Libus es una empresa argentina que desde hace 20 años viene diseñando y fabricando elementos de protección personal para la cabeza, con materiales de gran calidad y confort. Tiene su planta modelo en Berazategui, provincia de Buenos Aires, con un moderno laboratorio de ensayo y medición para testear productos que poseen todas las certificaciones nacionales e internacionales necesarias para su comercialización y uso.
Santiago Suares Del Mestre, licenciado en higiene y seguridad y responsable técnico en la empresa, analiza los conceptos clave que se deben tener en cuenta para la correcta protección auditiva.
OPCIONES DE PROTECCIÓN
Médicos de distintas especialidades advierten que entre los traumatismos más frecuentes por los que se solicita una consulta se encuentran las lesiones ocasionadas a la vista, las vías respiratorias y al canal auditivo, con secuelas que pueden terminar en discapacidad. De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), la pérdida auditiva por exposición excesiva al ruido representa el 80% de las enfermedades más frecuentes en Latinoamérica. Sin embargo, la pérdida es tan gradual que nadie toma medidas, hasta que ya es tarde.
Existen diferentes opciones de protección de calidad certificada, con elementos que permiten prevenir los efectos nocivos en la salud. Esto quiere decir que fueron testeados en laboratorio y cumplen con los requisitos que exige el entorno laboral, sea minería, construcción o industria.
En la Argentina, el uso de elementos de protección personal (EPP) está regulado por la Resolución SRT 299/11, que dice que estos dispositivos deben ser provistos por el empleador y en algunas categorías tienen que estar certificados por el Instituto Argentino de Normalización y Certificación (IRAM), ente certificador reconocido por la Secretaría de Comercio a nivel nacional.
De todas maneras, es importante destacar que su uso no exime de implementar medidas de seguridad colectiva, como señalizaciones, protección en los tableros eléctricos, extintores o condiciones adecuadas en espacios comunes de circulación o de acopio de materiales, entre otras. Por el contrario, complementan estas disposiciones y hacen que el ambiente laboral sea más seguro para todos.
LOS EPA
Los elementos de protección personal son fundamentales para proteger cualquier parte del cuerpo que se encuentre expuesta a inminentes peligros, como cortes, quemaduras o golpes a la hora de trabajar. ¡Siempre conviene utilizarlos de modo correcto, es clave para evitar lesiones y enfermedades!
Dentro de la amplia gama existente de EPP, como pueden ser cascos, guantes, mascarillas, respiradores, antiparras, se encuentran los EPA, es decir, los elementos de protección auditiva, tanto endoaurales como de copa. ¿Qué tener en cuenta para trabajar de manera segura?
1) EPA endoaural-inserción: conocidos como tapones, se colocan dentro del canal auditivo, brindando mayor atenuación que los de copa. Es importante higienizarlos cada vez que se los vaya a utilizar, e incluso los hay descartables (no se higienizan). Existen cuatro tipos diferentes: los autoexpansibles, los premoldeados, los cobertores de canal y los personalizados.
2) EPA de copa-externo: son los protectores auditivos también llamados “orejeras”. Están compuestos por dos piezas con forma de taza o copa vinculadas a una vincha o a una horquilla para permitir su montaje en cascos. A diferencia de los protectores endoaurales, se encuentran diseñados para cubrir adecuadamente el pabellón auditivo. La atenuación que brindan está sujeta a la forma, los materiales de fabricación y la presión de sello alrededor de la oreja.
3) Atenuación: grado de reducción de ruido que proporciona la protección auditiva. De acuerdo con ello, estos dispositivos pueden brindar un ajuste uniforme (atenuación convencional) o bien estar sujeto a niveles variables. En este caso, pueden ser electrónicos (activos) o no electrónicos (pasivos). Poseen micrófonos ambientales para detectar los sonidos bajos y el usuario puede ajustar manualmente el volumen al nivel que desee.
4) Nivel de reducción de ruido (NRR): es un número simple exigido por ley para ser expresado en la etiqueta de cada protector auditivo. Indica hasta qué nivel puede la protección auditiva reducir los decibelios a los que se está expuesto. Por ejemplo, si un protector tiene un NRR de 17 db y es usado en un ambiente con nivel sonoro de 95 db, el ruido ingresado al oído podría estimarse que será de 78 dba (95 – 17 = 78). Esto es sumamente importante, ya que, de acuerdo con la Administración de Seguridad y Salud Ocupacional (OSHA), se debe exigir el control de la exposición a 85 db para evitar pérdida auditiva permanente.
5) Decibel (máx. 85): el decibel es la unidad que se usa para medir la intensidad del sonido. La exposición a ruidos superiores a los 85 decibeles puede causar la pérdida auditiva permanente; como resultado de un solo disparo de escopeta, una explosión de dinamita o cualquier otro ruido cercano muy fuerte.
6) Ergonómico: si los protectores auditivos no son cómodos, fáciles de usar o interfieren excesivamente con la capacidad de los empleados para escuchar, el porcentaje de tiempo que los empleados los usan puede disminuir. Que el EPP sea ergonómico indica que cuenta con características (formas y materiales) que se adaptan a las necesidades de cada usuario, volviendo el uso de estos dispositivos confortable.
7) Hipoacusia: es un trastorno sensorial que consiste en la incapacidad para escuchar sonidos. Es sinónimo de sordera o deficiencia auditiva. Puede presentarse en forma unilateral, cuando afecta a un solo oído, o ser bilateral, cuando ambos oídos están afectados. Una de las causas que la generan es la exposición a ruidos fuertes (mayor a 85 decibeles).
Los elementos de protección personal colaboran en minimizar el riesgo por delante y su consecuente impacto en la salud. Recuerde siempre usarlos de modo correcto.
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