El boom inmobiliario del cual goza Mar del Plata desde el año 2020 ha renovado y rejuvenecido la ciudad. La eliminación de tasas, ciertas ventajas impositivas y los créditos bancarios contribuyeron a la llegada de inversiones de gran escala.
La proliferación de torres de lujo con amenities y barrios privados transformó a la Ciudad Feliz. La construcción, la gastronomía, la industria, el entretenimiento y la tecnología están traccionando para posicionar a la ciudad como un lugar ideal para vivir a tal punto que en los últimos tiempos muchos jóvenes la redescubrieron y decidieron radicarse allí.
Este tema es el nudo central que llevó a El Constructor a dialogar con Florencia Miconi, quien constituye una de las personalidades más relevantes del sector de la construcción de Mar del Plata. Presidenta del Centro de Constructores y Anexos de la ciudad y vicepresidenta de la Cámara de Desarrolladores Inmobiliarios, esta joven abogada es la titular de IMASA, empresa constructora fundada por sus padres hace 35 años, rankeada en el octavo puesto a nivel nacional y hacedora de grandes obras que le cambiaron el perfil a la Perla del Atlántico en los últimos años. Miconi es cofundadora de MRE Mujeres en Real Estate y ha recibido varias distinciones por su actividad empresarial.
¿A qué atribuye el boom inmobiliario en Mar del Plata para que haya pleno empleo en la construcción en la ciudad, a diferencia de lo que ocurre en el resto del país?
Tenemos pleno empleo porque Mar del Plata fue castigada tradicionalmente por la obra pública, entre el 95% y 97% es obra privada. Entonces, mientras en el resto del país el parate de la obra pública tuvo un impacto grande en términos de empleo, en Mar del Plata no pasó lo mismo, porque nunca la obra pública fue un gran empleador en la ciudad, sino que más bien siempre traccionó la obra privada. Máxime con este boom que tenemos de post pandemia a esta parte de que tanta gente se ha venido a vivir a la ciudad, tanta gente la ha redescubierto, sobre todo el perfil joven de entre los 20 y los 30 que luego trae a sus padres que también redescubren la ciudad, era un perfil que no estaba viniendo tanto y hoy vuelve a Mar del Plata.
Usted señaló que Mar del Plata es una ciudad con turismo, no una ciudad turística. ¿Podría ampliar el concepto?
Mar del Plata es una ciudad con turismo, no una ciudad turística, porque es una ciudad productiva en sí misma, es una ciudad de doce meses. Mar del Plata tiene el Parque Industrial desbordado, parques industriales nuevos en camino, parques logísticos. La construcción es el 15% del Producto Bruto Geográfico, tenemos el segundo corredor frutihortícola del país, es la segunda plaza pesquera del país después del sur, es fortísima en agroindustria. La ciudad tiene vida propia más allá del turismo. Obviamente que el turismo es un factor que mueve muchísimo la economía pero no es una ciudad que vive del turismo.
Usted lanzó el concepto de la sinergia entre lo público y lo privado respecto a los diversos emprendimientos que se llevan a cabo en la ciudad.
Yo he esbozado que una sinergia interesante entre lo público y lo privado en la ciudad se dio en la pandemia. En ese momento esa sinergia hizo que se trabajara muy bien en una época de crisis. Se empezó a trabajar en conjunto con las distintas cámaras empresariales, las empresas, las autoridades, los gremios. Mar del Plata tuvo la huelga a la japonesa decretada por la UOCRA que nos permitió trabajar a los dos meses de estar cerrados, lo cual en el AMBA llevó ocho meses, lo que provocó que muchas pymes terminaran cerrando. Esa sinergia de trabajar en conjunto entendiendo que había que salir adelante es la que hoy también va dando sus frutos. Hay un concepto de ciudad que lo proclaman tanto las autoridades como los sectores privados. Volvemos a lo que decíamos antes, Mar del Plata es una ciudad productiva, Mar del Plata es una ciudad de doce meses, Mar del Plata, ciudad de entretenimiento. Esta nueva Mar del Plata tiene tres faros: la gastronomía –hoy Mar del Plata es el segundo polo gastronómico del país después de CABA- el entretenimiento -sobre todo la nocturnidad, ni que hablar los teatros, es la segunda plaza teatral del país, el nivel de espectáculos, discotecas, salones de fiestas que tenemos-. La ciudad ha logrado captar al público joven que antes iba a Uruguay o a otros lugares de la costa y ahora está viniendo a Mar del Plata. El tercer faro es la construcción porque de la mano de la arquitectura vamos viendo que se va renovando la cara de la ciudad, son los edificios con amenities, son los barrios privados de nivel los que van ganando terreno. Gastronomía, entretenimiento y construcción son también la punta de lanza para que más gente esté redescubriendo la ciudad, no sólo para visitarla sino también para venir a vivir. En post pandemia se estima que 20.000 personas vinieron a radicarse a Mar del Plata.
¿Por qué cree que no se reconoce a la construcción como una industria?
La construcción es una industria, sin embargo, no integra la UIA y el RIGI la dejó afuera. Eso es algo que, como sector, debemos pelear porque la realidad es que la construcción es una industria empleadora como pocas, es la que más mano de obra genera y tiene la particularidad de que su “fábrica” es rotativa porque cada obra es un proceso en sí mismo y una “fábrica” en sí misma; entonces pareciera que porque no se ve una fábrica en el modelo tradicional cuesta reconocer a la construcción como una industria pero claro que lo somos. Somos una industria noble como pocas por la mano de obra que genera, por el movimiento social ascendente que genera y además porque es una industria que permite generar viviendas en un país con un déficit habitacional importante. Hay que trabajar para concientizar en ese sentido. Sería importante que el RIGI incluyera a la construcción.
Su empresa IMASA encabeza el Proyecto DAD: Distrito de Arte y Diseño Mar del Plata. ¿Cómo se concibió este proyecto? ¿En qué consiste?
El proyecto del Distrito de Arte y Diseño es un proyecto que veníamos soñando con mi pareja desde hace mucho tiempo. Se logró adquirir la tierra hacia 2018, 2019. Es un fideicomiso. Se desarrolló el proyecto que es del Estudio Mariani Pérez Maraviglia Cañadas. La construcción está a cargo de IMASA y el gerenciamiento de Miconi Campomar. El desarrollo es del fideicomiso Distrito DAD MDP. Se logró aprobar por unanimidad en el Concejo Deliberante del partido de General Pueyrredón, que no es menor porque todas las fuerzas políticas estuvieron de acuerdo en lo positivo que es esta obra para el sector de la ciudad que va a ocupar. Está ubicado en la cara sur del Golf Club. Tiene una vista fabulosa: se ve el Golf Club, el Club Náutico, Playa Grande, el Yacht Club Argentino. Es un proyecto de usos mixtos al estilo de lo que uno ve en otros países. Tiene usos mixtos con un basamento comercial en las dos manzanas. Se van a construir seis edificios que tienen viviendas, oficinas y hotelería, va a tener rooftops. Es un lugar que viene a encarnar o va a ser un símbolo de la Mar del Plata actual. Estamos frente a una Mar del Plata rejuvenecida, que tiene los tres faros que mencioné anteriormente. Le pusimos de nombre DAD, que significa “padre” en inglés, Distrito de Arte y Diseño. Playa Grande es la villa de oro de la ciudad desde hace muchos años, luego tenemos los barrios del sur, que vienen pujantes, el DAD viene a ser un nuevo punto de referencia entre medio de esos dos sectores.
Las excepciones al Código de Ordenamiento Territorial aprobadas por el Concejo Deliberante el año pasado para la construcción de una torre de IMASA de 35 pisos en Alem y Gascón generaron una polémica con algunas organizaciones defensoras del patrimonio histórico. ¿Qué opina al respecto?
Mar del Plata tuvo tres épocas. La primera, donde veraneaban las clases altas en esas casonas tan lindas, la gente venía a instalarse en la temporada de verano. Una segunda época, la del turismo social, de la Ley de Propiedad Horizontal, donde se buscaba que más gente pudiera acceder a la ciudad con viviendas más accesibles y una época de los edificios entre medianeras, lo que se viabiliza era el costo de las viviendas por sobre la arquitectura. Ahora tenemos una versión superadora de las dos anteriores porque lo que se hace es construcción de calidad ya no sólo destinada al turismo sino también a la ciudad de doce meses que hoy somos. El constructor en la generación actual no se plantea demoler un patrimonio histórico sino lo que se busca es integrar el patrimonio histórico a los nuevos desarrollos. En el caso nuestro de la torre de Alem, era un predio de 6700 m² con un patrimonio histórico adentro con 6000 m² de tierra libre con una torre justo enfrente más otra torre del otro lado, es muy particular. Por eso el Código justamente ha sido sabio y ha dicho que en los predios de esta superficie con patrimonio histórico, el Concejo Deliberante decidía por mayoría el indicador especial que se le da al predio, por supuesto respetando la Ley 8912 (de Ordenamiento Territorial y Uso del Suelo), no es que se pasa por encima la Ley 8912. Ese es el concepto. Esto permite poner en valor patrimonios históricos que durante décadas estuvieron abandonados porque pasan a formar parte de estos proyectos, sea como amenitie como el edificio Dumbledor, sea como unidad funcional como es el caso de Malecón Varese, sea como espacio cultural como es el caso de Unkanny, sea como espacio comercial como es el caso del edificio de Tío Curzio, donde la casona queda como un lugar gastronómico.
Su empresa IMASA está rankeada en el octavo puesto a nivel nacional entre las empresas constructoras. Indudablemente, IMASA intervino en obras que le cambiaron la cara a la ciudad. Haciendo una retrospectiva, ¿cuáles serían las obras más significativas en este sentido?
Es un orgullo estar rankeados en el puesto 8 a nivel nacional. Somos una familia que tenemos la construcción en la sangre. Ya mi bisabuelo construía, mi abuelo también, fundó la empresa Miconi-Constantino con un socio, que durante años construyó muchísimos edificios en la ciudad. En 1990 mi padre junto a mi madre fundaron Ingeniero Miconi & Asociados S.A., o sea, IMASA, que este año cumple 35 años. Es una empresa que históricamente se dedicó a la obra privada. Mi padre murió lamentablemente en 2017. Todos seguimos trabajando tras el legado de mi padre, realizando obras de calidad. A mí me toca hoy ocupar el cargo de CEO de la empresa pero atrás mío son 250 personas llevando la bandera de hacer obras de calidad, generar lazos duraderos con los clientes; es raro que un cliente que trabaja con IMASA si hace otra obra no repita con nuestra empresa, especialmente buscamos eso, generar un lazo de confianza con el cliente. Estamos muy contentos porque hemos podido crecer manteniendo nuestros pilares que son la calidad y el vínculo con el cliente, que para nosotros es muy importante. No nos da lo mismo cualquier obra, elegimos trabajar especialmente en obras que le sumen a la ciudad. Muchas veces nos ha tocado trabajar en la puesta en valor del patrimonio histórico, por ejemplo, de la ex Terminal Sud, o sea, lo que es el edificio histórico del Paseo Aldrey, el Hotel Provincial, que se restauró en siete meses. Restauramos Villa Suzuki, la estancia Malal-Hué. A nivel de edificio en altura, fuimos la constructora del Edificio Maral Explanada, el único proyecto residencial de César Pelli en la ciudad, de la mano de nuestros queridos clientes, la familia Silva, que es otra familia histórica de constructores de la ciudad, que hoy se desempeñan como desarrolladores, por eso ha buscado a IMASA como constructora. Ahora estamos construyendo la torre Unkanny, estamos con el Distrito de Arte y Diseño, hicimos la nueva obra del Trinity College en el sur de la ciudad, que es un proyecto de vanguardia con una forma ovalada muy interesante, hicimos la fábrica de Lucciano’s, con una fachada de triple altura toda con frente de ladrillo visto. También hicimos el edificio Barrancas de Playa Grande, que fue premio a nivel nacional y provincial, ahora terminamos una bodega de prosecco en la zona de las sierras, hicimos el Espacio Chauvin que también obtuvo múltiples premios. Ha sido un privilegio haber intervenido en obras tan lindas.
¿Qué balance hace de estos 90 años del Centro de Constructores que usted preside?
El Centro de Constructores y Anexos este año cumple 90 años, es una institución de 1935. Estuvo presente en toda la historia de la ciudad. Es una entidad que nuclea a la obra privada. Sus asociados son constructores, desarrolladores, instaladores, gremios, proveedores de materiales. A mí me toca presidirlo, pero ya estoy cumpliendo mi segundo mandato. De acuerdo al estatuto estaría finalizando mi mandato en julio porque no se pueden tener más de dos mandatos, probablemente quedaré como vicepresidenta. Para mí, si bien es un trabajo porque la vida institucional lleva tiempo, es una manera de aportar un granito de arena al intervenir en la política institucional porque si no, nos quedamos en la queja. Para celebrar los 90 años estamos previendo hacer un evento de gala en julio en el Hotel Provincial.
Usted declaró hace unos años que no descarta tener en algún momento un paso por la política, ¿sigue sosteniendo lo mismo?
Yo nunca dije que iba a participar en la política tradicional. No me animaría a dar el salto porque tengo una gran responsabilidad en el ámbito privado pero sí puedo aportar desde la política institucional, desde las cámaras empresariales, creo que ayuda. Es un orgullo para mí que me elijan como la primera presidenta mujer del Centro de Constructores, justamente siendo los integrantes en su amplia mayoría hombres. Nunca me han hecho sentir en inferioridad por temas de género, si bien reconozco que somos muchas menos mujeres en el sector. Sí, es más difícil para la mujer insertarse en el área porque su presencia es algo extraño; por eso en 2020 se fundó MRE Mujeres en Real Estate. La mentora fue Mali Vázquez, la directora de la CEDU (Cámara Empresaria de Desarrolladores Urbanos) que me convocó para formar parte como cofundadora. Es un espacio que disfrutamos mucho. Lo que buscamos es visibilizar que somos muchas las mujeres que tenemos liderazgo en el sector, también para alentar a otras mujeres a que se animen a participar, y exhibir que tenemos roles de liderazgo y tenemos derecho a ocupar lugares en las mesas de toma de decisiones, cuando se integran lugares en las cámaras, cuando se invita a reuniones entre el sector público y el privado.
Por Laura Brosio