La Asociación de Ingenieros de Salta fue fundada en 1934 y desde hace 90 años agrupa a profesionales de distintas especialidades de la ingeniería: civil, construcciones, industrial, eléctrica, telecomunicaciones, entre otras. Es una institución sin fines de lucro que contribuye al crecimiento de la ingeniería, jerarquiza la profesión, brinda asesoramiento técnico, económico y científico tanto al sector público como privado, y defiende a sus profesionales. Además, promueve la integración de la comunidad ingenieril a través de actividades sociales, deportivas y culturales. La labor de los ingenieros es fundamental para el desarrollo de la sociedad, en el ámbito productivo, académico y de investigación. El Constructor dialogó con su presidenta, Silvina Echazú Lamas.
¿Cuáles son los desafíos que ve durante el 2025 en el sector de la construcción?
Durante este año, el sector de la construcción se enfrenta a una serie de desafíos y oportunidades, especialmente tras el cambio de gobierno que marcó el inicio del ciclo. El ajuste presupuestario nacional impactará directamente en la obra pública, lo que podría generar incertidumbre. Sin embargo, Salta, con su perfil económico particular, tiene una oportunidad única para replantear y redirigir su crecimiento. En Argentina, estamos acostumbrados a ciclos económicos inestables, donde, tradicionalmente, el sector de la construcción ha sido una de las principales variables de ajuste.
En este contexto, uno de los principales desafíos será el aumento de costos de materiales y mano de obra. La inflación y la variabilidad de los precios son una preocupación constante, y la escasez de ciertos materiales puede generar incrementos significativos, afectando la rentabilidad de los proyectos, especialmente considerando que suelen atravesar más de un ejercicio económico.
Otro aspecto a tener en cuenta es la escasez de mano de obra especializada. Si bien el sector muestra signos de crecimiento, la falta de trabajadores calificados continúa siendo un reto. Esta situación puede provocar demoras en la ejecución de proyectos y una mayor presión sobre los costos. A esto se suma el ingreso de extranjeros al mercado laboral, particularmente en el sector minero, como respuesta a esta demanda insatisfecha.
Por último, es importante considerar la desigualdad regional. Mientras la capital de Salta experimenta un crecimiento sostenido, otras zonas rurales o menos desarrolladas enfrentan mayores dificultades para atraer inversiones en infraestructura y vivienda. La falta de conectividad, infraestructura básica o incentivos adecuados puede profundizar la brecha en el desarrollo entre distintas regiones de la provincia.
¿Y qué oportunidades ve para la industria?
En primer lugar, el crecimiento poblacional en Salta capital, Orán, Tartagal y otras localidades ha generado una demanda creciente de servicios urbanos e infraestructura habitacional. Los desarrolladores locales juegan un papel importante dado que presentan proyectos sustentables en diferentes sectores de la provincia.
Asimismo, se abren oportunidades para el desarrollo de planes de vivienda social y accesible, como parte de iniciativas públicas y asociaciones público-privadas. Generalmente este tipo de proyectos está a cargo del Instituto de la Vivienda de Salta.
Por otra parte, la construcción modular y prefabricada reduce tiempos, costos y residuos, y es especialmente útil en zonas remotas o de difícil acceso. Este modelo es utilizado en los campos mineros para la instalación del personal.
En cuanto a la infraestructura, las mejoras en rutas nacionales, caminos rurales y accesos urbanos son prioritarias para integrar regiones y facilitar el transporte de bienes y personas.
Del mismo modo, obras como hospitales, escuelas, centros de salud y espacios públicos permiten mejorar la calidad de vida, al tiempo que generan empleo y dinamismo económico.
En lo que respecta a energías renovables, Salta posee un gran potencial en energía solar y eólica, especialmente en la Puna, con radiación solar de nivel mundial.
Además, la creciente explotación de litio y otros minerales exige caminos, redes eléctricas, plantas de tratamiento y centros logísticos adaptados a la actividad minera.
Por su parte, la creciente conciencia ambiental impulsa el diseño y construcción de edificios con criterios sustentables.
En línea con esto, las regulaciones están orientadas a promover la eficiencia energética en nuevas construcciones y rehabilitación de edificios existentes.
En el ámbito del turismo, la creciente afluencia de visitantes exige la ampliación y mejora de la infraestructura turística.
Particularmente, en regiones como los Valles Calchaquíes y la Puna hay oportunidades para crear eco-lodges y centros culturales. Tal es el caso del Centro de Convenciones inaugurado en la localidad de Cafayate, que si bien es un polo turístico, su llegada depende solo de la ruta nacional 68, que en el periodo estival presenta problemas de transitabilidad.
A su vez, Salta se posiciona como un nodo estratégico con parques industriales y zonas francas. Por ejemplo, el corredor Bioceánico que une los puertos de Antofagasta y el de Brasil.
En ese sentido, mejoras en el ferrocarril Belgrano Cargas y rutas clave permiten conectar con puertos y mercados regionales.
Finalmente, la rehabilitación de edificios históricos fortalece el turismo cultural. Desde la década de los noventa, Salta se destaca con el proceso de puesta en valor de sus principales edificios en el Casco Histórico, generando un destino turístico a nivel internacional.
Considerando que la explotación del litio y la minería en la provincia requerirán ejecuciones de obras de infraestructura, ¿que vinculación tendrán con estos proyectos?
En este contexto, toda explotación requiere el acompañamiento de las inversiones en infraestructura, obras viales (carreteras y ferrocarriles) y la provisión de energía.
En particular, entre algunas de las obras que se requerirían ejecuciones están:
-Ruta Nac. 51: Asfaltado desde San Antonio de los Cobres hasta el Paso de Sico (límite con Chile).
-Ruta Prov. 17: Adecuación desde el Salar de Pocitos hasta el Salar del Hombre Muerto.
-Ruta Prov. 129: Mejoramiento hasta el Salar de Pocitos.
-Rehabilitación del Ramal C-14 desde Salta hasta Socompa.
En cuanto a las obras energéticas, se plantea la instalación de una línea de alta tensión minera que una la Puna con el sistema interconectado nacional.
Además, se proyecta un gasoducto troncal adicional al gasoducto Fénix para incrementar el suministro en dicha región.
¿Qué acciones han impulsado desde la Asociación de Ingenieros de Salta para fortalecer la participación de los profesionales locales en el desarrollo de proyectos mineros?
La Asociación de Ingenieros de Salta pertenece a la Federación FEPUSA, que es una asociación de orden superior. Conjuntamente, empezamos a realizar un acercamiento a los responsables del área de Minería en el año 2022, donde planteamos la necesidad de que el gobierno incluya a nuestros ingenieros o que sean parte activa dentro de la planificación y ejecución de obras en los proyectos mineros. Si bien gran parte de los recursos humanos es de nuestra región, los máximos niveles de mando son extranjeros o provienen de fuera del NOA.
Buscamos, por otra parte, que se valore la actividad de nuestros profesionales, quienes intervienen desde la realización de la infraestructura hasta la explotación y producción. La disparidad entre los honorarios por servicios/salarios entre locales y extranjeros es importante. Esta información es aportada por los profesionales juniors. Si bien estamos siempre ligados al mercado de la oferta y la demanda, buscamos establecer un punto de referencia. Por otra parte, las empresas presentan áreas con recursos humanos propios y otras áreas que son tercerizadas; bajo esta mirada, también se observa diferencia en materia de honorarios por servicios/salarios.
¿Qué obras considera prioritarias?
La extensa superficie de la provincia de Salta, combinada con las condiciones geográficas, climáticas y sociales particulares de cada una de sus regiones, hace que las necesidades de infraestructura y desarrollo varíen considerablemente. Estos factores también implican diferentes niveles de riesgo y retos, y los recursos disponibles para enfrentar estas demandas son, en muchos casos, limitados. En este contexto, el Foro de Intendentes desempeña un papel crucial al plantear las necesidades específicas de cada localidad, buscando una distribución equitativa de los recursos y una priorización de proyectos.
Cabe señalar algunas obras relacionadas con sus regiones.
En el sector de los Andes están planteadas las obras conectadas con el litio.
En la región del Chaco salteño, son primordiales las obras hidráulicas y de servicios.
En el Valle Calchaquí, se espera el gasoducto para la zona vitivinícola por excelencia del NOA.
En el departamento de Anta, la conexión con el puerto necesaria para la producción agrícola requiere un avance más acelerado con las obras de comunicación, como el ferrocarril Ramal C.
¿Qué tipo de colaboración podría establecerse entre el sector público y privado para agilizar y optimizar proyectos de infraestructura en la provincia?
El desarrollo de infraestructura eficiente y sostenible es uno de los pilares fundamentales del Plan Estratégico Salta 2030. En este marco, se vuelve crucial fomentar sinergias entre el sector público y privado para acelerar la ejecución de proyectos estratégicos que potencien el desarrollo territorial, la integración regional y la inclusión social.
La implementación de Asociaciones Público-Privadas (APPs) junto con Uniones Transitorias de Empresas (UTE) en Salta permitiría financiar y ejecutar obras de gran envergadura, como el proyecto del corredor bioceánico, plantas de tratamiento de agua y parques industriales sostenibles. Esto se lograría a través de mecanismos como las concesiones de obra pública con recuperación de inversión mediante canon o uso, y contratos de participación conjunta para mantenimiento y operación. Además, se podría desarrollar infraestructura en regiones con alto potencial logístico y productivo (como la Puna, Valles Calchaquíes y Valle de Lerma), fomentando el arraigo poblacional y el desarrollo local. Finalmente, se establecerían unidades de gestión mixta con mecanismos de transparencia, trazabilidad y rendición de cuentas.
Desde su perspectiva, ¿qué tecnologías o innovaciones son clave para mejorar la eficiencia y sostenibilidad en obras públicas?
Con el objetivo de modernizar la infraestructura provincial y alcanzar los objetivos de sostenibilidad del Plan Salta 2030, se identifican varias tecnologías clave. En primer lugar, el Building Information Modeling (BIM) permite el diseño, ejecución y seguimiento digital de obras, reduciendo errores, plazos y costos. Esta herramienta podría ser obligatoria en proyectos financiados por organismos multilaterales. En segundo lugar, la incorporación de energías renovables en edificios públicos, escuelas rurales y hospitales es esencial, utilizando paneles solares, microturbinas eólicas y geotermia, lo que fomenta la transición energética, como se ha implementado en los parques solares de la Puna y el Valle Calchaquí. Además, el uso de materiales sostenibles es crucial, como el empleo de asfaltos reciclados, hormigones de baja emisión, plásticos reutilizados y biocombustibles en maquinaria vial, en línea con la economía circular. También se destacan los sistemas inteligentes de gestión y monitoreo, como redes de sensores para el control del agua, el mantenimiento predictivo de puentes y rutas, y la detección temprana de fallas estructurales. Además, se busca aplicar tecnologías para la gestión del territorio, la prevención de riesgos climáticos y la planificación urbana resiliente, lo cual requiere un trabajo interdisciplinario con diversas áreas científicas e instituciones como Segemar, INTA, universidades y Asuntos Hídricos, entre otras.
El fortalecimiento de las alianzas público-privadas y la incorporación de estas tecnologías innovadoras son herramientas fundamentales para cumplir con los objetivos del Plan Salta 2030. A través de estas estrategias, la provincia podrá avanzar hacia una infraestructura más moderna, equitativa y sustentable, capaz de responder a los desafíos sociales, productivos y climáticos del futuro.
EL ROL DE LA MUJER
¿Qué avances ha visto en la inclusión de mujeres en roles de liderazgo dentro del sector de la ingeniería y la minería?
Salta cuenta con una sólida tradición en la formación de ingenieros e ingenieras, con más de 50 años de trayectoria académica en la Universidad Nacional de Salta (UNSa) y la Universidad Católica de Salta (UCASal). A lo largo de estas décadas, la participación femenina en carreras de ingeniería ha aumentado significativamente, pasando de menos del 10% en sus inicios a un 30% o 35% en la actualidad, dependiendo de la especialidad.
Ambas universidades forman parte activa de redes como el Consejo Federal de Decanos de Ingeniería (CONFEDI) y el Consorcio Latinoamericano y del Caribe de Instituciones de Ingeniería (LACCEI), que desde 2019 promueven la visibilización de las mujeres en la ingeniería mediante iniciativas como la creación de la Comisión de la Mujer en Ingeniería y la publicación del libro Matilda y las mujeres en la Ingeniería en Latinoamérica. Este movimiento combate el “Efecto Matilda”, que destaca el aporte histórico de las mujeres en ciencia y tecnología.
A nivel regional, América Latina y el Caribe han alcanzado una paridad cercana en la proporción de investigadores e investigadoras, con un 45% de mujeres en el campo. Sin embargo, sigue siendo un desafío el acceso a puestos jerárquicos, especialmente en las áreas STEM (ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas). Por ello, es fundamental seguir alentando a niñas y jóvenes a seguir sus vocaciones científicas, mostrando que el éxito en ingeniería depende de la determinación y la formación sólida.
En el sector minero de Salta, la inclusión femenina también ha dado avances. Las nuevas generaciones de ingenieras, especialmente las millennials, están destacándose por su autonomía, flexibilidad y capacidad de liderazgo en contextos complejos. Estos perfiles disruptivos están renovando el sector minero, que históricamente ha sido dominado por hombres.
A pesar de estos avances, persiste el llamado “techo de cristal”, una barrera invisible que impide a las mujeres acceder a roles de liderazgo, a pesar de contar con la formación, experiencia y desempeño necesarios. Espacios como las Jornadas Argentinas de Tratamiento de Minerales (JATRAMI) han contribuido a visibilizar a muchas mujeres que ocupan roles estratégicos en exploración, operación, gestión ambiental y dirección de proyectos mineros.
Las mujeres siguen siendo una minoría en cargos ejecutivos y de toma de decisiones, y su representación disminuye conforme se asciende en la estructura organizacional. Los principales desafíos incluyen estereotipos de género, la falta de políticas institucionales de equidad de género y las dificultades para conciliar la vida profesional y personal, especialmente en sectores de alta exigencia como la minería.
Para superar estos obstáculos, es necesario visibilizar a referentes femeninas en roles de liderazgo, fomentar programas de mentoría y formación en liderazgo, crear redes de apoyo profesional entre mujeres y comprometer a las instituciones con la igualdad de oportunidades y la diversidad. La inclusión de mujeres en minería en Salta ya es una realidad, respaldada por sus competencias, y representa una oportunidad para construir una industria más diversa, equitativa y sustentable.