El tramo intervenido se encuentra en el Centro – Norte de la provincia, próximo a la capital provincial. Mantiene una dirección noreste – sureste que bordea en algunos sectores la margen septentrional del río Mendoza hasta conectar nuevamente con la actual RN40. En su recorrido intercepta rutas provinciales, vías ferroviarias, el mismo río y el camino interno de servicio del yacimiento Barrancas de YPF.
La obra contempla la construcción de dos calzadas separadas a lo largo de 36.5 km de extensión, que serán de 7.30 m de ancho y dos vías por mano, con banquinas de 3 m, y un cantero central de 12 m. Además, incluirá defensas flexibles tipo flexbeam y rígidas tipo new jersey, como también cruces a desnivel, obras de drenaje y de alcantarillado.
Actualmente, aprovechando el buen tiempo, se avanza con la carpeta asfáltica en la progresiva de obra 11.000.
La variante descongestionará el tránsito en los accesos Este y Sur de la capital mendocina, los cuales se ubican en sectores netamente urbanos y de gran densidad, por lo que también traerá beneficios de índole ambiental, mejoras en la seguridad y en los estándares de calidad de vida de la zona.
Además, el nuevo trazado acortará en 25 km el recorrido respecto del actual, lo que se traducirá en reducciones de costos operativos y tiempos de viaje de dos grupos de usuarios principalmente:
El primero está vinculado al Corredor Bioceánico de la RN7, que une la región central de Chile, el centro de Argentina y los países del MERCOSUR, como Brasil. En este grupo se incluye el tránsito comercial de camiones y ómnibus, y de vehículos particulares cuyo destino no es la ciudad de Mendoza.
El segundo está vinculado al intercambio turístico y comercial de la zona centro de Argentina y el Oeste de Mendoza, precisamente quienes visitan las localidades ubicadas sobre las márgenes del río Mendoza, como Luján, Cacheuta, Potrerillos, Uspallata, Puente del Inca y Penitentes.