Vialidad Nacional inauguró un nuevo Laboratorio Regional de Análisis de Suelos, ubicado en el Distrito N° 9 de dicha provincia. ¿Cómo funcionará, cuáles son los objetivos centrales y por qué promete transformarse en un referente regional?
Los primeros días de enero se realizó el acto de apertura donde se presentaron los objetivos de trabajo y los lineamientos que permitirán al equipo de especialistas avanzar en procesos de investigación que, hasta ahora, eran imposibles a nivel local. En el acto participaron el gobernador de San Juan, Jorge Uñac, junto con funcionarios provinciales e intendentes. También estuvieron presentes el gerente de Regiones y Distritos de Vialidad Nacional, Patricio García; y el jefe del distrito San Juan, Jorge Deiana. Todos coincidieron en que el flamante laboratorio hará posible mejoras significativas en los controles de los materiales utilizados en la red vial nacional.
Como parte del Plan de fortalecimiento institucional que comenzó en 2016, Vialidad compró una serie de aparatología de medición de suelos que, desde hace unos años, espera la posibilidad de ponerse en funcionamiento. Ahora, gracias a la designación del nuevo laboratorio, se abre un nuevo capítulo y nuevas posibilidades de conocimiento para profundizar en las especificidades de cada tipo de material, así como en los recursos naturales disponibles, para mejorar el estado de suelos, las obras viales y cumplimentar con los nuevos requerimientos nacionales.
El laboratorio de San Juan hará uso de todo su moderno equipamiento en un edificio de 360 m2 rediseñado para tal fin y dividido en cuatro sectores, uno destinado a oficina, y los otros tres, a los ensayos de materiales, en tres áreas distintas: en el sector adyacente a la oficina se realizarán los ensayos de suelo, en el sector central del edificio se harán ensayos de agregados pétreos y hormigón, y el último sector será destinado a los ensayos de asfaltos y mezclas bituminosas. Es decir, los tres tipos de materiales que son utilizados para las obras viales.
“En el país hay seis laboratorios regionales, y cada uno atiende a varias provincias. La aparatología con la que contamos en San Juan responde a las nuevas especificaciones de Vialidad Nacional, es decir, nos permite medir parámetros nuevos que antes no podíamos”, detalla Luis Casali, jefe del flamante laboratorio, y agrega que “el objetivo es medir objetivamente el comportamiento de los materiales en forma individual o bien de la mezcla de materiales. Porque puede haber suelo solo, suelo con cemento, con cal, asfalto, etc.”.
En la práctica, esto se traduce en la posibilidad de conocer con más profundidad qué tipos de materiales se necesitan para cada suelo, la calidad disponible en la zona y los mejoramientos que se pueden hacer en cada caso.
TAREAS ESPECÍFICAS
Entre las principales responsabilidades de un laboratorio de este estilo están la verificación del cumplimiento de la normativa vigente en relación con los procedimientos de control de calidad –algo que fue cambiando notoriamente en los obliga a los distritos a actualizarse más que nunca–, la colaboración con el desarrollo de interlaboratorios y programas de investigación propios de la DNV y en cooperación con otros organismo; la asistencia en el proceso de desarrollo de Especificaciones Técnicas Particulares en obras a proyectar, por medio de ensayos sobre materiales de la traza existente o en estudio; la elaboración de base de datos de los materiales utilizados en las obras viales, con indicación de parámetros de calidad de cada uno de ellos y el comportamiento en servicio; y el aseguramiento de la participación de los agentes con funciones asociadas a los laboratorios en los programas de capacitación de profesionales y técnicos.
Asimismo, la expectativa en este caso es sumar a estas líneas de trabajo otras funciones adicionales como la gestión del funcionamiento y mantenimiento de los laboratorios móviles, la realización de nuevas líneas de investigación y desarrollo convenidas con universidades y/u otros entes externos mediante acuerdos de cooperación, la asistencia técnica a los LD de su región y el dictado de capacitaciones técnicas para el personal de laboratorio y profesionales que comiencen a desarrollarse en esta actividad vial de su región.
EL LABORATORIO, PUERTAS ADENTRO
El equipo y la tecnología para la investigación está disponible hace tiempo, pero hoy, afortunadamente, cuentan con la infraestructura necesaria para comenzar a operar y hacer sinergia. La refacción del predio destinado para este objetivo demandó una inversión de USD 5 millones y consistió básicamente en la colocación de muros divisorios para lograr las 4 áreas necesarias de trabajo, colocación de ventanales en los laterales del predio para el ingreso de buena iluminación natural y elevación de los pisos de unos 20 cm con respecto a lo que estaba antes.
La inversión más intensa fue la que involucró la instalación de agua, cloaca, electricidad reforzada para los consumos que serán necesarios, aire a presión y gas. Todo esto totalmente nuevo. Además, el predio fue equipado con tecnología que hasta ahora no estaba disponible en el país y que permite llevar adelante el análisis de suelos y agregados, materiales bituminosos, mezclas asfálticas y hormigones de cemento Portland, lo que se traducirá en mejores controles de los materiales utilizados en la red vial nacional. Por otro lado, en caso de requerirse, el laboratorio podrá asistir en el control de calidad de los materiales de las obras viales en ejecución, para contrastar o corroborar los resultados informados por la contratista como parte de las exigencias del PETP (pliego de especificaciones técnicas particulares) de la obra.
El Laboratorio Regional de San Juan abarca y brindará servicio a las provincias de Mendoza, San Juan, San Luis, La Rioja. Y se suma a los otros seis laboratorios presentes en el país, todos ellos comenzando un mismo camino de búsqueda de información que permita mejorar el estado de las rutas y caminos. “Todos los equipos de especialistas de cada laboratorio estamos empezando, son bastante nuevos, el que más tiempo lleva es el del distrito de Corrientes, que en marzo darán una capacitación para nosotros, pero la aparatología es toda muy nueva, por eso no contamos con experiencia y necesitamos investigar mucho. Hasta ahora, nos venimos manejando con bibliografía, pero tenemos la posibilidad de dar un salto”, detalla Luis Casali.
En cuanto al equipo de trabajo designado, hasta el momento está compuesto, por un lado, por tres ingenieros civiles, Ruth Castañeda, Gustavo Mercado y Luis Casali como jefe. Y por el otro con cinco laboratoristas abocados a ejecutar técnicas de análisis cualitativos e implementando análisis cuantitativos: Graciela Ávila, Marcos Laciar, Marcelo Guevara, Diego Vetere y Carlos Páez. El equipo está preparado para realizar un trabajo interdisciplinario que permita un mejor conocimiento, diagnóstico y planificación de mejoras.
En los inicios, detalla el especialista, comenzarán realizando ensayos, probando mezclas, para luego estudiar cada obra en sí misma y relevar cómo funciona, qué resultados de rendimiento y durabilidad arroja.
“El ciclo de investigación es bastante largo, consiste en una investigaciones que abarcan desde el material mismo y la disponibilidad en la zona, hasta la preparación de la mejor combinación de elementos, y toda la vida útil de la obra. Y al final de todo ese tiempo, que puede llevar 15 o 25 años, se siguen incluso haciendo ensayos para conocer cómo terminó el ciclo y cómo se puede seguir adaptando la obra y el proceso a los nuevos requerimientos”, explica Casali.
REDUCIR EL IMPACTO
Cada herramienta que sume parámetros de medición permite tener una idea más cercana acerca de los comportamientos de cada material. Y esto permite utilizar mejor los recursos: tanto los naturales como los materiales del Estado.
Conocer e involucrarse con el tipo de suelo, sus especificidades y su comportamiento en cada caso hace posible que los especialistas proyecten obras más duraderas, con ciclos de vida más largos, optimizar los insumos… todo forma para de un proceso global de reducción de impacto ambiental, algo que en el sector vialidad es fundamental gestionar, dado que es uno de los que más impactos genera, por los consumos de materiales naturales, por el gasto de energía que conlleva y por los desgastes de vehículo que puede propiciar.
Con la investigación aplicada se hará posible, además, otro impacto positivo que es el del ahorro de costos: bajar costos de reposición e indirectamente costos de tránsito, “porque la calidad de la ruta impacta en los costos del transporte y genera ahorros por todos lados”.