNL (Gas Natural Licuado). Este gas natural que fue procesado y reduce su volumen hasta 700 veces, es transportado en forma líquida por barcos metaneros. Estos buques llegan a los dos regasificadores y bombean el líquido hasta los tanques de almacenamiento volviendo a su estado gaseoso y de volumen original a temperatura ambiente, para, finalmente, ser inyectado en el gasoducto. El año pasado, el promedio de gasto anual estuvo en torno de los USD 1500 millones, pero siempre depende de los cambios en los precios internacionales porque nunca ocurrió que ese valor se mantuviera igual todos los años. En 2021, por ejemplo, hubo valores de GNL y de gas natural menores que los actuales.
REPORTE DE ENERGÍA DE LA UNIVERSIDAD AUSTRAL 2022
Desde el Instituto de Energía de la Universidad Austral se presentó un Reporte Energético, en el que colaboró un equipo de alumnos de la Facultad de Ingeniería. Allí se evaluó el consumo de gas y se obtuvieron datos que reflejaron la crisis de abastecimiento energético y el déficit de la balanza comercial que el país está padeciendo.
“Al analizar la evolución del balance comercial energético anual de Argentina, se evidencia el déficit sistemático, producto de las importaciones de hidrocarburos, que se agrava en períodos como el actual, cuando los precios internacionales son extraordinariamente altos”, explica el Ingeniero Roberto Carnicer.
¿Por qué y desde cuándo nuestro país tiene déficit en la balanza comercial energética?
Aproximadamente, desde el año 2010, porque no posee gas ni suficiente gasoil para el abastecimiento de la industria agropecuaria ni el abastecimiento de las centrales térmicas, y la situación empeora cada vez más. Hoy en día, el sistema de infraestructura no permite satisfacer la demanda y no se realizaron las obras necesarias.
¿Cuáles son las cifras de los últimos años según el Reporte Energético del Instituto que dirige?
Hablando del último período analizado, el balance Energético Comercial comenzó a ser negativo en abril del 2021. Se incrementa en junio debido a las importaciones de GNL y se acrecienta el desbalance durante el mes de julio. El menor consumo de gas en septiembre revierte la tendencia, pero las mayores importaciones de líquidos para centrales mantienen la balanza comercial negativa, tanto en noviembre como en diciembre. Febrero de este año refleja un aumento en la actividad respecto de enero, y si nos detenemos en los datos de 2022, podemos observar un fuerte incremento en el total de importaciones, lo cual, en gran parte, es producto del fuerte aumento en el precio de los combustibles.
Como hablamos del primer trimestre, impactó el conflicto bélico entre Rusia y Ucrania, ¿verdad?
Sí, instaló un alto nivel de incertidumbre que se traslada rápidamente a los precios. Un dato no menor es que la falta de gas llevó a Argentina a tener que importar gasoil para abastecer a las centrales eléctricas, lo cual afecta fuertemente el monto de las importaciones. En resumen, al alza en los precios se suma la necesidad de suministro de gasoil a las centrales por falta de gas.
¿Qué se puede esperar para los próximos meses, teniendo en cuenta la mayor cantidad de importaciones y los precios internacionales?
No cabe ninguna duda de que las importaciones de gas y de gasoil para abastecer a las centrales térmicas afectan inmensamente el balance comercial energético y van a ser mucho más altas que las del año pasado. Se estima que, en total, estaremos entre los 5000 millones y 6000 millones de dólares en todo el 2022. El pico de importaciones se realiza en junio, julio y agosto, pero dependerá de la temperatura y el clima en general.
¿Por qué se demoró tanto la obra, si en 2018 se anunció la licitación internacional para la construcción del gasoducto?
A principios de 2019 ya se había cerrado el concurso y se estaba a punto de abrir entre octubre y noviembre, y por un tema político no se hizo. Era un proyecto del gobierno anterior y estimo que la demora en la obra fue por una decisión exclusiva de no darle trascendencia. Pero, ahora, se han dado cuenta que la realidad exige la construcción del gasoducto lo antes posible.
OBRA DE VALOR
Según informaciones gubernamentales, este emprendimiento permitirá sustituir importaciones y ahorrar divisas por más de USD 4000 millones en la primera etapa y por más de USD 6000 millones, cuando se complete la etapa 2, en 2024. Y solo en material fiscal representará un alivio de USD 3000 millones en la primera etapa y de USD 5000, en la segunda etapa.
“No cabe duda de que el ahorro será importante y de muchos millones de dólares, puesto que el gasoducto permite ahorrar en gas natural, pero también en el consumo de gasoil de las centrales térmicas que no son abastecidas por ninguna cuenca, y tendrán gas nacional en época invernal”, opina Carnicer.
Asimismo, destaca que “los ahorros dependen del momento en que se concluya la obra, ya que los precios varían año tras año y, además, están atados a los precios internacionales de los commodities”, aclara. Porque “no es lo mismo lo que se hubiera ahorrado en 2019, cuando el precio internacional del gas estaba bajo, que lo que ahorrarías hoy. Este año se estima que se gastará entre USD 5000 y USD 6000 millones, por lo que, si el gasoducto Néstor Kirchner se convierte en realidad, no se necesitarán más importaciones y se ahorrará justamente el valor de lo que se hubiera gastado”, concluye.