Por LORENA GROJSMAN – A pocos meses de finalizar su primer mandato como presidente del Colegio de Ingenieros de la Provincia de Buenos Aires, El Constructor entrevistó al ingeniero Alejandro Passarini, quien asegura que hoy se vive un parate de la construcción, tanto en obra pública como privada.
¿Cuándo se creó el Colegio de Ingenieros de la Provincia de Buenos Aires?
El colegio tiene 39 años de existencia, es decir, se creó en 1985 por cumplimiento de la ley 10.416 de la provincia de Buenos Aires. Anteriormente, existía un consejo que involucraba la actividad de técnicos, arquitectos, agrimensores e ingenieros de la provincia de Buenos Aires. Y a partir de la creación del colegio, el control de las matrículas de todos los ingenieros de Buenos Aires pasó a ser provincial.
¿Cómo se siente en esta primera gestión? ¿Usted había tenido una vinculación previa con el colegio?
Las elecciones del colegio se realizan cada tres años y mi gestión finalizará en octubre de este año. Todos los dirigentes tenemos una trayectoria. Previamente fui consejero provincial y también presidente de uno de los distritos del colegio; y en el año 2021 los colegas decidieron proponerme a mí como candidato a presidente. No tuve oposición, por lo cual participé en las elecciones en una lista única. La ley permite un máximo de gestión en la presidencia de tres períodos. Cada gestión tiene la impronta de quien preside. En este caso, nuestra mesa ejecutiva le dio al colegio una mayor apertura, más participación de sus bases, una mayor cantidad de subcomisiones de todas las especialidades y una mayor vinculación con estamentos provinciales. Nuestros ingenieros trabajan con el Estado nacional y con las provincias en cuestiones de la ingeniería.
Durante estos años hubo un mayor ida y vuelta con los diferentes entes provinciales y eso nos ha permitido avanzar en cuestiones que estaban estancadas. En este contexto hemos podido abrir varias puertas con funcionarios con propuestas de trabajo concretas y nos han escuchado. Se han generado nuevas condiciones de trabajo para los ingenieros, facilitando así una tarea burocrática a cuestiones engorrosas como son ciertos trámites en la provincia. Considero que el saldo de esta gestión es positivo, aunque obviamente hay cuestiones pendientes de resolver.
¿Qué lugar ocupa la ingeniería civil dentro del colegio?
Se trata de la ingeniería más afianzada, la más antigua. Vale aclarar que en lo que a la construcción respecta, no sólo intervienen los ingenieros civiles o de la construcción sino también los ingenieros electromecánicos, los especialistas en estructuras o pavimentos, y en la parte de corredores, los ingenieros viales o los de vías de comunicación. En eso se ha avanzado mucho. Hoy no existe ningún pliego que no exija algún profesional dentro del área de la construcción, tanto en la obra pública como en la privada.
Justamente sobre este punto, ¿cómo ve a la obra pública y privada en la provincia actualmente?
Ha caído sustancialmente. Eso generó un impacto importante, un parate a nivel nacional y provincial, una situación donde hay mucha obra detenida, con lo cual hay una gran afectación y un impacto negativo en las empresas constructoras, viales, públicas y en compañías intervinientes, no sólo dentro del área de la ingeniería, sino también en el área de la arquitectura y otras especialidades.
En la década de los 90, lamentablemente, muchos ingenieros eran taxistas. Eso significó una situación bastante caótica. Durante esa década hubo una situación de privilegio en cuanto a los servicios por encima del desarrollo de la industria y la construcción. Pero dentro de todo, durante los 90 la obra pública se siguió ejecutando, pero obviamente no al nivel que hubiéramos querido. Lamentablemente en la actualidad el parate es total y el impacto negativo es muy importante. Por otro lado, en función del trato que tenemos con universidades y estudiantes en diferentes áreas de las ingenierías en relación con la construcción sabemos que, si el país se pusiera en marcha en serio y se expandiera la obra pública y la privada, no alcanzarían los ingenieros. Lamentablemente, por las expectativas del mercado, la gente joven se está orientando a carreras más sociales y económicas y menos a las duras como las ingenierías. Pero no hay que culpar a los jóvenes, sino que es un tema de expectativas que no son las mejores en este momento.
¿Y en cuanto a obra privada también hay un parate importante?
Sí. El parate también es muy importante en la obra privada. Hay que tener en cuenta que una bolsa de cemento hoy se vende a $10.000 y ese es un costo muy alto. Sólo puede acceder un grupo minoritario de la población, es decir la mayoría no puede acceder a la construcción de una vivienda. Además, hay una gran cantidad de viviendas en venta, lo que quiere decir que, al haber remanente de unidades deshabitadas y no haber poder de compra, todo se complica. Tampoco hay inversión de viviendas. La última movida interesante fueron los primeros planes Procrear que, de alguna manera, permitieron los créditos accesibles. Un crédito hipotecario, privado o para la construcción, es imposible de pagar. El acceso al crédito se volvió algo prohibitivo en la Argentina y el construir sin crédito lo puede hacer una parte mínima de la población.
¿Y cómo ve a futuro la obra pública en la provincia de Buenos Aires?
A futuro no vemos un panorama muy optimista. Al menos en el futuro inmediato. No hay procesos de licitación, y eso es un indicio ya que luego de ese paso viene el proceso de elaboración de pliegos, la exposición y las evaluaciones. Recién cuando todo eso se resuelve se adjudica la obra. Es decir, es un proceso que lleva meses. La provincia tenía una parte del financiamiento de la obra pública con fondos nacionales que hoy no se están enviando. Eso hace que la obra provincial se vea disminuida. Tenemos entendido que la provincia de Buenos Aires estaba pensando en reactivar 30 obras a nivel general. Esto incluye rutas provinciales pero no incluye obras nuevas. Estamos viviendo un momento de incertidumbre importante en todo el país y en todos los niveles. Y esta misma incertidumbre se traslada en todo lo que hace a la obra pública. Es decir, el panorama no es nada alentador. En el colegio realizamos análisis de la obra pública actual y no vemos movimiento. En conclusión, a corto plazo no vemos movimiento ni avance alguno en lo que a obra pública en la provincia se refiere.
¿Cómo impacta el alto costo de los materiales en este parate en la construcción del cual habla usted?
Sin lugar a dudas, tiene mucho que ver. Particularmente por cuestiones de costos y decisiones políticas de la provincia, pero el hecho de parar la obra pública también estuvo afectado por los altos costos de los materiales para la construcción. Vale aclarar que los profesionales que están involucrados en la construcción, no sólo abarcan la construcción de viviendas, sino también de otro tipo de infraestructuras. En referencia a obra pública, por ejemplo, implica pavimentos, rutas, obras de arquitectura, obras de desagües pluviales, cloacales, redes de gas, electricidad, entre otros. No solo por los profesionales de la ingeniería, sino también todo lo que se genera atrás. Cuando la obra pública y privada se ponen en marcha, se ponen a trabajar infinidad de gremios y de industrias que producen materiales necesarios para la construcción, como el hierro y cemento. Todo esto tiene un efecto multiplicador, es un parate que se ve todos los días. Acindar, por poner un ejemplo, tiene una restricción de producción porque está súper stockeada.
Al estar nuestra publicación orientada a la construcción, nos interesa saber de qué manera el colegio trata las problemáticas de la ingeniería civil en la provincia de Buenos Aires.
Tratamos muchas veces de ver cómo podemos gestionar de alguna manera la posibilidad de intervención de la ingeniería civil en todo lo que sea obra pública o privada. Pero si la obra no se ejecuta o no hay dinero para ejecutarla no vamos a poder generar trabajo. Sí podemos acompañar, ofrecer ideas, tratar de lograr algunas cuestiones de trabajo, pero no mucho más. No tenemos la capacidad financiera como para construir. Sí hemos actuado desde el primer momento en obras importantes como el gasoducto Néstor Kirchner, que se construyó en tiempo récord, o el Canal Magdalena. Considero que se debe apuntar a este tipo de obras importantes ya que son las que nos van a garantizar un futuro mejor para la Argentina.
Hay 7 distritos en el Colegio, ¿alguno de ellos está más enfocado a la ingeniería civil? Si es así ¿cuál y por qué?
Todos la tratan por igual. Hay siete distritos en el colegio, pero solo por una cuestión territorial. Es decir, es tan grande la provincia de Buenos Aires que, por una cuestión administrativa, el colegio se dividió en siete distritos cuando se creó. Todas las construcciones en todas las ciudades son importantes y tienen movimiento. La obra civil cumple un rol importantísimo en toda la provincia.
¿Hay nuevos proyectos en carpeta en lo que respecta a construcción de nuevas escuelas, hospitales e instituciones públicas en el corto plazo? Si es así, ¿cuáles son?
Se decía que la provincia de Buenos Aires estaba pensando en reactivar 30 obras a nivel general entre rutas provinciales, escuelas, hospitales, etcétera. Pero no se habla de obras nuevas. Tenemos rutas colapsadas que estaban pensadas además para la demanda de las décadas del ‘50 o del ‘60 y que no tienen nada que ver con las demandas del siglo XXI. Además, hoy hay un alto índice de siniestralidad vial. Por otro lado, tenemos el gasoducto Néstor Kirchner, una obra civil importantísima que se realizó de manos de ingenieros, técnicos y operarios argentinos en tiempo récord, sin fallas, con tecnología de última generación. Todo un ejemplo a nivel internacional. Es decir, tenemos la capacidad, faltan decisiones políticas.
¿Qué debería suceder para que cambie esta situación?
Las cuentas tienen que ser ordenadas. Si se genera déficit tiene que ser temporario, por un par de meses, porque si es permanente después se paga caro y resulta imposible reactivar. Por ejemplo, Estados Unidos tiene déficit fiscal, pero si lo aplica en obras, redunda en un retorno para el mejoramiento en la calidad de vida de sus habitantes. Es un país que siempre está impulsando eso. Si se quieren cerrar las cuentas fiscales se puede acomodar todo y tratar de ser racional en gastos, pero no se puede parar el país porque la paz del cementerio no sirve. Hay que pensar que hacer una ruta no es un gasto, es una inversión. Lo mismo que presentar un plan de viviendas o infraestructura eléctrica.
A su criterio, ¿influyó el cambio de gobierno nacional las actividades en la construcción pública y privada?
Si este gobierno pretende llegar a una estabilización, no la estamos viendo. Eso no quita que los gobiernos anteriores hayan cometido errores, desde el punto de vista de una realidad incontrastable: ¿Que queremos hacer de este país que tiene una potencialidad fabulosa? Tenemos Vaca Muerta 1, Vaca Muerta 2, tenemos litio, producimos alimentos para trescientos millones de habitantes, YPF tiene un norte que viene fijado de distintas administraciones. Si no aprovechamos todo esto para generar una cuestión de Estado a futuro con un plan que exceda al gobierno y sus circunstancias, nuestros hijos y nietos no van a tener la vida fácil.
¿Cuál es la relación entre el colegio y las instituciones educativas?
Tenemos con todas las universidades de la provincia un ida y vuelta constantes. Muchos de nuestros matriculados son profesores o decanos de diversas universidades por lo cual la relación es estrecha. Ante todo, las universidades son el semillero de los futuros ingenieros. Nos interesan muchísimo, por eso vamos a dar charlas, a conversar, a ver las expectativas de los estudiantes en diversas instituciones educativas. Es decir, las universidades son un norte invariablemente.
¿Cómo está actualmente la matriculación de ingenieros civiles? ¿Bajó o subió la cifra de ingenieros civiles matriculados a través de los últimos años?
El tema de la matriculación de ingenieros civiles es estable, con bajas por jubilación y por altas con los nuevos ingresos. De todas las ingenierías, la matriculación de la civil es la especialidad que mejor está. Sin embargo, muchos ingenieros civiles están trabajando en forma liberal, fuera del sistema, porque trabajan en empresas donde no firman porque para firmar hay que estar matriculado. En la provincia de Buenos Aires, de cada diez ingenieros hay uno solo matriculado y el resto figura como empleado. Y al no firmar y estar en relación de dependencia no se matriculan en todas las provincias.
¿Qué importancia tiene la capacitación para el sector?
Muchísima. La vorágine científica y tecnológica hace que todos los días haya que ir actualizándose y quien no lo hace queda fuera de foco. El colegio fomenta muchísimas charlas y gracias a las posibilidades que da el zoom ya no es necesario que los ingenieros se movilicen. Estas charlas hacen al ejercicio profesional, a la capacitación constante en diferentes áreas. Una de las últimas charlas estuvo referida a la inteligencia artificial. Claramente o nos actualizamos o la tecnología nos pasa por arriba.
Sobre este punto justamente, ¿cuánto incide la tecnología en los profesionales y en el trabajo que desarrollan?
Muchísimo también. Si hay algo que nos exige, y creo que en todas las profesiones, es estar actualizados a nivel tecnológico. Antiguamente la riqueza se medía en patrón oro. Hoy la riqueza se mide de acuerdo al desarrollo científico y tecnológico.
¿Qué medidas cree que el gobierno debería tomar para fomentar la industria?
Si queremos parar la inflación creo que hay muchos resortes para hacerlo, pero no debería frenar el consumo porque así se está destruyendo la industria y fomentando la apertura indiscriminada de lo que viene del extranjero. Eso es un grave error. Los países más poderosos del mundo sin protecciones exigen que avancen tecnológicamente pero no destruyen la industria porque saben que después la dependencia es total.
¿Cómo cree que está la Argentina en materia de profesionales respecto a la región?
A pesar de que hemos vapuleado la educación, seguimos teniendo un muy buen nivel profesional. Seguimos apareciendo en los rankings con un buen nivel de nuestros profesionales. Ellos son requeridos en el mundo. Hay materia gris.