Ubicada en la ciudad de La Plata, ACIMCO fue creada en el año 1941 con el objetivo de nuclear a los empresarios bonaerenses del sector de la construcción. El Constructor dialogó con Rodolfo Molinari, presidente de la asociación, quien además de informar sobre el trabajo de ACIMCO, nos brindó su visión con respecto al sector de la construcción de cara a la corriente situación que atraviesa esta industria en el país.
¿Cuándo se crea ACIMCO? ¿Quiénes la conforman?
La asociación se creó el 9 de agosto de 1941, es decir, este año cumple 83 años en los que funciona de manera ininterrumpida. Como su nombre lo indica, ACIMCO está integrada por comerciantes y fabricantes de materiales de la construcción, con la particularidad de que están ubicados exclusivamente en la provincia de Buenos Aires. La conforman en su mayoría corralones y pymes, pero también hay fabricantes de ladrillos huecos, cemento, sanitarios, cerámicos y hubo una época en la que teníamos como socios, incluso, a carpinteros.
El año pasado reformamos el estatuto y ahora tenemos la posibilidad de asociarnos a otras cámaras, además tenemos empresas asociadas como grandes fábricas dentro de nuestro rubro. Por otro lado, en cuanto al funcionamiento de la asociación, un dato relevante es que quienes formamos la comisión directiva no cobramos sueldo, nos reunimos todos los martes y lo manejamos en nuestros horarios libres ya que todos tenemos nuestras propias empresas. Los socios, que somos aproximadamente cien, pagamos una cuota y tenemos un edificio propio en el centro de la ciudad de La Plata.
¿Cuál es el objetivo principal que se plantea y qué los diferencia de una Cámara dentro del mismo sector?
Nuestro principal objetivo es nuclear a las empresas y empresarios que comercialicen o produzcan materiales para la construcción, y tengan domicilio en la provincia de Buenos Aires, pudiendo integrar asimismo personas jurídicas que nuclean a empresas o empresarios del mismo rubro.
Buscamos defender el bien común. Por ejemplo, durante la gestión anterior nos habían subido un impuesto municipal al doble, entonces hemos realizado un montón de acciones para que lo bajen. También colaboramos con el Hospital de Niños de La Plata y algunas fundaciones, realizamos cursos de capacitación para nuestros socios, entre otras iniciativas. Siempre decimos que somos una familia.
¿Cuánto hace que preside la asociación y cómo llegó a ocupar el cargo?
Este es mi segundo mandato. Cada gestión dura dos años, mi actual mandato concluye a finales del 2025. El presidente se elige por votación, generalmente hay una lista única.
¿Tienen algún vínculo con cámaras u otro tipo de instituciones nacionales relacionadas con la construcción?
Sí, tenemos vínculo, por ejemplo, con la Federación Económica de la Provincia de Buenos Aires (FEBA), con la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME), con la Cámara de Comercio, Industria y Servicios de la Ciudad de La Plata y con diversas cámaras de esta ciudad tenemos acuerdos y reuniones periódicamente.
¿Cómo ve al sector de la construcción actualmente en el país?
No lo veo bien. En realidad lo veo mal porque ha atravesado por un gran bajón por la situación del país. La actividad fue decreciendo mucho a través de los años, después de la pandemia fue que empezó a bajar paulatinamente. Hoy cualquier comercio del sector está al 50% de su capacidad de venta, como sucede en el corralón del cual soy propietario.
Con las anteriores gestiones tuvimos años buenos y años malos. Por ejemplo, cuando Cristina Fernández asumió su segundo mandato bajó la actividad, pero con la pandemia subió, puesto que la gente, al no poder salir, aprovechó para hacer arreglos en su casa, usaba la plata que le sobraba del sueldo para eso. Pero cuando terminó la pandemia el nivel de ventas empezó a decrecer. Por otro lado, en La Plata hubo en una época un aluvión de construcción de edificios que ahora no hay, está todo parado. Esta crisis es diferente a la del 2001 ya que el parate de esa época duró unos meses. Estalló todo en diciembre pero durante el 2002 las cosas se empezaron a reactivar, y ahora eso no está sucediendo.
A su criterio ¿cuáles son los principales desafíos con los que se encuentra la construcción?
El principal desafío es crecer. Cuando hay una crisis, la construcción es la primera actividad que se detiene; y cuando la crisis termina, es la primera en arrancar. Pero hace más de un año que no arrancamos. En este contexto, tenemos el mismo desafío que el país, y no arranca porque no hay confianza, por lo tanto no se invierte.
Esto le sucede tanto a quien inicia la construcción de un edificio y va a invertir durante dos años y medio, hasta al pequeño constructor que hace un dúplex. Dentro del rubro, los primeros que detenemos la actividad somos los que tenemos corralones. Luego, progresivamente, van parando las otras actividades, como la venta de cerámicos, de sanitarios, las casas de venta de insumos eléctricos, etcétera.
¿Cómo podría solucionarse esta situación?
Se trata de tener confianza, confianza en el país. En este contexto, las personas que tienen algún dólar ahorrado no lo van a gastar ni invertir hasta que no mejore esta situación a nivel país. El público se suele retraer, salvo quien esté en plena construcción de su casa que necesita imperiosamente seguir comprando para continuar con la obra.
Por otra parte, ¿cuáles son los principales desafíos con los que se encuentran los comerciantes e industriales del sector en este momento?
La realidad es que hoy todos los comerciantes del sector tratamos de llegar a fin de mes para poder pagar sueldos, pagar a los proveedores, las cargas sociales, los impuestos, etcétera. Estamos en una “carrera”, tratando de llegar a fin de mes para ver qué pasa el mes que viene. No estamos pudiendo trabajar con una planificación, es decir, pensando en el trabajo de una manera planificada durante un año, diciendo: “este mes podré comprar tal maquinaria, el otro contratar personal o ampliar el local”, y todo lo que ocurre en un país que no vive en crisis. Vale aclarar que la construcción es el motor de las industrias. Cuando se construye un edificio o una casa, están involucrados todos los rubros: desde un corralón, hasta un arquitecto, albañiles, electricistas, plomeros, el comercio que vende sanitarios, pisos, chapas. En síntesis, es la madre de las industrias.
¿Cómo considera que están los precios de los materiales de la construcción actualmente?
A mi criterio, están un poco caros. Recientemente escuché un comentario que decía que los precios están caros por criterio nuestro, y eso es mentira ya que no somos formadores de precios, solo vendemos. Nosotros compramos a la fábrica y no nos queda un gran margen de ganancia. Por ejemplo, para que a un cliente le llegue una bolsa de cemento hay todo un gran trabajo detrás. Incluso hay involucrados insumos y herramientas costosísimas valuadas en dólares.
¿Cómo están las ventas de los mismos?
Las ventas en un corralón, ya sea chico, mediano o grande, están a una capacidad del 50%. Y eso siendo optimista. Conozco casos de socios que tienen corralones con catorce camiones y sólo están usando cuatro, el resto están parados. Quizás solían tener una capacidad de entrega de noventa pedidos diarios y ahora están teniendo solo veinte, y todo necesita mantenimiento. Por otro lado, ningún comercio ni fábrica del sector está tomando personal. Hasta que no cambien las leyes laborales en este país no podremos generar empleo.
Justamente, usted citó el tema de las leyes laborales actualmente vigentes. Tengo entendido que cuando se votó la Ley Bases en el Senado hicieron un reclamo sobre un artículo puntual de la ley al respecto, ¿de qué se trató?
Sí, así es. Se llevó a cabo una reunión con los senadores provinciales donde ACIMCO junto con la CAME y FEBA, además de otras cámaras, le pedimos a la presidenta de la Cámara de Senadores de la provincia de Buenos Aires, Verónica Magario, que rechace la modificación del artículo 48 de la Ley Bases que ya cuenta con sanción de la Cámara de Diputados. En dicho artículo se pidió multiplicar las indemnizaciones por siete. Todos los senadores dijeron que la iban a rechazar. A través de un escrito expresamos que este proyecto carece completamente de razonabilidad jurídica, económica y social ya que establece un cálculo basado en un índice financiero (CER) originado históricamente en la conversión forzosa de los depósitos en moneda extranjera a moneda nacional. Por lo tanto, es absolutamente ajeno a la situación de desvinculación laboral y su implementación produce un descomunal incremento en relación a los niveles de la microeconomía.
¿Qué pasa con la venta de materiales para la obra pública actualmente?
Está detenida, pero estimo que de un momento a otro se va a reactivar. Y lo digo porque ahora el Gobierno ya tiene la Ley Bases aprobada, por lo cual solo le queda ponerse a trabajar. El problema que antes tenía la obra pública era la corrupción. Ahora que les dieron las leyes que querían, que sacaron ese tema del medio, tienen que gobernar. Habría que ponerse a construir rutas, escuelas, puentes y hospitales. La obra pública también implica, por ejemplo, un gran movimiento de empleados y todo genera dinero para el país.
¿De qué manera podría activarse la venta de materiales para la construcción?, ¿Y la producción?
Podría reactivarse a través del otorgamiento de créditos blandos, por ejemplo. El otro día escuché a un funcionario que decía que sólo se registra un 1% de morosidad en todos los créditos UVA que se otorgaron hasta la fecha. Mi negocio, como tantos otros, creció gracias a un crédito de este tipo. Desde la asociación también pedimos que el gobierno afloje con la presión a los empresarios.
¿Está afectada la importación de materiales para la construcción, la venta o la producción de los mismos en el país?
La importación de materiales para la construcción no existe, y si la hay, es mínima e irrelevante. Pero sí hay exportación.
En lo que respecta a la importación de insumos para la fabricación, estaba muy trabada con toda la gestión del gobierno anterior, por lo cual era muy problemática. Pero este gobierno lo destrabó. Y con respecto a la fabricación de materiales para la construcción, quiero remarcar que las dos fábricas grandes de ladrillos huecos que tenemos en La Plata están detenidas porque no hay ventas.
¿De qué manera protege la ACIMCO a los comerciantes y productores de materiales para la construcción?
Nosotros los acompañamos. La manera es ir a charlar con los funcionarios, enviarles una carta detallando alguna disconformidad a alguna normativa y de ese modo tratar de llegar a un acuerdo. Por ejemplo, otro tema importante por el cual la asociación se está manifestando desde hace años es por la lucha contra los corralones ilegales, los cuales no tienen habilitación y mantiene a sus empleados en negro. Es decir, estamos en una competencia desleal con los comercios que tienen todo en regla. Por este tema hablamos con Pablo Bruera, el intendente anterior de La Plata, y ahora volvimos a hablar con el intendente actual, Julio Halac, quien nos prometió una respuesta.
¿Qué balance puede hacer de la primera mitad del año?
Lo que más rescato de este primer semestre es que la inflación bajó. Si bien los precios de materiales no han bajado, por lo menos se mantienen bastante o suben entre 3% y 4% mensualmente. Una cifra mucho menor a lo que venían aumentando el año pasado. Por ejemplo, durante el 2023 el precio del cemento subió en un 7% mensualmente.
¿Cuánto cree que incide la tecnología en su rubro? ¿Y la capacitación?
Muchísimo. Hoy hay mucha tecnología involucrada en la venta y en el trabajo del día a día dentro del rubro de la construcción. Por ejemplo, yo comencé vendiendo materiales para la construcción hace 43 años. Antes, un cliente me pedía dos mil ladrillos huecos y había que ir a la fábrica, cargarlos y descargarlos a mano en la casa del cliente. Hoy en día viene el cliente a un corralón y se pone en marcha el elevador, la hidrogrúa y no se toca un ladrillo. En esas épocas, la arena se cargaba con la pala y hoy viene en bolsones. En lo que respecta a la facturación, las facturas se escribían con birome en un talonario y con un papel carbónico para hacer el duplicado. Después vino el fax para enviársela al cliente. Y hoy en día la factura se le envía de manera digital por mail o por WhatsApp. Es decir, cambió mucho todo.
Finalmente, ¿Qué medidas cree que podría tomar el Gobierno para fomentar la industria de la construcción?
Creo que debería tomar como modelo la gestión en otros países, por ejemplo, en cuanto a las leyes laborales con la intención de tener las reglas claras para ambas partes. Otra medida debería ser que se baje la cuestión impositiva y las cargas sociales. Yo no digo que el empleado gane menos, sino que es incomprensible que el 50% de su sueldo sean impuestos. Es decir, en el caso de un empleado que cobra un millón de pesos por mes, a la empresa le cuesta un millón y medio. Son impuestos confiscatorios. Las empresas tenemos que pagar un impuesto todos los días: seguros, patentes, aportes patronales, cargas sociales, las VTV de los camiones, Ingresos Brutos, IVA, entre otros. Las pymes no podemos tener las mismas obligaciones que las grandes empresas ya que no podemos previsionar nada. Por otro lado, está el problema de los sindicatos. En mi empresa tengo algunos empleados que renunciaron al sindicato porque dicen que no los representa ni les aporta nada.