Azcuy se fundó en 1992, en un estudio en una casa chorizo en Villa Lugano; exactamente, “a la vuelta de la casa de mis padres. Recuerdo que toqué el timbre y les dije a los dueños que necesitaba la casa para hacer mi primera oficina”, detalla Gerardo Azcuy, socio fundador y director general de Azcuy. En esa época, rememora, todo lo que era dibujo se hacía a mano. Y confiesa que su primer boceto fue un papelón. “Uno sale de la facultad sabiendo apenas proyectar, ni siquiera construir, la Facultad de Arquitectura no es de desarrollo urbano, uno sabe diseñar”. Se refiere a la parte comercial, “a tomar riesgos como hace un empresario, a comprar terrenos con dinero prestado y endeudarse, a la aventura de transformarse de arquitecto en desarrollador en un país que tiene mucha inestabilidad económica”.
Tres años después, este arquitecto, desarrollador y constructor hizo su primer canje con una familia del barrio del que no sacó ninguna ganancia. Y, hace poco, “esos primeros clientes volvieron a invertir en Azcuy”, cuenta, satisfecho. Transcurridos los primeros 10 años, ya habíamos construido más de 50 casas. En el 2010 nació una nueva sociedad, donde dos colaboradores se convirtieron en directores: Martín Gaudino, director de Administración, y Matías Baldoni, como director de Arquitectura. “Hoy, estamos orgullosos de poder decir que nuestra compañía cuenta con 500 empleados”.
Si tuviera que mencionar las características principales que los distinguen como empresa, ¿cuáles enumeraría?
Somos una compañía muy ancha, con un ciclo “end to end” en su proceso, donde hacemos la compra del terreno, el estudio de negocio, el proyecto, la dirección de la obra, la construcción, la administración, la venta y postventa. Después de treinta años, seguimos trabajando fervientemente bajo nuestro propósito que ideamos aquel primer día: crear bienestar a través del desarrollo de arquitectura residencial. Creamos bienestar cuando construimos confianza con nuestros clientes. También, cuando minimizamos nuestro impacto ambiental y fomentamos estilos de vida sostenibles en cada proyecto. Nacimos en una mesa de dibujo y hoy somos una compañía integrada. Somos desarrolladores, con el estudio dedicado exclusivamente a la empresa, somos una constructora, con un equipo de casi 400 obreros, comercializamos nosotros mismos y, además, somos inversores.
¡Están en todas las etapas del proceso!
Sí, exacto. Y eso nos permite garantizar la calidad del producto, buscando siempre la forma más sustentable de hacer las cosas. Desde la elección de la materialidad, en la selección de proveedores y en la eficiencia de cada uno de los edificios. Siempre buscamos la mejora continua. Este año mediremos nuestra huella de carbono para ver qué acciones para mitigar podemos hacer.
En ese sentido, ¿qué acciones lleva adelante su empresa en pro de la sustentabilidad?
Perseguimos la sustentabilidad ambiental, social y económica, y promovemos estilos de vida sustentables para nuestro equipo y para las personas que habitarán en los proyectos que diseñamos y construimos. Desde los talleres de compostaje, la separación de residuos y la incorporación de bicis y monopatines para uso del equipo, intentamos despertar conciencia en el equipo para que incorporen hábitos sustentables
¿Y en los proyectos de construcción?
Respecto de los proyectos, me gustaría destacar que la búsqueda de la sustentabilidad atraviesa todo el proceso: desde el diseño, en la elección de la materialidad, la selección de proveedores. Mediante la iniciativa de plantar árboles generamos un aporte a la comunidad, porque nos involucramos en el espacio público. Asimismo, buscamos contagiar esa iniciativa y despertar conciencia, con todas las connotaciones positivas detrás del símbolo de plantar árboles. Por último, pero no menos importante, somos abanderados de la responsabilidad social. A través de la escucha, buscamos entender las problemáticas del equipo e intentamos transformar ciertas situaciones de vulnerabilidad.
¿Cómo, en este contexto, su empresa puede seguir adelante?
Con una prolija planificación financiera y, sobre todo, con un buen producto y servicio de postventa que nos permita seguir diferenciándonos en el mercado.
¿Cuáles son las metas y las perspectivas que en su empresa se fijaron para 2023?
La terminación y entrega de los proyectos en ejecución, por un lado, así como el desarrollo y comienzo de otros tantos nuevos, que representaría un nuevo escalón en el crecimiento sostenido que estamos teniendo en la empresa en los últimos años
De lo más reciente, ¿en qué proyectos de construcción e infraestructura participaron?
Hemos inaugurado, a finales de diciembre de 2022, Donna Reggia, el segundo eslabón de la Serie Donna. Ubicado en una esquina increíble de 50 x 30 metros sobre Av. Directorio y Beauchef, se destaca por ser un edificio de trece pisos con 80 metros de fachada rica, con una planta baja comercial y sus últimos tres pisos de amenities. Este nuevo edificio, situado sobre una de las principales arterias de Caballito, se vincula de manera privilegiada con el resto de la Ciudad de Buenos Aires. Sus departamentos oscilan entre 64 metros y 351 metros, donde todos sus componentes y las decisiones tomadas en el proceso de diseño persiguen el objetivo de innovar con los elementos más convenientes del “hoy”, pensando en el futuro.
¿Qué se encuentran desarrollando?
Con Donna Reggia recientemente inaugurado, ahora estamos concentrados en finalizar los seis desarrollos que restan de la serie Donna, que se encuentran en distintas etapas de producción: Donna Acqua, Donna Magna, Donna Fiore, Donna Vita, Donna Settima y Donna Gioia.
¿Qué ventajas se destacan de estas innovaciones?
La variada oferta de amenities, la materialidad que está a las alturas de los mejores edificios del mundo, sus vistas privilegiadas al skyline de la Ciudad y que cada detalle de su arquitectura está enfocada en el bienestar.
COYUNTURA
Para usted, ¿qué factores impactaron más en la industria de la construcción durante los últimos años?
Hace cuatro años que se vende menos. Es una actividad compleja en un país que es muy inestable. Es permanentemente una especie de polvorín donde uno está trabajando. Con una inflación de 100%, lo que hoy vale USD 1000, el año que viene vale USD 2000. Es difícil sacar tus costos así.
Teniendo en cuenta los cambios de reglas del juego a través de las diferentes políticas y, también, por el período de crisis sanitaria, ¿cómo ve hoy al sector de la construcción?
Los cambios en las reglas de juego en general nunca son positivos para la industria, cualquiera sea esta. La falta de políticas de largo plazo resta credibilidad y frena inversiones. Sin embargo, en el caso de la construcción, la ley de exteriorización (incentivo a la construcción) puede motorizar los proyectos a partir de una proyección de mayores ventas.
¿Qué escenario se imagina que atravesará el sector este año?
El 2023 es un año electoral, lo cual genera efectos dispares. Hay quienes frenan la toma de decisiones importantes, como la compra de inmuebles, pero también están quienes prefieren anticiparse al posible cambio de régimen político y modelo económico, que podría redundar en la recuperación de los precios. De esta manera, el escenario continúa siendo atractivo para quienes poseen dólares atesorados y muchos coinciden en que es recomendable adelantarse a la recuperación del valor de los activos.
¿Y qué cree que debería cambiar en Argentina para garantizar el futuro del sector de la construcción?
La construcción siempre ha sido uno de los principales motores de la economía en la Argentina. Reglas claras y permanentes, mayor previsibilidad, incentivos a los inversores y la paulatina, pero sostenida mejora en las variables macroeconómicas alentarían la inversión en el sector.
FICHA DE LA EMPRESA
AZCUY
Año de fundación: 1992
Cantidad de empleados: 500
Rubro: real estate
Facturación anual: USD 25 millones (Aprox.)