Actualmente se lleva a cabo la construcción de cuatro módulos penitenciarios de alto perfil en Piñero. En este marco, El Constructor dialogó con el titular de la Unidad Ejecutora de Infraestructura en Materia de Seguridad Pública y Penitenciaria de Santa Fe, Diego Leone.
En esta entrevista, el funcionario analizó el impacto de este proyecto, detalló los avances tecnológicos y de construcción de esta obra clave para el sistema carcelario provincial, sus plazos de ejecución y las proyecciones que se tienen para fortalecer la seguridad santafesina.
¿Cuál es el objetivo principal de la construcción de estos cuatro módulos penitenciarios?
El gobierno de la provincia de Santa Fe organizó un Programa de Infraestructura Carcelaria, es decir: infraestructura en seguridad junto con infraestructura carcelaria. Nosotros en la provincia tenemos un déficit de plazas carcelarias, porque hace muchos años que no se vienen construyendo cárceles. Dentro de ese programa carcelario, a los presos los tenemos nomenclados en términos de la capacidad delincuencial que tienen, y una de esas capacidades es denominarlos presos de alto perfil.
Algunas de las cualidades qué hacen que esta cárcel sea de alto perfil, es por la cantidad de plazas que tiene esta obra, son 1.152 reclusos los que va a alojar en cuatro mini penales. Cada mini penal aloja a 288 presos y tiene seis pabellones. Estos pabellones se construyen en planta baja y planta alta y cada uno tiene dos alas.
La cárcel está diseñada para tener celdas individuales, cada ala tiene doce celdas, los presos no tienen contacto más que entre los doce que comparten esa ala del pabellón. Esa es una característica que tiene.
A la obra la estamos dividiendo en tres licitaciones. Una de ellas, la de los cuatro mini penales, la licitamos hace unos días. Después tenemos una licitación del doble muro perimetral, que es de hormigón premoldeado; y una tercera licitación que va a contener toda la infraestructura, energía eléctrica, una planta de tratamiento de desagües cloacales, una obra pluvial de desagües, y algunas obras anexas. Tenemos una cuarta licitación que no es una obra, sino que es el equipamiento tecnológico que va a tener esta obra.
¿Cuándo van a salir esas dos licitaciones?
En un mes aproximadamente, entre un mes y 45 días tenemos que estar licitando, y todas las obras tienen que terminar en septiembre del 2026. Nosotros vamos a integrar la obra completa con el mobiliario para que el servicio penitenciario pueda inmediatamente alojar a los reclusos. En un mes estamos licitando el muro por un lado y la infraestructura por otro lado.
¿Cómo fue el proceso de la licitación que se realizó, y qué empresas son las que resultaron adjudicatarias de la construcción de estos cuatro módulos?
Nosotros tenemos una característica, estamos licitando cuatro mini penales. Adjudicamos solo un mini penal a una empresa. Esto es por qué una empresa constructora no puede ejecutar más de un mini penal. Hacemos esto porque buscamos celeridad en la construcción. Tenemos que construir cuatro mini penales, buscamos tener cuatro frentes de trabajo con cuatro empresas distintas, independientemente del precio que cotice cada empresa, o la elegimos por cualidades técnicas, capacidades y también elegimos la combinación de los cuatro precios más baratos, y ahí adjudicamos.
En este caso hubo 18 ofertas, de las cuales tenemos 5 que están en un margen comparativo de costos porque son muy pesados los precios. Somos una unidad ejecutora, no somos un ministerio, somos mucho más ágiles en la tramitación de la documentación. Somos bastante eficientes en eso, así que la obra tiene que estar empezando durante la segunda quincena de marzo.
¿De cuánto es el presupuesto para los cuatro módulos?
El presupuesto oficial era de 109 mil millones. Las ofertas estuvieron por debajo del presupuesto oficial, con lo cual estamos quedando en casi 100 mil millones la sumatoria de los cuatro módulos. En promedio, cada módulo es de 25 mil millones. Nuestro presupuesto oficial de las 18 ofertas coincide con el promedio. Consideramos que fueron buenas ofertas para lo que nosotros ejecutamos. Y ahí tenemos una cuestión acá en el gobierno de Santa Fe.
Estamos dando 15% de adelanto financiero, lo cual insufla recursos a la obra en una cantidad importante y eso hace que las empresas tengan interés, porque no tienen que ir a buscar recursos económicos al mercado. Pagamos a 60 días, y es un plazo que para este tipo de obras se cumple. Como cualquier obra pública, necesita tener el respaldo presupuestario, tiene que estar aprobado nuestro presupuesto, y eso lo tenemos, pero también cumplimos a rajatabla el plazo de pago. Lo cual hace que sea tentador para que las empresas se puedan presentar. De hecho, tener 18 ofertas es un número más que importante.
¿Cómo realizaron la elección de la ubicación de la nueva cárcel?
El sitio donde está ubicado es la localidad que se llama Piñero. Está a 30 kilómetros de la ciudad de Rosario. Piñero es un pueblo chiquitito, tiene 2.000 y pico o 3.000 habitantes, y actualmente hay un penal en esa localidad. Nosotros expropiamos detrás de ese penal; está en intersección de la Ruta Nacional 12 y la Ruta Provincial 14, expropiamos 80 hectáreas. En esas 80 hectáreas vamos a ejecutar tres mini penales. Nosotros lo tomamos como complejo penitenciario de Piñero o sea, al actual que tenemos, estamos con esta obra de alto perfil y va a haber dos penales más de bajo perfil.
Cuando arrancamos a trabajar, el gran problema que nos encontramos nosotros era que no teníamos ni terreno, suelo para hacer obra, ni proyecto. Por eso, llevamos un año arrancada la gestión y pudimos licitar esta obra. Si bien pudimos licitar otras más chicas, pero recién pudimos, porque tuvimos que desarrollar el proyecto que son 46.000 m2 de proyecto que tuvimos que hacer para ese penal.
Elegimos este lugar, primero, porque ya teniendo un penal, tenemos infraestructura cerca y también está cerca de la ciudad de Rosario que es la ciudad más grande de la provincia y
claramente donde mayor cantidad de detenidos hay que los tenemos que alojar en un penal.
¿Tuvieron algún inconveniente para poder llegar a la licitación de la construcción?
Es una serie de cuestiones. Nosotros estamos trabajando con un plan de trabajo integral, porque para expropiar se necesita una ley de la legislatura y nosotros empezamos a proyectar sin estar titulares del suelo; lo cual es toda una apuesta porque el trámite de expropiación en el Estado es un trámite que tarda un tiempo.
La legislatura declara utilidad pública, después hay todo un trámite que no depende de nosotros, es del catastro de la provincia y empezamos a trabajar sin ser titulares del suelo. También hay desafíos técnicos como la obra hidráulica que tenemos que hacer de evacuación de líquido pluvial, es una obra importante porque el terreno tiene una depresión, eso fue también todo un desafío.
Después, como toda obra, tiene ingeniería. Nosotros usamos pilotes y platea, sobre el cual va apoyada toda la estructura, que toda es estructura de hormigón premoldeado, lo cual a nosotros nos da rapidez de ejecución. Ya tenemos el modelo de cómo se tiene que ir ejecutando, porque al final, la obra termina siendo un gran centro de montaje de distintas partes: hormigón premoldeado de todos los muros y losas intermedias, la cubierta es metálica de rejas. Todo eso se fabrica en talleres y se coloca en la obra, que pasa a ser un gran centro de montaje.
Una vez que las empresas son adjudicatarias, nosotros tenemos el proyecto de licitación y las empresas lo tienen que transformar en un proyecto ejecutivo, que es lo que le va a dar la capacidad para poder ejecutar la obra. Nosotros corregimos ese proyecto, siempre son detalles que en la obra proponen los sistemas de premoldeado; si bien son similares, no son iguales entre todas las empresas por la cantidad de insertos y demás detalles que tienen. Hoy por hoy, el gran desafío es que estamos poniendo en una gran capacidad de ejecución el premoldeado en las empresas que hay en Argentina, porque nosotros tenemos que hacer 150.000 metros cuadrados de obra y esto lo tenemos que hacer en dos años, 2025, 2026 y parte en 2027. Son dos años y un poquito más.
La cantidad de premoldeado que hay que ejecutar por mes es una cantidad importante. La capacidad que tengan las empresas de premoldeado nos tiene que alcanzar para lo que nosotros necesitamos. También pensemos que el sector privado insume de premoldeado y más la obra pública que pueda llegar
El camino crítico de nuestra obra está en el premoldeado, por eso hay partes de la obra que son distintas. Ahí lo hacemos ejecutar de hormigón in situ, de manera tal que no consumamos hormigón premoldeado; pero después todo lo que es repetitivo de obra, celda, las circulaciones, todo eso es hormigón premoldeado porque son estructuras repetitivas, es más simple ejecutar y mucho más rápido, obviamente.
¿Cómo piensan ustedes que va a ser el impacto que van a tener estos módulos en la seguridad del sistema penitenciario de Santa Fe?
En el sistema, hoy en día hay una cantidad de presos determinados, muchos de ellos todavía están en comisarías en las ciudades de Santa Fe. La comisaría no está preparada para alojar presos y los policías no están preparados para cuidarlos, para eso está el servicio penitenciario.
Primero tenemos que desalojar las comisarías de Rosario y Santa Fe, y después bajar con estas nuevas plazas la superpoblación que tienen los penales actuales en la provincia. Hay que bajar la densidad porque todas están superpobladas. El impacto va a ser positivo, van a bajar las plazas. Que esté la cantidad de presos acorde al diseño que tiene la cárcel, primero hace que ellos estén en mejores condiciones, porque en una celda para dos tal vez hoy hay tres presos, y es fundamental para nosotros que el servicio penitenciario esté también en mejores condiciones. Un gran problema para el servicio penitenciario es la cantidad de presos, eso les complica poder cuidarlos y esto claramente les va a hacer un mejor trabajo, más ordenado, van a poder controlar mucho más todo lo que haga falta.
Hay una decisión del gobernador Pullaro de que tiene que ejecutarse porque a un plan de seguridad integral hay que sumarle una buena infraestructura para contener presos y este tipo de edificios hace que esto funcione mucho mejor.
¿Por qué a esta cárcel la denominan de alto perfil?
Primero por cuestiones edilicias. Va a tener doble muro perimetral de 10 metros de alto, también vamos a tener torreones con 70 metros para controlar el adentro y el afuera; los muros van a tener 36 metros de alto que permite tener una visión 360 a kilómetros. Por otro lado, los controles de ingreso van a ser todos con scanner, van a estar monitoreados por Inteligencia Artificial, también vamos a tener inhibición de celular, hay un montón de medidas que van a hacer un mejor trabajo.
Las cámaras van a proporcionar una visualización de lo que sucede en todo el penal. La arquitectura va a permitir que no haya más de 12 presos juntos, muchas veces en los penales la aglomeración de presos es lo que hace que comiencen a presentarse distintas complejidades, acá eso no va a pasar. También está el tema salud, que se tiene que resolver intramuros. Solamente un preso va a salir en caso de que tenga algún tipo de cirugía mayor o algún tipo de complejidad de salud que atender por fuera, sino todo se va a atender ahí adentro, donde van a estar los consultorios con todos los equipamientos.
Las visitas van a ser a través de los teléfonos, no va a haber contacto físico entre los presos y las personas que lo vayan a ver. También va a tener una sala de videoconferencia para que los jueces tomen la audiencia de esa forma y no se tenga que trasladar un preso del penal a tribunales a declarar.
Toda esa sucesión de hechos, más la tecnología, hace que el penal aloje a presos de alto perfil y presos de alto perfil son los que cometieron los delitos más graves y que siguieron cometiendo delitos desde dentro de la cárcel delito que estuvo o que está demostrado en muchos casos. Este penal sería uno para los presos más peligrosos.
¿Todo este equipo tecnológico que se le va a sumar a la cárcel es lo que se va a licitar más adelante?
Exacto, ahí tenemos una cuarta licitación y la estamos trabajando con el Ministerio de Gobierno, que tiene un sector de tecnología. También ya estamos preparando el pliego para que llegue todo el equipamiento, se instale y la obra se entregue completa y lista para ser usada.
¿Tienen planes de ampliación de estos 4 módulos?
De alto perfil van a ser estos 4, vamos a ampliar el pabellón actual y el Bajo Perfil. Cuando hablamos de Bajo Perfil, quiere decir que la tecnología no es tanta, acá van a tener un muro de 10 metros de alto la arquitectura del pabellón es prácticamente la misma pero tiene algunas cuestiones diferentes respecto a lo que actualmente tenemos.
Esa también va a ser una cárcel que vamos a ejecutar y esos son 10 módulos que tenemos que desarrollar para alojar presos de bajo perfil, que son los presos más comunes en términos de los delitos o que cometen los delitos comunes y no tienen reincidencia de lo que hicieron. Entonces, nosotros tenemos que licitar de acá al mes de mayo, en 45 días hay una y en otros 60, 70 días tiene que haber otra licitación y el mismo esquema.
¿Tomaron algún modelo de referencia de alguna otra cárcel para poder diseñar estos módulos?
La provincia ya venía trabajando con un diseño de celdas individuales o dobles en pabellones con un patio en el mismo sistema. Usamos el mismo esquema, visitamos otros penales y otros tipos de diseño. Algunos se llaman sistemas circulares, que tienen un gran centro con ramas, como el Bower en Córdoba por ejemplo, y hay otros penales de mucho más bajo perfil que agrupa a muchos más presos por celda.
Hemos trabajado mucho con el servicio penitenciario por este diseño, vimos y estudiamos bastante el comportamiento de los presos, cómo trabaja el servicio penitenciario, cuál es el esquema de trabajo que nos permite nuestra ley y nos inclinamos por este sistema de celdas tintas o celdas dobles con un SUM (salón de usos múltiples), que está contiguo a donde están las celdas y después un patio que también está anexo a esta parte. Dependiendo del tipo de grado de presos, si son de alto perfil o bajo perfil, los muros se empiezan a hacer o de hormigón o de alambrado.
En nuestro caso vamos a tener un sobretecho técnico para todas las instalaciones, eso nos permite que cuando tengamos algún tipo de problema en una celda no tengamos que entrar, lo arreglamos o desde afuera o desde arriba del techo y no tengamos que desalojar un pabellón. Hay muchos aspectos a tener en cuenta, nosotros nos fijamos en el diseño que ya veníamos trabajando. El servicio penitenciario, que es quien opera, estaba muy conforme con ese sistema, así que seguimos trabajando.
¿Se incorporó algún criterio de sustentabilidad o de ahorro energético para la construcción?
Esta cárcel está diseñada para captar agua de lluvia, las cárceles son de tener mucho consumo de agua y nosotros dividimos en dos sistemas; uno que va al inodoro, ahí usamos aguas grises, que son las aguas recuperadas de las cubiertas. También va a tener paneles solares, agregamos una cantidad de paneles para generar energía, nosotros acá en Santa Fe insuflamos la energía de la red. Esas son las medidas que creemos que hacen soporte a la sustentabilidad.
El sistema de carga de los inodoros es por un sistema de tanque que va llenando muy despacio de manera tal que el consumo en cada celda baja en cantidad de litros. Hay que empezar a buscar que los penales sean sustentables.
Por otro lado, obviamente que la obra arranca con estudio de impacto ambiental y también con las medidas mitigatorias que tiene la obra. Si es una obra rápida de 18 meses, se evalúa también qué impacto tiene la obra en el medio ambiente, en caso de que tengamos que sacar algunos árboles, hay un esquema de compensación de arbolado. Después, en la obra, cada empresa tiene su plan de gestión ambiental que tiene que desarrollarse y nosotros controlamos.
¿Hay algún tipo de oportunidad laboral para la población local durante la construcción de la cárcel?
Incitamos a las empresas constructoras que van a trabajar a que tomen mano de obra local y que abran una ventana de posibilidad laboral. No hay un cupo obligatorio, pero sí está habilitada la posibilidad; sucede acá o en otros penales que estamos ejecutando en otras ciudades donde hay personas que se insertan a trabajar laboralmente en las empresas porque no se tienen que mover todos los días, que ya viven en la localidad. Para la empresa es un ahorro. Siempre eso tiene que ver a cuánto está la obra de la base que tienen las empresas. Si bien Piñera está a 30 kilómetros de Rosario, son 45 minutos de viaje que se tienen todos los días. Nosotros creemos que la obra en el momento pico de trabajo con los cuatro módulos, el muro y la infraestructura, vamos a estar en 1.000 operarios. Es un número importante de gente. La localidad es pequeña, no va a haber tanta gente, pero lo que se pueda tomar de la localidad está previsto que las empresas lo hagan.
¿Tienen financiamientos adicionales como aporte del gobierno nacional o préstamos internacionales para la construcción de los módulos?
No, solo tenemos recursos del gobierno de la provincia de Santa Fe. El gobernador lo decía hace unos días, estos recursos vienen del ajuste que está haciendo el gobierno en distintas áreas o en distintos esquemas de trabajo. Estuvimos y seguimos buscando recursos de entidades, que hasta ahora no hemos logrado conseguir. De entrada, la idea fue que esto se hace con o sin recursos de otro lado, si conseguimos recursos, bienvenido sea, pero no detuvimos el esquema del proyecto. Seguiremos buscando, pero la decisión del gobierno está puesta en que esta obra y las otras, sí o sí se tengan que ejecutar independientemente de dónde vengan los recursos. Y ya están asegurados porque presupuestariamente nosotros ya lo tenemos incluido en el presupuesto 2025, así que en ese sentido está cubierto ese esquema de trabajo.
¿Cuántas son las etapas del proyecto y plazos de entrega?
Los cuatro módulos se ejecutan a la vez, son cuatro empresas constructoras diferentes. Después de la construcción ya vendría la licitación del muro. En paralelo, están armadas de manera tal que no se tengan que pisar entre las empresas. Una licitación, son los cuatro módulos. Cada módulo tiene un alambrado perimetral. De ese alambrado para adentro hay una empresa; otra empresa hace el muro, que está por fuera de esos cuatro módulos, y otra se va a encargar de la infraestructura. Los tres contratos van a trabajar en simultáneo. Vamos a tener cuatro en los mini penales, el muro y una en infraestructura. Tenemos reuniones continuas con las empresas de coordinación porque tenemos que definir lugares de ingresos, hay que hacer caminos. Cuando uno hace caminos no se puede pisar por un mes, entonces hay que buscar ingresos alternativos.
Para que entre la tecnología final que mencioné antes, los módulos de las empresas los tienen que entregar con anticipación al final de la obra para que pueda venir el equipo de tecnología a instalar cámaras y todos los dispositivos.
Entonces, el plazo total es de 18 meses, pero hay módulos que en 16 meses ya tienen que estar terminados para que entre, la tecnología a montar lo que es necesario.
En septiembre del 2026 tiene que estar finalizada la obra y ser entregada para que ya comience a funcionar. Tenemos que arribar todos a ese plazo, incluido la compra de escritorios, sillas, computadoras. El servicio penitenciario tiene que reclutar todo el personal para cubrir ese penal.
Tenemos un esquema de trabajo en equipo entre distintas áreas, porque no todos dependemos del mismo ministerio, en el cual todos tenemos que arribar a esa fecha para que apenas se termine se pueda utilizar.
Por Mónica Arroyo