Los planes de inversión de nuestro país deberían regirse por políticas de estado que apunten a priorizar las obras necesarias para su desarrollo territorial, dando previsibilidad ininterrumpida y con objetivos claros de corto, mediano y largo plazo.
En ese sentido, las sucesivas administraciones de gobierno deberían aprovechar los recursos tanto propios como de organismos multilaterales de crédito, dándole continuidad a dichos planes. Esto no ocurre desde que tengo memoria. Los cambios de administración no debieran discontinuar ni interrumpir los proyectos de inversión en ejecución.
En el contexto actual de la Argentina, que ya lleva varias décadas de deterioro institucional, resulta cada vez más difícil lograr cumplir el ciclo de vida de las inversiones de manera racional. Se han licitado obras de gran envergadura con apenas diseños básicos, lo que resulta en una enorme incertidumbre de la que nadie quiere asumir los riesgos, aunque estén establecidos en un papel firmado. Las consecuencias están a la vista: obras inconclusas con costos de paralización, o bien problemas técnicos de difícil y costosa solución. Los modelos de contrato que se utilizan para estos proyectos no resultan prácticos ni tienen la agilidad necesaria para resolver los problemas que se presentan a lo largo de su ejecución. Adicionalmente, resulta imprescindible concluir previamente la etapa de diseño o proyecto ejecutivo, lo que debe definir unívocamente las obras a construir, su costo y su plazo de construcción y puesta en marcha.
La utilización de los modelos de contratos FIDIC (Federación Internacional de Ingenieros Consultores) ofrece al cliente, consultor y contratista diversas ventajas muy valoradas en la ejecución de proyectos de inversión, como son: estandarización de criterios, asignación de los riesgos del contrato, identificación de los derechos y obligaciones de las partes, regulación de las pruebas, plazos para la notificación de los hechos, métodos alternativos y eficaces de solución de conflictos, revisión de precios, causales para la ampliación de plazos contractuales, entre otras.
Para los servicios de consultoría en ingeniería, los sistemas de contratación a precio fijo basados en la calidad de los servicios ofrecidos son los más recomendables en los países en que la actividad consultora tiene un alto grado de madurez (cuando el contratante tiene bien claros los alcances y costos de la contratación). Para el resto, como es el caso de la Argentina, es recomendable optar por un sistema de evaluación combinado entre calidad (80~90%) y precio (20~10%).
La experiencia indica que el resultado de las inversiones y su ejecución dentro del plazo previsto dependerá, principalmente, de la calidad del diseño con el que se contrate la obra. Por lo tanto, contratar un diseño supuestamente “barato” tendrá consecuencias negativas durante la obra en cuanto a costos, plazos y controversias (más costos!). Por otra parte, la incidencia de la etapa de diseño en el total del monto a invertir, rara vez supera el 5%, por lo que resulta despreciable invertir un poco más en las etapas tempranas del proyecto para obtener etapas posteriores bien definidas.
La gestión de los cambios en edad temprana de los proyectos de inversión tienen un bajo impacto económico y permite optimizar las mejores soluciones. De lo contrario, aparecen los que comúnmente denominamos “ahorros aparentes”. Por ejemplo, para un proyecto de gran magnitud, decidimos no hacer ciertos estudios geotécnicos para “ahorrar” durante la etapa de diseño. Pues bien, la incertidumbre que genera el desconocimiento de la geotecnia que permita definir claramente la solución de las fundaciones del proyecto, seguramente terminará en algún planteo del contratista cuando se pueda definir finalmente el diseño de las fundaciones y el plazo asociado a su ejecución. Decimos que son “aparentes” porque seguramente hacer los estudios de suelo correspondientes en la etapa previa al diseño hubiera permitido definir claramente la mejor solución para las fundaciones y no hubiera generado un costo y plazo adicionales.
Así, hoy, en los países desarrollados se trabaja con metodología BIM y gemelos digitales, lo que permite ensayar el diseño de los proyectos de inversión con modelos digitales por una fracción del costo. Las viejas maquetas fueron reemplazadas por modelos digitales incluso renderizados que permiten modelar en infinidad de aspectos y disciplinas, e incluso visualizar el producto final por una fracción ínfima del total de la inversión.
Durante la etapa de construcción resulta imprescindible contar con un equipo de profesionales y técnicos que permitan asegurar la calidad de las obras que se ejecutan. Adicionalmente, se debe velar por la seguridad laboral del personal que trabaja en las obras, por el cumplimiento de todas las medidas que se deben implementar para la mitigación del impacto ambiental, y también gestionar un plan de comunicación social que mantenga informada a la sociedad que recibirá los beneficios de la inversión, evitando conflictos sobre la marcha.
Las consultoras de ingeniería son las empresas que desarrollan este tipo de actividades, disponiendo de equipos de profesionales y técnicos multidisciplinarios con la experiencia específica en proyectos similares. Lo hacen tanto para las dependencias del estado como para clientes privados. Adicionalmente, los servicios de consultoría en ingeniería son considerados servicios basados en el conocimiento, y por lo tanto, son exportables como lo son los servicios digitales, de programación, producción audiovisual o consultoría empresarial.
CONTRATOS CON FINANCIAMIENTO INTERNACIONAL
Resulta que la inseguridad jurídica reinante en los países de nuestra región impulsa a las consultoras de ingeniería a orientar sus esfuerzos comerciales a buscar oportunidades licitatorias en proyectos financiados por organismos de crédito internacional como Banco Mundial, BID, CAF, BCIE, entre otros. La participación de estos organismos suele garantizar la disponibilidad de fondos correspondientes a préstamos otorgados a los países para financiar, en algunos casos, la preinversión, y la inversión en obras de infraestructura.
El financiamiento de los proyectos, proveniente de fuente propia de cada país, provincia, departamento o municipio son, muchas veces, de incierta cobrabilidad, por la irresponsabilidad con la que se orientan las inversiones en materia de obra pública.
Actualmente la cartera de proyectos de Latinoconsult con financiamiento externo en Argentina incluye las inspecciones de obras como los pasos fronterizos de Clorinda y Mendoza, el sistema de desagües cloacales de la localidad de Añatuya, en Santiago del Estero; la planta depuradora sur de la ciudad de Salta, las inspecciones de varias obras importantes de AYSA, el aprovechamiento multipropósito Nahueve, en Neuquén. En cuanto a preinversiones, el plan de ordenamiento hidráulico de la cuenca alta de los arroyos Maldonado y Cildañez, en Buenos Aires.
En el exterior, los trabajos en ejecución con financiamiento de organismos multilaterales incluyen las inspecciones de obra en Honduras de las subestaciones transformadoras en San Buenaventura y San Pedro Sula, y la línea de alta tensión que las vincula; en Nicaragua, de las subestaciones transformadoras en La Esperanza y Bluefields, y la línea de alta tensión que las vincula; en Paraguay el proyecto e inspección de obra de la rehabilitación de la central hidroeléctrica Acaray; en Brasil la inspección de la obra de la Carretera SP-226 – km 9,62 a km 45,46 tramo Pariquera – Acu – Cananéia. Estas obras son el producto del talento de la Ingeniería argentina.
EL AUTOR ES PRESIDENTE DE LATINOCONSULT SA